La CGT frente al dilema del Consejo de Mayo: ¿dialogar o confrontar con el Gobierno nacional?

La central obrera definirá este lunes si se suma a la mesa multisectorial propuesta por Javier Milei para consensuar una reforma laboral.

Autoridades de la CGT Autoridades de la CGT
20 Junio 2025

En un contexto de profunda tensión política y económica, la Confederación General del Trabajo (CGT) se apresta a tomar una decisión clave: si acepta o no participar del Consejo de Mayo, el espacio de diálogo multisectorial que el gobierno de Javier Milei activará este martes en la Casa Rosada con el objetivo de impulsar una “modernización laboral”.

La iniciativa, anunciada hace un año por el propio Presidente, prevé reunir a funcionarios nacionales, legisladores, gobernadores, empresarios y sindicalistas. En representación del movimiento obrero, fue incluido Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales de la CGT y líder del gremio de la construcción (UOCRA), aunque el propio dirigente aclaró que no fue consultado formalmente y que el tema será debatido por la conducción cegetista este lunes.

“Nadie del Gobierno habló conmigo. Esta no es una decisión personal. Necesita el aval de una parte importante de la CGT”, afirmó Martínez, recién llegado al país tras participar de la conferencia de la OIT y recibir un reconocimiento de la OEI en Madrid.

La interna cegetista: entre el diálogo y la resistencia

La CGT atraviesa una interna creciente que divide a sus principales referentes entre quienes promueven el diálogo con el Gobierno y quienes rechazan de plano cualquier acercamiento mientras continúe el ajuste económico, las restricciones a las paritarias y la amenaza de reformas que limiten el poder sindical.

En la llamada “mesa chica” de la CGT predomina un perfil más moderado, mientras que el Consejo Directivo reúne a sindicalistas de línea dura, mayoritariamente afines al kirchnerismo, que anticipan su negativa a negociar con la Casa Rosada.

Uno de los referentes cegetistas adelantó a Infobae que será “difícil” que se apruebe la participación en el Consejo mientras no se revierta el contexto actual. Aun así, Martínez no descartó que el Consejo pueda ser una oportunidad para debatir cambios en materia laboral sin imposiciones del oficialismo: “No pedí estar ahí, pero si se aprueba, puede ser una instancia valiosa para defender los derechos de los trabajadores”.

El temor a quedar fuera de la discusión

Desde el entorno sindical, existe un temor concreto: que si la CGT se ausenta del Consejo, el Gobierno avance con su agenda laboral sin escuchar al movimiento obrero. En particular, crece la preocupación por proyectos como el de Democracia Sindical -impulsado por sectores del PRO y la UCR- que propone limitar la reelección indefinida de dirigentes, eliminar las cuotas solidarias y someter a las obras sociales a nuevos controles.

Además, en la Cámara de Diputados se discuten otras iniciativas que buscan descentralizar la negociación colectiva o eliminar la ultraactividad de los convenios colectivos, dos ejes centrales del modelo sindical argentino.

En paralelo, algunos sectores gremiales, como el flamante Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos, se manifestarán este miércoles frente al ministerio que conduce Federico Sturzenegger, uno de los impulsores de las reformas más profundas. Algunos de los convocantes a esa marcha, como Juan Carlos Schmid (CATT), también integran el Consejo Directivo de la CGT.

Una agenda compartida con la UIA

En contraste con el tono combativo de algunos dirigentes, Gerardo Martínez ha mantenido contactos reservados con el nuevo titular de la UIA, Martín Rappallini, para avanzar en una agenda común de modernización laboral que contemple la competitividad de las empresas sin resignar derechos adquiridos.

Ambos dirigentes coincidieron en la necesidad de preservar el diálogo tripartito como pilar del sistema laboral argentino y se mostraron abiertos a discutir cambios bajo la premisa del consenso.

Un debate con múltiples aristas

La eventual participación de la CGT en el Consejo de Mayo se da en un momento sensible para el sindicalismo: en octubre se elegirán nuevas autoridades en la central obrera, y la postura frente al Gobierno podría ser determinante para esos comicios internos. Además, muchos de sus dirigentes expresaron su apoyo político al gobernador bonaerense Axel Kicillof, lo que complica aún más el vínculo con la administración de Milei.

En definitiva, la CGT enfrenta un dilema estructural: si acepta sentarse a negociar, corre el riesgo de ser vista como funcional a un Gobierno que avanza con recortes y restricciones; si rechaza el diálogo, puede perder protagonismo en las reformas que se avecinan.

La decisión que se tome este lunes marcará el rumbo de la central obrera en un contexto de creciente presión social y económica.

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