Portugal se coronó campeón de la UEFA Nations League y se convirtió en el primer seleccionado en lograrlo por segunda vez. En una final vibrante, empató 2-2 ante España en los 120 minutos y se impuso 5-3 en la tanda de penales. Los goles del tiempo regular fueron obra de Martín Zubimendi y Mikel Oyarzabal para los españoles, mientras que Nuno Mendes y Cristiano Ronaldo marcaron para los lusos.
El encuentro tuvo intensidad desde el inicio. Zubimendi abrió el marcador a los 21 minutos tras una buena combinación colectiva y varios rebotes en el área. Pero la reacción fue inmediata: cuatro minutos después, Mendes sacó a relucir su talento con una jugada individual y una definición cruzada que igualó el duelo. A pesar de ese golpe, Oyarzabal volvió a adelantar a España antes del entretiempo.
La segunda mitad mantuvo la tensión, aunque con pocas situaciones claras. A los 61, Cristiano Ronaldo apareció con su olfato goleador: empujó al gol una asistencia del propio Mendes tras un desborde por izquierda. Poco después, debió salir por una molestia muscular. “Sentí una molestia y no quise arriesgar. Pero confié en mis compañeros hasta el final”, declaró luego, visiblemente emocionado.
En el alargue, Portugal mostró más ambición, pero no logró volver a vencer a Unai Simón. Así, la final se definió desde los doce pasos. Tras tres penales bien ejecutados por ambos lados, llegó el error: Álvaro Morata, capitán español, remató sin fuerza ni dirección y el arquero Diogo Costa lo contuvo con facilidad. “Me preparé para ese momento. Sabía que podía hacer la diferencia”, dijo el portero portugués.
La emoción de Cristiano a los 40
La responsabilidad del último penal quedó en los pies de Rúben Neves, que no falló: remate bajo y cruzado, imposible para Simón, y explosión de alegría. Portugal celebraba su segundo título en el torneo, tras el conseguido en 2019. “Cierro los ojos y todavía no lo creo. A los 40 años, volver a ganar con esta camiseta es un sueño”, expresó Cristiano, quien vivió el final al borde del llanto desde el banco.
Con una generación joven y un "CR7" aún vigente, Portugal sumó una nueva estrella. La figura de Mendes, clave en ambos goles, se destacó en un equipo que supo sufrir y reponerse. España, con nombres prometedores, volvió a quedarse cerca. Pero la noche fue toda portuguesa: una mezcla de experiencia, sangre nueva y un líder eterno que, incluso fuera de la cancha, sigue marcando el rumbo.







