EFECTOS DE LA CRISIS CLIMÁTICA. La inundaciones en Bahía Blanca reflejan la vulnerabilidad de las ciudades ante el aumento de las precipitaciones.
La situación ambiental es muy preocupante. Prueba de ello son los recientes sucesos que conmocionaron a los argentinos: las inundaciones y los incendios forestales. En muchas provincias, hay graves problemas de contaminación, mientras faltan controles y hay un Estado que mira para otro lado. Y estamos pagando muy caro el precio de ignorar la crisis climática.
El diagnóstico pertenece a Daniel Sabsay, reconocido especialista en derecho constitucional y ambiental, quien en dialogó con LA GACETA en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora hoy.
Sabsay abordó temas relacionados con el derecho ambiental y en ese sentido destacó la legislación que existe en nuestro país, pero dijo que en la mayoría de los casos no se aplica o falta reglamentación.
- ¿Cuáles son los temas que hoy más preocupan relacionados al medio ambiente?
- Lo que más preocupa es que tenemos un gobierno negacionista del calentamiento global, que se separa del acuerdo de París; es decir, es gravísimo lo que estamos viviendo. Esto nunca creíamos que lo íbamos a ver. Mal que mal, íbamos en una escala ascendente, y ahora el descenso es abrupto. En cuanto a las hechos más alarmantes que vimos, estos son los relacionadas con el calentamiento global, y que precisamente llevan a inundaciones, incendios, todas situaciones que a su vez producen la extinción de especies. La desaparición, a nivel mundial, inclusive de los Estados Islas como consecuencia del cambio climático. Es muy grave.
PREOCUPADO. Sabsay critica la postura del Estado ante la crisis ambiental.
- ¿Cuál es el papel que los Estados tienen que asumir? ¿Cómo pueden actuar?
- Es fundamental que el Estado aplique el poder de policía, en el sentido de limitar algunos derechos de algunos en beneficio de otros. Es la idea de desarrollo sustentable o sostenible. Además, está incorporado nuestra Constitución Nacional, en el artículo 41, donde se establece el derecho a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano, así como el deber de preservar ese ambiente. Ahí dice claramente que eso viene de las Conferencias de Naciones Unidas sobre ambiente humano y sobre medio ambiente, que las actuales actividades de tipo económico no impidan el desarrollo de las generaciones futuras. Es lo que se conoce como equidad intergeneracional. Y además nos exige que todos contribuyamos en la protección y el mejoramiento del ambiente.
- ¿Hay más concientización? ¿Eso se vio reflejado en las normativas?
- El marco normativo es excelente. Las leyes para proteger el medio ambiente están prácticamente todas; han sido elaboradas y sancionadas por el Congreso. Falta muchas veces reglamentación, y sobre todo aplicación. Ahí falla el Poder Ejecutivo. Los anteriores gobiernos habían tenido una mayor predisposición y por eso se pudo desarrollar toda esa normativa; este gobierno no.
-¿Cómo debería equilibrarse el desarrollo económico con la conservación ambiental?
- Es muy, muy difícil. Pero no olvidemos que precisamente el concepto de desarrollo sostenible es una suerte de ecuación en donde se componen los tres valores: lo social, lo ambiental y lo económico. Y eso es lo complicado de ponerse de acuerdo. Pero cuando se logran, realmente se posibilita la supervivencia de la vida en el planeta. Porque lo que corre riesgo es que el hombre pueda desaparecer. Las consecuencias del daño al medio ambiente tal vez nos parezca que no son inmediatas. Sin embargo, van mucho más rápido de lo que creíamos. Y es esto que estamos viviendo en el país en los últimos en los últimos tiempos: muertes por inundaciones en Bahía Blanca, en Zárate y en Campana. Y a pesar de que el agua o el fuego de los incendios forestales les llegue hasta las narices, igual (las autoridades del gobierno) lo siguen negando.
- Cuando las normas se cumplen y los casos llegan a la Justicia, ¿es difícil comprobar los delitos contra el medio ambiente? ¿Hay fallos ejemplificadores?
- Han habido intervenciones de la Justicia muy positivas; por ejemplo, en el tema de la contaminación de la cuenca Matanza-Riachuelo. Pero bueno, la Justicia interviene excepcionalmente. Esto lo tienen que hacer los poderes políticos. Aunque hay delitos, inclusive en el Código Penal, relacionados al daño al medio ambiente es muy difícil por la enorme preponderancia que tienen los ejecutivos, el exceso de las facultades legislativas del Ejecutivo, que se extralimita a pesar de que, como principio general, la Constitución se lo prohíbe. La prueba en el delito ambiental tiene su dificultad, pero bueno, se aplican también los principios de derecho ambiental que están en la Ley General del Ambiente, empezando por el precautorio y el preventivo.
- En general, ¿diría que la sociedad hoy valora y cuida más el medio ambiente?
- Sobre todo los jóvenes y los niños, porque en materia de educación en las escuelas se hace mucho desde hace varios años.
- ¿Usted es optimista? ¿En el futuro puede haber mejoras que ayuden a frenar el cambio climático?
- Soy moderadamente optimista, porque con lo que pasa ahora hemos perdido bastante el optimismo.
La contaminación plástica
Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con la finalidad de mejorar la protección ambiental y resaltar que se trata de una cuestión que influye directamente en el bienestar de las personas.
La idea de esta fecha, que fue impulsada en 1972, es generar más conciencia ambiental y sumar a las personas a convertirse en agentes activos para el desarrollo sustentable y equitativo.
En 2025, el lema hace referencia a la lucha contra la contaminación por plásticos, los cuales se extienden por cada rincón del planeta, incluso al interior del cuerpo humano como microplásticos.
Los datos sobre la contaminación de estos residuos son preocupantes: más de 400 millones de toneladas de plástico se producen a nivel mundial por año. Se cree que la mitad de este material se concibe para una vida útil de un solo uso. Menos del 10% se recicla. Unos 11 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Más de 50.000 partículas de plástico ingiere cada persona por año, e incluso muchas más si se tienen en cuenta las partículas inhaladas.
Los plásticos de un solo uso, cuando se tiran o se queman, no solo hacen daño a la salud de las personas y a los animales, sino que además terminan contaminando todo tipo de lugares, desde las montañas más altas hasta el fondo del mar. En tanto, los microplásticos (partículas plásticas cuyo diámetro es inferior a 5 mm) invaden los alimentos, el agua e incluso el aire.
El desafío es redoblar esfuerzos públicos y privados para la gestión de los residuos plásticos. La recomendación a la sociedad es rechazar los plásticos de un solo uso, como las bolsas de compras, los cubiertos, recipientes, envoltorios, botellas y sorbetes. Dejar de usarlas supone cambiarlas por bolsas de tela y opciones reutilizables.









