
IMAGEN TOMADA DE UCAM DENTAL

Aunque la salud bucal ha mejorado notablemente en las últimas décadas, los implantes dentales, una solución cada vez más común, no están exentos de desafíos, especialmente en la vejez. Antes de tomar la decisión de reemplazar una pieza perdida, es fundamental conocer sus ventajas, limitaciones y exigencias a largo plazo.
1. ¿Son siempre la mejor opción?
Perder un diente suele ser un momento crítico. Frente a esta situación, los implantes dentales suelen parecer la alternativa más moderna y eficaz. Y lo son, en muchos casos. Según el profesor Reinhard Hickel, referente internacional en odontología conservadora y periodoncia, cuando están bien indicados y correctamente colocados, los implantes tienen una tasa de éxito del 95% a los cinco años.
Pero no siempre son la mejor opción. En uno de cada 20 casos pueden surgir complicaciones, muchas veces asociadas a enfermedades previas como la periodontitis o a una higiene bucal deficiente. “Los implantes deben limpiarse muy bien; de lo contrario, pueden perderse debido a infecciones”, advierte Hickel, quien dirigió durante más de 30 años la Clínica de Odontología Conservadora y Periodoncia en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich.
2. Los desafíos en la vejez
En adultos mayores, la situación se vuelve más compleja. Enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o la demencia pueden dificultar el mantenimiento de una buena higiene dental, aumentando significativamente el riesgo de infección en los implantes.
Además, la coordinación motriz y la capacidad de seguir rutinas estrictas de limpieza se ven reducidas con el tiempo, lo que pone en peligro la durabilidad de estas piezas. Por eso, la indicación de implantes en personas mayores debe analizarse cuidadosamente junto a un profesional.
3. La prevención sigue siendo la mejor herramienta
Uno de los logros más destacados en salud dental en las últimas décadas ha sido la prevención. Según Hickel, en los últimos 30 años se ha reducido a la mitad el número de dientes que se arreglan anualmente, las extracciones disminuyeron en un tercio y los tratamientos de conducto, casi en un 25%. Todo esto, gracias a mejores prácticas de higiene, controles regulares y mayor acceso a información.
Hoy, cerca del 80% de los chicos de 12 años no tiene caries o presenta lesiones mínimas. Pero aún hay un 20% con problemas dentales graves, generalmente vinculados a contextos sociales vulnerables. “La salud dental sigue siendo, en parte, una cuestión social. Las familias desfavorecidas con frecuencia tienen menos conocimiento sobre el cuidado dental”, subraya el experto.
Accesibilidad y cobertura
Pese a sus beneficios, los implantes siguen siendo costosos y no siempre están cubiertos por obras sociales o sistemas de salud, salvo en casos excepcionales. Esta limitación económica restringe el acceso a un tratamiento que, bien indicado y cuidado, puede mejorar significativamente la calidad de vida.
Antes de optar por un implante dental, es fundamental evaluar no solo su conveniencia médica, sino también la capacidad de mantener una higiene adecuada a lo largo del tiempo y el acceso a controles regulares. La prevención, la información y el acompañamiento profesional siguen siendo las mejores herramientas para una salud bucal duradera.







