Aunque desde River Plate aseguran que no recibieron llamadas formales, y desde la representación del jugador advierten que “hace mucho que vienen preguntando los clubes por él pero todavía no hay nada”, lo cierto es que dos gigantes europeos decidieron moverse con fuerza por Franco Mastantuono: el Real Madrid y el Paris Saint-Germain. Tras el primer acercamiento del club francés, el Merengue respondió enviando a un emisario clave: Juni Calafat, quien ya mantuvo contactos directos con el entorno del futbolista, según confirmó Infobae.
Lejos de ser un intermediario más, Juni Calafat es una figura central en la estructura del Real Madrid. Considerado la mano derecha de Florentino Pérez, ha sido protagonista silencioso en algunos de los fichajes más relevantes del club en la última década. En su rol como jefe de scouting internacional, su influencia va más allá del análisis deportivo: su capacidad para leer contextos personales y familiares ha sido determinante en incorporaciones como las de Vinicius Jr., Rodrygo y Federico Valverde. Hoy, ese mismo enfoque lo pone al frente de la negociación por Mastantuono.
De origen madrileño pero criado en Brasil, Calafat combina el conocimiento técnico con una sensibilidad especial hacia el fútbol sudamericano. Desde su ingreso al club blanco en 2014, fue consolidando una red de confianza y estrategia que lo llevó a ser “el hombre de mayor confianza de Florentino Pérez en cuanto a la detección de talento joven”. Con bajo perfil y alejado del protagonismo mediático, es habitual verlo en el Santiago Bernabéu sin llamar la atención, pero siempre en el centro de las decisiones clave.
Su método es atípico en comparación con otros cazatalentos europeos: invierte tiempo en conocer al jugador y a su entorno antes de ofrecer contratos millonarios. Así logró, por ejemplo, convencer a la familia de Vinicius Jr. en 2017, cuando el joven brasileño apenas tenía 16 años y también era pretendido por el Barcelona. “La familia del jugador quedó impactada, no solo por la propuesta deportiva del club, sino también por la cercanía humana del directivo”, reconstruye el artículo. Lo mismo ocurrió con Rodrygo, a quien también sedujo con un seguimiento constante, más allá del dinero.
Más allá de sus aciertos, el historial de Calafat no está exento de errores. Operaciones como las de Lucas Silva, Reinier o Luka Jovic no dieron el resultado esperado. Sin embargo, su radar también detectó a jugadores como Éder Militão, Eduardo Camavinga, Jude Bellingham, Aurélien Tchouaméni y Arda Güler. Incluso aquellos que no triunfaron en Madrid, como Martin Ødegaard o Take Kubo, terminaron rindiendo en clubes de élite. A diferencia de otros, su trabajo no se limita a la firma: “se ocupó personalmente de facilitarles la adaptación” a varios de los jugadores que trajo al club, acompañándolos incluso después del fichaje.
Un movimiento que puede definir el futuro
La llegada de Juni Calafat a Buenos Aires representa un mensaje directo: el Real Madrid va con todo por Franco Mastantuono. Con apenas 17 años, el joven talento de River es seguido de cerca por media Europa, pero la Casa Blanca apuesta fuerte, confiando en el estilo del scout español para adelantarse al PSG y a cualquier otro competidor. Aunque la cláusula de rescisión es de 45 millones de euros y el club argentino pretende retenerlo para la Libertadores 2025, la presencia de Calafat en escena parece ser una señal de que el acuerdo está más cerca de concretarse de lo que parece.







