A los 24 años, Agostina Galimberti decidió dar el salto: dejó atrás su carrera como jugadora de hockey y fundó Vixon, una startup que promete cambiar la forma en que entrenan los deportistas. Con un sistema que combina pecheras LED inteligentes y software con inteligencia artificial, esta joven argentina está abriendo una nueva etapa en el deporte. En esa fase, se entrena no sólo el cuerpo, sino también la mente.
“La compañía nació con la convicción de que podemos enriquecer el potencial de los atletas entrenando su físico y también su cerebro”, cuenta Agustina a Forbes Argentina. La joven recorrió Europa como jugadora antes de convertirse en emprendedora. Inspirada por métodos que conoció en Alemania y Australia, pensó una solución concreta: entrenar la toma de decisiones, la atención y la velocidad de reacción en tiempo real, durante la práctica.
Cómo funciona la startup Vixon
El sistema desarrollado por Vixon se basa en pecheras deportivas con luces LED que cambian de color según las consignas del entrenador. Esto obliga a los jugadores a responder ante estímulos impredecibles, simulando el caos real del juego. Además, se suma el Vixon AI Lab, un software que recopila los datos del entrenamiento y ofrece análisis detallados sobre el rendimiento de cada deportista.
“No venimos a reemplazar a los entrenadores, sino a sumar herramientas”, dice Agostina. La clave está en trabajar sobre las cuatro áreas del rendimiento deportivo: táctica, técnica, física y mental. El objetivo: que cada segundo cuente.
El origen: del hockey a las startups
La idea de Vixon empezó a tomar forma cuando Agostina jugaba al hockey en el exterior. En esos años, notó que muchos entrenamientos incluían ejercicios que estimulaban el cerebro, no solo los músculos. Así surgió la pregunta: ¿cómo llevar eso a América Latina con tecnología propia?
Con una inversión inicial de US$ 70.000, Agostina y su equipo desarrollaron un prototipo funcional. Uno de los principales desafíos fue lograr que las luces fueran visibles durante el día y que las pecheras tuvieran autonomía suficiente para una sesión completa.
Rumbo al mundo: una ronda de inversión y proyección internacional
Vixon ya participó de eventos internacionales como Soccerex MENA en Egipto, donde captó la atención de referencias de la industria del fútbol. Ahora, con el apoyo de la aceleradora Neutrón, se prepara para su siguiente paso: una ronda de inversión por US$ 280.000 que le permita producir en masa y escalar globalmente.
Pero la visión de Agostina va más allá del deporte profesional: quiere que su tecnología llegue a clubes de barrio, escuelas y universidades. Y no solo eso: cree que los datos obtenidos en los entrenamientos podrían servir incluso para negociaciones de fichajes o mejoras en la planificación deportiva.
Agostina creció en una familia marcada por el deporte: su mamá jugó en la selección argentina y su tío también fue jugador. Hoy, desde su experiencia personal, decidió transformar el entrenamiento desde adentro.
“Los límites físicos ya están al máximo, pero el potencial del cerebro recién empieza a explorarse”, asegura. Su historia es prueba de que el deporte y la tecnología no solo pueden convivir, sino potenciarse. Y que con una buena idea, convicción y trabajo duro, se puede pasar de una cancha en Mitre a competir en el mercado global.