El anuncio de que un asteroide podría impactar en la Tierra o que pase cerca causa cierto temor. A fines de 2024 se descubrió el asteroide 2024 YR4 y se informó que podría impactar en la Tierra en diciembre de 2032. Se calculó que la probabilidad de impacto en el 1% y resurgió la pregunta sobre cuánto daño podría causar. Al poco tiempo, cuando se realizaron más observaciones y se pudo calcular mejor su órbita se informó que impactaría en la Luna y no en la Tierra. ¿Esto significa que estamos a salvo?
Los asteroides, junto a los cometas, son lo que la Unión Astronómica Internacional definió como cuerpos menores del Sistema Solar. Son restos de la nube de gas interestelar de la que se formó el Sol y los planetas. Los asteroides pueden ser del tamaño de un grano de arena hasta varios kilómetros de longitud. A los más pequeños se los suele llamar meteoroides o meteoritos.
Diariamente caen a la Tierra muchos asteroides; algunos son tan pequeños que no se los identifica y la mayoría caen en los océanos. Los océanos ocupan la mayor parte de la superficie de la Tierra. El daño que puedan causar depende de su tamaño, del lugar en el que caiga, de su velocidad y de la dirección en que se mueva. Cuando ingresan en la atmósfera terrestre, elevan su temperatura y se pueden desintegrar total o parcialmente.
Se estima que el asteroide 2004 YR4 tiene un tamaño entre 40 y 90 metros y una masa de 220 toneladas. Si impactase en una ciudad la destruiría totalmente y si impactase en el océano produciría tsunamis que afectarían las costas cercanas.
Las observaciones más recientes indican que este asteroide impactaría en la Luna el 22 de diciembre de 2032. Produciría un cráter de un kilómetro de diámetro y lanzaría una gran cantidad de escombros hacia la órbita de la Tierra. Estos no serían peligrosos porque se desintegrarían al entrar en la atmósfera, pero podrían dañar algunos satélites en órbita. Los datos actuales indican que probabilidad de impacto en la Luna se calcula en un 4% y en la Tierra es menor al 0.001%. Cuando se descubre un asteroide se tienen pocos datos para calcular su trayectoria. Se buscaron imágenes y observaciones anteriores y no se lo encontró. A partir de su descubrimiento fue observado son todos los telescopios disponibles, incluido el Telescopio Espacial James Webb, hasta que se alejó y no se lo pudo ver más. Con estos datos se hizo una determinación más precisa de su órbita.
Sería la primera vez que se pueda observar el impacto de un asteroide de ese tamaño en la Luna, lo que permitiría conocer más sobre su geología y sobre las consecuencias del impacto de un asteroide de este tamaño. Varios países están preparando misiones para hacer observaciones.
Actualmente el asteroide no está visible y recién se lo podrá observar nuevamente en 2028. Aunque se considera que lo que se sabe hasta el momento es bastante certero, recién cuando se lo observe nuevamente se podrá saber con mayor exactitud lo que pueda ocurrir.
¿Estamos a salvo? Parece que sí, pero no hay certeza. Sólo hay que esperar.








