
Juan Manuel López está feliz y sonriente. Camina con paso apurado, saluda a los empleados del club y charla de manera distendida con Lucas Pusineri. Lanza alguna broma mientras ambos cruzan el complejo José Salmoiraghi rumbo a la última cancha. Se detienen en el círculo central, hablan de cargas, de tiempos, de ritmos. López, con el tono de quien ya se siente parte, explica su plan de preparación física de Atlético de cara al Clausura. Junto al resto del cuerpo técnico “decano”, acomoda los conos, arma los circuitos y ya tiene el cronómetro en la mano. Su misión es clara: llegó para mejorar la resistencia del plantel y poner al equipo en forma para lo que viene.
Espera con paciencia la llegada de los jugadores. Con los 18 futbolistas de campo ya en cancha –los arqueros trabajan aparte con Carlos Barrionuevo–, comienza la sesión. Lo primero que hace es guiarlos con pasadas rápidas y ejercicios de coordinación. Sabe que este es el momento clave: la piedra angular de toda pretemporada. Es el tiempo para poner a punto los cuerpos, fortalecer las bases, prevenir lesiones y preparar la exigencia del torneo. Por eso está en Tucumán: para asumir el rol que dejó vacante Marcelo Oyarzún, el preparador físico chileno que decidió alejarse del club tras la finalización del Apertura.
“Tengo muy buenas referencias del club, de los jugadores, del equipo. Así que muy entusiasmado e ilusionado por sumarme a este nuevo proyecto”, dice en una breve charla con LA GACETA.
López trae consigo una vasta experiencia en el fútbol. Es profesor de Educación Física, egresado de la Universidad de La Plata, y su primera experiencia fue en Atlas de México, en 2008. También trabajó en Sporting Cristal de Perú, fue coordinador de ciencias aplicadas al deporte y al alto rendimiento de las juveniles de la selección peruana; y pasó por clubes como Sport Recife, Melgar y Alianza Lima, entre otros. Su último paso fue por Newell’s, junto a Mariano Soso. El ciclo fue breve —apenas seis partidos—, pero suficiente para seguir alimentando su recorrido en el fútbol argentino.
El "profe" valora haber llegado en esta etapa. Tiene tiempo para trabajar y pulir algunos aspectos. Según cuenta, el torneo pasado casi no hubo margen para una preparación adecuada. Las consecuencias, dice, se vieron en la cancha. “En 12 o 18 días es muy difícil poner un equipo a punto. En esta instancia analizamos que en la primera etapa no se pudo hacer un trabajo de base. Entonces, ahora vamos a tomarnos las primeras semanas para adaptarnos: a los entrenamientos, a la metodología, al modelo de juego. Y a partir de la tercera, cuarta, quinta semana, ir aumentando progresivamente la intensidad de los esfuerzos”, evalúa.
La primera semana, según López, es de diagnóstico. Su labor consiste en observar cómo los futbolistas se adaptan a los ejercicios. Para ello, analiza los gestos técnicos, las habilidades específicas de cada jugador, los giros, el dribbling, el golpeo, entre otras cualidades. Una vez que recolecte toda esa información, podrá trazar la ruta para llegar de la mejor manera al Clausura. Hasta ahora, el único jugador del plantel al que ya había dirigido es Carlos Auzqui, a quien conoció en Estudiantes de La Plata. También valora la presencia de Luis Miguel Rodríguez, a quien define como “crack”. “Son ejemplos. No sólo del fútbol, sino de la vida. Con tantos años encima, mantener la dedicación, el profesionalismo y la ilusión de seguir mejorando cada año es admirable. A mí me gusta mucho y aprendo de eso”, señala.
Los amistosos, un banco de prueba para Atlético
López también hace hincapié en la necesidad de agendar amistosos con diferentes equipos. En ese sentido, el “Decano” ya inició gestiones para disputar un partido frente a Independiente. La fecha estimada es el 21 de junio, aunque aún no está confirmada. También se habla de un posible duelo frente a Instituto. “La idea es jugar la mayor cantidad posible y llegar, como mínimo, con seis partidos antes del reinicio del torneo. Lo que queda por definir son los rivales, pero la propuesta está”, indica.
De esta manera, López se convierte en una de las novedades de Atlético para el Clausura. Es el primer “refuerzo” de Pusineri. Y, sobre todo, quiere que su trabajo se traduzca en resultados dentro del campo de juego.