
Los hábitos que nos hacen estancarnos.

El progreso y el crecimiento forman parte de las características de una vida que vale la pena ser transitada. En muchas ocasiones el avance depende de nosotros, así como los estancamientos e inmovilizaciones que a veces duran demasiado tiempo.
Algunas personas parecen moverse fácilmente por la vida, sorteando obstáculos con agilidad y mostrándose seguros ante los seísmos de la vida. Sin embargo, hay personas que parecen haberse detenido en la vorágine de la vida, atrapadas en el tiempo sin poder avanzar en las dificultades, lo que puede llevar a una vida vacía, luchando con patrones que se repiten una y otra vez.
¿Cuáles son los hábitos que no permiten avanzar en la vida?
Existen comportamientos, hábitos del día a día que pueden detenernos en el tiempo, impidiéndonos alcanzar nuestro potencial. La imposibilidad de progresar se deben a algunas actitudes y formas de afrontar la vida.
Procrastinar
Procrastinar puede afectar a nuestro progreso.
Procrastinar significa retrasar o posponer tareas, usualmente hasta el último minuto. Vivimos estancados en los mismos deberes esto puede estar causado por miedos a fallar, falta de motivación o dificultad para manejar los tiempos. Cuando procrastinamos perdemos oportunidades, desaprovechamos el tiempo lo que puede llevar a sentimientos incómodos como la culpa, el estrés y la baja autoestuima, lo que puede provocar un bucle de inmovilización.
Falta de responsabilidad
Cuando somos responsables tenemos la capacidad de hacernos cargo de acciones y decisiones. Sin embargo, cuando no podemos asumir la responsabilidad comenzamos a culpar a factores externos por nuestras fallas y malos desempeños. Esta actitud puede llevarnos a desatender a los errores, sin aprender de ellos, que muchas veces es necesario para avanzar en la vida, perdiendo el control porque nada les perteneces, ni siquiera las equivocaciones.
Miedo al cambio
Muchos habrán escuchado sobre la zona de confort. Ese lugra donde todo es seguro, donde nos quedamos en un trabajo fastidioso con tal de no enfrentar a los jefes, donde aceptamos malos tratos con tal de no incomodar al otro. El cambio puede ser intimidante y salir de la zona de confort aún más. Sin embargo es fundamental para el crecimiento. Aquellas personas que teman al salir de este lugar usualmente pierden oportunidades sumamente convenientes, aprendizajes, personas y un mundo de posibilidades.
Hablarse negativamente
Hbalarse negativamente puede dañar nuestro autoestima.
Que somos malos, que no nos merecemos eso, que no podemos con lo otro. Todas estas pequeñas afirmaciones que parecieran inofensivas pueden destruimos por completo. Nos enfocamos en nuestras faltas, defectos y errores, destrozando nuestra confianza y motivación. Cuando las personas se repiten constantemente que no son suficientes, comienzan a creerlo. Romper este hábito significa practicar la compasión, teniendo en cuenta nuestras fortalezas y cambiar el visor para observar la vida de una manera positiva.
Mal manejo del tiempo
El tiempo es un recurso sumamente valioso, y cómo elegimos usarlo es una decisión más que importante. Aunque parezca intrascendente elegir estar con el celular en vez de hacer ese deber urgente, esto puede hacerse habitual, reptiendo el patrón una y otra vez, depserdiciando cada vez más oportunidades. La improductividad puede desviarnos de los objetivos, por ello es importante priorizar responsabilidades, minimizar distracciones y usar el tiempo eficientemente.
Hábitos poco saludables
Helados, gaseosas, papas fritas, televisión y redes sociales. Pueden ser hábitos complacientes pero también pueden estancarnos. Estos pueden tomar nuestro bienestar físcio y mental. Cuando las personas rechazan su salud con estos hábitos, se sienten faltos de energía, enfoque y motivación para perseguir sus propósitos. Comer balanceado, ejercitar regularmente pueden ayudar ampliamente a sentirnos a nuestro mejor nivel.








