
En Argentina, el rugby femenino lleva un tiempo de crecimiento sostenido. Al menos, en lo referido al seleccionado nacional, Las Yaguaretés. En cuanto a los torneos locales, todavía a paso lento, la intención es seguir por el mismo camino. Tucumán, potencia a nivel nacional en la disciplina, no es la excepción; y en ese camino se realizó días atrás un encuentro de rugby XII, con el rugby XV como objetivo final.
En Argentina, todavía no se juega al rugby XV a nivel femenino. La razón es clara: la falta de jugadoras. Tiempo atrás, en una entrevista con LA GACETA, Víctor Luna Cáceres, Gerente de Competencias y Desarrollo de la UAR, reconoció que la pandemia generó una disminución en el número de jugadoras que, hasta el día de hoy, no se pudo revertir. Sin embargo, la meta es poder conformar, de acá a un par de años, un seleccionado de rugby XV. Y para eso, es necesario un trabajo previo importante.
En Tucumán, donde ya desde 2024 se juega la modalidad Ten (10 jugadoras), ya se había hecho una prueba de rugby XII hace un par de años. Y ahora, en Corsarios, se realizó un primer encuentro, del que participaron Cardenales, Aguará Guazú, Monteros Vóley, el club local y un combinado de jugadoras de Los Alisos, Liceo y Bajo Hondo.
“Fue una experiencia muy linda. Siempre decimos con las jugadoras de todos los clubes que el rugby XV es el camino, y el XII está alineado a eso”, expresó Andrela Agüero, jugadora de Aguará Guazú. “Se disfruta mucho más dentro de la cancha y es un juego totalmente diferente, en el que entran a jugar también mucho más la táctica y estrategia como así también la preparación física”, aportó, por su parte, Rita Cazorla, jugadora de Cardenales e histórica de las “Naranjas”.
Una capacitación clave para que el rugby femenino pueda crecer
Una de las principales novedades del rugby XII es la disputa de un scrum mucho más complejo, ya que incluye la participación de seis jugadoras por equipo. En el rugby seven, los scrums son sólo de tres jugadoras por lado, y en el Ten, de cinco por equipo.
Al ser una formación con mayor cantidad de jugadoras involucradas, el scrum exige también una mejor formación, tanto en lo físico como en lo técnico. Por eso, en el marco de este encuentro, se realizó también una clínica de primeras línea, dictada por Omar Moallah y Emannuel Galias, referentes locales en esta formación fija.
“Las capacitaciones se vienen dando con tiempo para ir formando un buen scrum y en función de cuidar a las jugadores. Básicamente apuntamos a reforzar y mejorar las cuestiones técnicas relacionadas a la formación del scrum, a que las jugadoras mejoren las posturas y aprendan la manera correcta de aplicar la fuerza para una mejor formación”, explicó Gladys Agüero, presidenta de la subcomisión de rugby femenino de la Unión de Rugby de Tucumán (URT).
“Esto ayuda a que las jugadoras tengan conciencia de lo importante de la preparación física y técnica para las que ocupan el puesto de primeras líneas, y también colabora con la seguridad que se busca tener”, agregó Agüero, que remarcó que las capacitaciones para las primera línea se vienen dictando desde el año pasado.
“El scrum es una formación que requiere de mucha preparación física, técnica para evitar cualquier inconveniente que puedan generar jugadoras mal preparadas o con una mala técnica”, señaló por su parte Moallah, que posteriormente explicó los trabajos que se realizaron tanto el día del encuentro como tres días antes en Los Tarcos, donde se llevó a cabo otra jornada de capacitación.
“Hicimos un test que se llama semáforo, que cuenta con cinco ejercicios que nos permite tener un diagnóstico de la capacidad física que tienen las jugadoras para formar el scrum. El sábado, aprovechando el partido de XII jugadoras, se aprovechó para hacer una clínica en la que se empezaron a tocar los aspectos claves: el empuje, la resistencia, la presión, la tensión. Las chicas empezaron a sentir en carne propia lo que es un scum”, detalló.
Tanto las jugadoras como Agüero, en su rol de dirigente, destacaron que llegar al rugby XV le permitiría al rugby tucumano, y argentino, desarrollarse mucho más.
“Jugar de a XII permite mayor participación a todo tipo de jugadoras, a diferencia del seven. Otro punto a destacar es que al jugar en esta modalidad, las jugadoras aprenden la ubicación dentro de la cancha”, subrayó Agüero, que anticipó que el proyecto de la URT que incluye un total de cuatro encuentros de rugby XII durante este año.
“Acá en Tucumán hay mucho potencial para explotar, para ir pasando de un XII a un XV. Cuanto más encuentros de XII haya mucho mejor, porque así todas tienen la posibilidad de jugar. Cuantas más chicas, mejor para que crezca el rugby”, subrayó Agüero.
“Es muy importante porque podemos ser más adentro de la cancha y porque no es tan discriminativo, por decirlo de alguna manera, como lo es el 7s. Entonces hay más participación, se amplían los tiempos de juego también, y de a poco vamos aprendiendo a jugar realmente al rugby”, reflexionó Cazorla, que recordó que tiempo atrás ya se habían hecho pruebas, incluso, a nivel nacional, de las que también participó.
“Entiendo que lleva tiempo, sobre todo en la capacitación y en la preparación ya que hay formaciones como el scrum que exigen una preparación adecuada para evitar lesiones, pero creo que este es el camino. Ojalá no sea tan largo y en un futuro cercano ya estemos jugando todas rugby XV”, agregó la histórica jugadora de Cardenales. “Ojalá todos los encuentros previstos se puedan cumplir. Sería genial para nosotras seguir creciendo en número, en preparación y en competencia; y quién te dice pronto tengamos más torneos así, con muchas más chicas jugando y también nuestras juveniles y prejuveniles”, concluyó Cazorla.
Que el rugby femenino creció en los últimos tiempos es un hecho. Que todavía necesita mucho más, y está muy lejos del rugby masculino, también. Llegar a jugar en modalidad XV es el gran objetivo en Argentina y en Tucumán, y es un camino que ya se está recorriendo.