Un creciente ecosistema de startups verdes está revolucionando la tecnología con soluciones que apuntan a mitigar el cambio climático y preservar los ecosistemas. En España, el ranking «The Next 35» destaca a empresas como Captoplastic —que elimina microplásticos— y Lumio —gestiona energías renovables—, con una financiación conjunta.
En Argentina, MUV impulsa la movilidad eléctrica compartida, mientras que Bumblebee protege la biodiversidad de las abejas mediante sensores y análisis de datos .
También emergen innovaciones globales con impacto inmediato. Pano AI, empresa estadounidense, ha recaudado recientemente U$S 44 millones para desplegar en California y Australia sistemas de detección de incendios basados en cámaras panorámicas e inteligencia artificial, cubriendo ya 30 millones de acres y 250 agencias de primera respuesta.
Por su parte, optoScale, Cognizant y OnDeck Fisheries están utilizando IA para optimizar el cultivo de salmón, monitorear calidad del agua y combatir la pesca ilegal, respectivamente, en un esfuerzo por regenerar la salud de los océanos
El sector energético, tanto terrestre como digital, también está siendo transformado. Startups como Exowatt ofrecen sistemas modulares de energía solar térmica con almacenamiento para alimentar centros de datos 24/7, mientras que numerosas firmas de clean-tech apuntan a mejorar la eficiencia en centros de datos, como los que alimentan la inteligencia artificial.
Estas soluciones no solo reducen la huella de carbono, sino que convierten sistemas intensivos en energía en oportunidades para el despliegue masivo de renovables.
Sin embargo, la carrera por obtener fondos y adaptarse a mercados exige adaptabilidad. Muchas startups están cambiando su discurso, impulsando la seguridad nacional o las ventajas económicas por sobre las ambientales.
Aun así, el impulso hacia innovación sostenible muestra que la tecnología puede ser un aliado clave en la transición ecológica, siempre que las soluciones escalen, se financien y cuenten con apoyo público y privado.