CARAS LARGAS. El equipo fue cuestionado por los hinchas; atraviesa un bache futbolístico del que debe recuperarse. LA GACETA / Osvaldo Ripoll
Los rostros de fastidio de los hinchas y los reclamos a viva voz marcaron el final de una tarde gris en todos los aspectos en La Ciudadela. El empate contra Almagro no sólo significó dos puntos que se le escaparon al “Santo”, sino también una nueva muestra de que el equipo parece estar algo lejos del nivel que sus fanáticos esperan. La bronca por las frustraciones de los últimos años pegó fuerte y ni el rendimiento de un equipo que viene peleando la zona A logró aplacarla.
En esta ocasión el enojo no fue sólo por el resultado; lo que más preocupó fue el rendimiento colectivo, la falta de reacción tras el empate y la sensación de que el equipo parece diluirse justo en los momentos clave del torneo.
En las tribunas, la reacción fue clara: pedidos de refuerzos, cánticos que expresaban el descontento y exigencias para que el club incorpore jugadores que puedan ayudar al “Santo” a ir en busca del gran objetivo. La gente percibe que el plantel necesita un plus, un golpe de calidad que le permita salir de este bache futbolístico. Y no parece un reclamo infundado: con un mercado de pases que entra en su etapa final, esta semana aparece como determinante para el futuro del “Santo”.
El cierre de la ventana de transferencias está fijado para este jueves a las 18. Y en Bolívar y Pellegrini son conscientes de ello: si hay alguna posibilidad de mejorar el plantel, es ahora o nunca.
Hasta el momento, San Martín sólo sumó a Nicolás Castro, mediocampista que tuvo un paso por el club durante la temporada 2019/20 y que regresó tras rescindir en Atlético. Con 35 años y una trayectoria sólida en el ascenso, Castro puede aportar experiencia y orden en la mitad de la cancha, aunque no resuelve todos los problemas que hoy muestra el equipo. “Es un buen jugador. Tiene mucha experiencia, ya pasó por aquí y sabe lo que es jugar en San Martín. Seguramente nos va a aportar muchas cosas buenas”, dijo Ariel Martos durante la conferencia post empate. Sin embargo, el propio entrenador reconoció que aún falta para completar el plantel. “Estamos en la búsqueda de jugadores, pero no está fácil. Nosotros nos movemos, consultamos, pero lamentablemente no sé si es porque somos San Martín pero no nos la hacen fáciles las cosas. Seguiremos insistiendo hasta la fecha límite, aunque tampoco hay que hacer locuras”, remarcó, intentando traer algo de calma en un momento que pinta difícil.
La prioridad es clara: un centrodelantero que pueda pelearle el puesto a Martín Pino o que ofrezca otra alternativa a ese puesto. Aunque el ex Instituto ha mostrado compromiso, el equipo necesita mayor presencia ofensiva y eficacia frente al arco rival. A eso se suma otro deseo del cuerpo técnico: incorporar un jugador capaz de colaborar en la gestación de juego, alguien que pueda asumir el rol de conductor o al menos que pueda entregarle más claridad a una mitad de cancha que por momentos luce predecible y que no logra dar el salto de calidad.
El horizonte parece ser oscuro para San Martín
El problema es que el panorama no parece ser alentador. “El mercado está muy difícil. Muchos jugadores piden locuras y están especulando con la posibilidad de jugar en Primera División”, explicó un vocero de la Comisión Directiva. La inflación, la incertidumbre económica del país y la competencia con clubes de otras categorías (incluso del exterior) hacen que cada negociación sea una carrera contrarreloj. “En algunos casos, los representantes prefieren esperar hasta último momento por una oferta más tentadora, y eso complica la planificación”, agregó la misma fuente consultada por LA GACETA.
A este contexto hay que sumarle otro elemento: San Martín no tiene margen de error. A esta altura del campeonato, cada punto perdido puede pesar en la recta final. Y los últimos resultados que el equipo sacó de local agrava la situación.
La gente lo siente, lo vive con intensidad y no tolera ver a un equipo sin respuestas, sobre todo cuando juega en casa. Por eso, la presión por reforzar el plantel no proviene sólo del cuerpo técnico, sino también desde la tribuna.
En los pasillos del club hay conciencia de que algo hay que hacer para pasar este momento gris. Las próximas horas serán cruciales: algún nombre podría aparecer, alguna negociación podría destrabarse. Pero lo que está claro es que la CD deberá moverse con rapidez e inteligencia, porque el campeonato no da lugar a ningún fallo.







