06 Junio 2025
La llegada del empresario estadounidense Foster Gillett, que generó expectativas en Rampla Juniors, parece haber agudizado aún más la delicada situación del club, que se encuentra al borde del descenso al fútbol amateur uruguayo.
El último revés deportivo fue una derrota por 2-1 frente a Oriental de La Paz, extendiendo la racha negativa del equipo a 16 encuentros sin conocer la victoria. La tensión se desbordó entre los aficionados, algunos de los cuales reaccionaron con violencia al final del encuentro, frustrados por el prolongado mal momento.
Parte del enfado de la hinchada se dirigió directamente al vestuario, donde se produjeron insultos e intentos de agresión hacia el entrenador Leandro Somoza. El argentino, finalmente, fue cesado de su cargo este jueves. Su continuidad hasta entonces se habría debido a que su contrato dependía directamente de la Sociedad Anónima Deportiva encabezada por Gillett, y no del presidente institucional, Gabriel Kouyoumdjian. Las decisiones han estado en manos de Gastón Tealdi, figura clave dentro de la estructura de la SAD.
Durante la semana previa a su destitución, algunos hinchas se presentaron en el lugar de entrenamiento para exigirle la renuncia a Somoza. En un clima tenso pero sin violencia física, hicieron saber al técnico y a los jugadores su malestar ante los resultados y el rumbo que ha tomado el club.
Rampla Juniors ocupa actualmente la última posición en la Tabla Anual de la Segunda División Profesional de Uruguay, categoría a la que descendió el año pasado. La desesperación entre los seguidores ha ido en aumento, y ya se han manifestado en contra de la gestión de Gillett con duras pintadas en las instalaciones del club, reclamando promesas incumplidas: “Cero deudas pagas, cero obras, cero goles”. Otra pintada rezaba: “El peor campeonato del club en 111 años”, acompañada de críticas directas a la dirigencia: “Tealdi mentiroso. Dirigentes incapaces, respeten la historia”.
El acuerdo con Gillett se concretó a fines de 2024, cuando el club decidió transformarse en una Sociedad Anónima Deportiva con la intención de relanzar su proyecto deportivo. No obstante, los resultados no han acompañado. El equipo cerró su participación en el Torneo Competencia sin victorias, con dos empates y cuatro derrotas, además de no marcar ningún gol en todo el certamen. El inicio de la 4ª Etapa Regular tampoco trajo mejoras: tres caídas consecutivas agravan aún más la situación.
En sus primeros meses al frente del club, Gillett intentó revolucionar la institución: se modificó el escudo, se realizaron múltiples incorporaciones de jugadores y se contrató un nuevo cuerpo técnico encabezado por Somoza. Su propuesta iba más allá del campo de juego, ya que prometía inversiones en infraestructura y un ambicioso plan para regresar a la élite del fútbol uruguayo. Sin embargo, nada de esto se ha concretado hasta ahora.
En febrero, el representante de Gillett, Guillermo Tofoni, había declarado que Somoza no solo sería el entrenador, sino también el responsable de diseñar un proyecto deportivo integral para llevar al club de vuelta al protagonismo.
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