Uno de los gigantes tecnológicos ha decidido levantar el pie del acelerador de la inteligencia artificial, y quizás esa haya sido su jugada más acertada. Cuesta creer que una compañía que se distingue por su excelencia en software y hardware elija no competir de lleno en la carrera en la que están inmersos desde start-ups hasta las plataformas más consolidadas del mundo.
Sin embargo, todo indica que Apple tomó una decisión inteligente luego de varios tropiezos, volviendo a reflexionar sobre cuál es, en definitiva, su verdadero diferencial para los usuarios. La semana pasada se celebró la Wwdc25, la conferencia anual en la que Apple presenta sus novedades. Este año, el evento dejó algunas sorpresas. La empresa de Cupertino podría haber hecho lo mismo que la mayoría de sus competidores: redoblar la apuesta por la inteligencia artificial, integrándola en todos sus productos y sistemas operativos. De hecho, directivos y analistas llegaban al evento con críticas por las demoras en lanzamientos vinculados con esta tecnología. Así, el escenario era claro: desplegar un arsenal de novedades con IA o bien renovar su ecosistema con foco en diseño y funcionalidad.
Apple optó por lo segundo. Si bien hubo anuncios relacionados con inteligencia artificial, tras la Wwdc25 quedó la sensación de que la empresa volvió a poner al usuario en el centro. Uno de los lanzamientos más destacados fue Liquid Glass, la nueva propuesta visual que marcará el diseño de todo su ecosistema. Apple traerá el vidrio al corazón de las interfaces de iPhone, iPad y Apple Watch, con un estilo basado en superficies translúcidas, brillos sutiles y una sensación de profundidad que refuerza su sello estético.
Otro movimiento estratégico fue la unificación del nombre de sus sistemas operativos, siguiendo los pasos de empresas como Samsung. A partir de ahora, las actualizaciones de macOS, watchOS, iPadOS y tvOS estarán alineadas con el año de lanzamiento. El primero será iOS 26. Aunque puede parecer un simple cambio de etiquetas, responde a una necesidad de coherencia y orden en un ecosistema que se había fragmentado con el tiempo. Junto con este nuevo esquema, llegaron mejoras en aplicaciones clave como Llamadas, Safari, Fotos, Cámara, FaceTime, Música y Mensajes.
Paso importante
Entre los anuncios más celebrados estuvo la gran actualización del iPad. A partir de este año, la tableta insignia tendrá un sistema operativo más cercano al de una computadora. Es sin dudas un paso importante hacia la conversión definitiva del iPad en una herramienta potente de productividad y creatividad, tal como lo reclamaban sus usuarios, fieles a este tipo de dispositivo. Con funciones de multitarea, ventanas flotantes, barras de control y nuevas herramientas, la experiencia cambiará radicalmente y permitirá explotar todo el potencial de la gama, desde el modelo básico hasta el Pro más avanzado.
Aunque la atención principal estuvo puesta en estas renovaciones, Apple también presentó avances en Apple Intelligence, una suite de capacidades inteligentes orientadas a mejorar la experiencia en sus dispositivos. Según sus directivos, esta nueva capa busca ofrecer una IA “útil, relevante, fácil de usar y justo donde los usuarios la necesitan, todo mientras protege su privacidad”. Entre las funciones más llamativas se encuentra la traducción en vivo durante llamadas telefónicas y la Inteligencia Visual, que permitirá buscar y ejecutar acciones sobre
cualquier contenido en pantalla. Sin embargo, estos anuncios no bastaron para calmar las expectativas del mercado sobre el posicionamiento de Apple frente a la IA. A eso se suma la postergación del nuevo Siri, cuyo relanzamiento se prevé recién para la actualización iOS 26.4. Esta puede ser una de las deudas más evidentes de una empresa que supo estar a la vanguardia con su asistente digital, pero que hoy, frente a avances como ChatGPT o Gemini, parece haber quedado rezagada. Basta con interactuar con Siri para notar que es claramente menos “inteligente” que sus actuales competidores.
El gran desafío de Apple es evitar el destino de marcas como Nokia o Blackberry, que fueron líderes indiscutidas y terminaron perdiendo el tren de la innovación. Su filosofía centrada en el diseño y la funcionalidad sigue vigente, y la Wwdc25 fue una oportunidad para demostrar que aún domina esos terrenos. Pero la fiebre por la IA empuja fuerte, como alguna vez lo hizo internet o la telefonía móvil. En esa tensión se encuentra hoy la empresa de la manzana mordida. De todos modos, sigue haciendo algo que todavía enamora a los usuarios y eso, por ahora, importa.









