La dura combinación de frío, carencias y adicciones

Circunstancias duras se han conjugado en la actividad de los albergues comunitarios que han habilitado tanto la provincia como la Municipalidad capitalina en San Miguel de Tucumán. Por un lado, la llegada de las bajas temperaturas lleva a las personas en situación de calle a buscar un abrigo y a gente con su situación económica agravada a solicitar una ayuda alimentaria junto con ese abrigo. Otra es la realidad de que aproximadamente el 70% de quienes concurren a esos albergues padecen adicciones, ya sea de alcohol o drogas. En esos lugares de atención se puede medir la cruda realidad que también se observa en estas noches heladas en esquinas semaforizadas y en sitios recónditos del microcentro tucumano, donde hay personas que duermen en la vereda.

Según expresaron las autoridades de Desarrollo Social, en el albergue “El Andén”, ubicado en predio ferroviario Ferial Norte junto a la calle Marco Avellaneda, más de 600 personas han recibido refugio allí desde su apertura en mayo de 2024. El lugar cuenta con 100 camas, de las cuales el 75% son ocupadas por personas que asisten por decisión propia. “La gente puede ingresar desde las 21, se da un baño de agua caliente; a las 21.30 están cenando y a las 22.30 están durmiendo. Al otro día se levantan, desayunan y salen a hacer su rutina, que en una parte importante son cuidacoches, lavadores de autos o vendedores ambulantes”, dijo el ministro, que señaló que la provincia destina cerca de $9.300 millones por mes a las políticas sociales, lo que representa más de $110.000 millones anuales, pero que ha habido una caída de los aportes nacionales. “De Nación hemos recibido una primera cuota de $2.700 millones, pero con la segunda y tercera cuota vamos a llegar a menos del 10% de ayuda”, dijo. Añadió que “los tucumanos que están crónicos en situación de calle no superan los 70 u 80 casos, luego otros se fueron sumando por la situación social y por la situación económica que se vive”. Hace unos días, durante la entrega de la tarjeta alimentar, el funcionario había expresado  que se está ayudando a 108.000 familias y que desde ayer se amplía el operativo de la tarjeta alimentar para ir a municipios y comunas del interior. Una situación similar se vive en el albergue municipal “Papa Francisco”, ubicado bajo las tribunas del ex autódromo, donde hay 70 camas y donde se ha instalado una panadería para ayudar a la gente. La necesidad parece ser grande y así lo testimonian las organizaciones como Cáritas, que reclaman un incremento en las políticas de ayuda. Ese reclamo se hizo sentir de modo dramático hace poco, cuando fue el triste episodio del joven adicto que dormía en un contenedor de basura.

Ahora la Conferencia Episcopal Argentina expresó su preocupación por el crecimiento del narcotráfico en los barrios más vulnerables del país y reclamó una mayor presencia y apoyo del Estado en la prevención y atención de las adicciones. Urge que se acentúen las medidas frente a la crisis que se vive, y que se advierte en esta combinación de frío, carencias y adicciones.