El jugador de Los Tarcos que combina guardias médicas con partidos de hockey

Leandro Castronovo es traumatólogo en el Hospital de Niños y referente del hockey tucumano, es parte del plantel que compite en Mendoza como refuerzo de Murialdo.

El jugador de Los Tarcos que combina guardias médicas con partidos de hockey

Leonardo Castronovo es una pieza clave del equipo de hockey masculino de Los Tarcos, además de ser médico traumatólogo en el Hospital de Niños. Representa una de esas historias que conjugan pasión, esfuerzo y vocación, con una admirable cuota de compromiso. En el marco de una nueva edición de la Superliga, Castronovo se dio el gusto de volver a vestir la camiseta del club que lo vio nacer como jugador. Aunque en esta competencia lo hace como refuerzo de Murialdo de Mendoza, su corazón seguirá latiendo por Los Tarcos, al menos por algunos meses más.

Su estadía en nuestra provincia finalizará en agosto. Mientras tanto, no se privó de trabajar, especializarse y practicar el deporte que ama desde chico. “Vine por un año, a hacer un fellowship en cirugía de mano, que es como una formación especialista”, aclara el jugador de hockey desde la concentración mendocina.

“Siempre es muy lindo y motivante volver a representar a mi club en unos partidos. Toda la vida fue así para mí”, expresa con emoción. La Superliga le permitió una pequeña “licencia” de fidelidad: “Puedo jugar como refuerzo para Murialdo, pero yo sigo siendo jugador de Los Tarcos. Represento al club en el torneo de Tucumán y eso no cambiará a corto plazo”, aclara.

El torneo, que reúne a los mejores equipos del país en una exigente competencia de cuatro días, no es un desafío menor. Para Castronovo, que combina su rol deportivo con su labor médica, la planificación y el cuidado físico son claves. “Durante el año, lo más importante es mantener la parte física, sobre todo con el gimnasio, el descanso y la alimentación. Son cinco partidos en cuatro días y es muy demandante físicamente”, advierte cuando habla particularmente de este torneo.

Acostumbrado a jornadas intensas en el hospital, reconoce que sostener el ritmo entre el deporte de alto rendimiento y su labor en la medicina no es tarea sencilla. “La verdad que a veces es muy difícil, pero creo que con un poco de esfuerzo y voluntad es posible hacer todo. A veces como se puede, pero bien”, dice con naturalidad, como si equilibrar una vida entre guardias y entrenamientos fuera algo común.

El jugador de Los Tarcos que combina guardias médicas con partidos de hockey

Leonardo tiene los pies en la tierra. Sabe que el hockey argentino, en especial el del interior del país, se sostiene por el amor al juego más que por estructuras profesionales. “Es un deporte amateur, pero con exigencias de uno profesional. Entonces a veces se hace difícil cumplir con todo. La recuperación, la alimentación, el descanso... hay que ser muy cuidadoso porque todos trabajamos y entrenamos en paralelo”, reflexiona.

Respecto al nivel del hockey tucumano, no duda en destacar su competitividad. “Creo que el hockey en Tucumán es bastante competitivo. Tal vez el de Mendoza puede ser un poco más intenso porque se juega más en canchas de agua, pero en general son muy similares”, analiza.

Con su nuevo equipo en la Superliga, Castronovo no pone el foco solo en el resultado, sino en la experiencia y en el nivel de juego. “El objetivo es dar lo mejor posible, competir al máximo nivel que podamos. Es un programa muy exigente física y tácticamente, así que cualquier detalle o error puede dejarte afuera”, señala. Uno de los rivales que más respeta es Universitario de Rosario: “Ya nos enfrentamos en la última Superliga. Es un muy buen equipo y ese partido nos sirve como medida para ver dónde estamos parados”.

Castronovo también valora el trabajo de base que se realiza en los clubes del norte. “Los profes y los clubes trabajan mucho en la parte de gimnasio para mejorar la condición física de todos los jugadores. En este tipo de torneos, si no estás bien preparado, te quedás afuera”, remarca.

Mientras combina consultas médicas y palos de hockey, Castronovo construye su camino con una entrega admirable. No se queja, no dramatiza. Disfruta. Y, sobre todo, agradece la posibilidad de seguir haciendo lo que ama y de volver a cruzarse con los colores del club donde todo empezó. “Volver a jugar con Murialdo en esta etapa de mi vida es un privilegio. Me llena de orgullo”, concluye. 

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