Hong Kong se propone como refugio para jóvenes que ya no pueden estudiar en Harvard

La medida polémica del presidente Donald Trump contra la admisión de extranjeros en Harvard rompió los planes de miles de estudiantes internacionales que soñaban con estudiar en esa universidad. La decisión responde a una campaña que lleva adelante la Casa Blanca para quebrar el supuesto sesgo antisemita y woke del campus de la prestigiosa casa de altos estudios. Además de prohibir el ingreso de alumnos foráneos, Trump eliminó programas de investigación asignados a Harvard por miles de millones de dólares. Sorpresivamente, este ataque está beneficiando a centros de estudios asiáticos que compitieron históricamente con Harvard.

Ante el desconcierto global, Hong Kong reaccionó de inmediato. Las principales universidades de este territorio anunciaron que están listas para recibir a quienes quedaron excluidos del sistema estadounidense. No sólo amplían cupos, también simplifican trámites y ofrecen acompañamiento académico.

Aprovechar las "víctimas" académicas

Aunque una jueza federal suspendió de forma temporal la medida de Trump contra los estudiantes internacionales, muchos jóvenes que planeaban estudiar en los Estados Unidos se sienten en el limbo. Y en medio de ese escenario de incertidumbre, Hong Kong emergió como un inesperado faro de oportunidades.

La secretaria de Educación del territorio autónomo, Christine Choi, instó a todas las universidades locales a facilitar el ingreso de quienes fueron desplazados por la nueva política estadounidense. “Queremos atraer a estudiantes excepcionales de todo el mundo”, expresó en un comunicado oficial. Según explicó, las instituciones de Hong Kong incrementarán los beneficios y las facilidades para quienes decidan matricularse allí.

La Universidad de Ciencias y Tecnología de Hong Kong (Hkust), una de las más prestigiosas del continente, fue la primera en responder. El mismo día en el que se conoció la noticia sobre el veto a los extranjeros de Harvard, la Hkust emitió un comunicado donde invitó explícitamente a los jóvenes afectados a continuar sus estudios en sus campus. Además, anunció la creación de un sistema de admisión simplificado, y mecanismos de apoyo para que el cambio de país y universidad no implique una pérdida académica.

Harvard sigue estando entre las mejores universidades del mundo mientras que la Hkust figura en el puesto 105 de la US News and World Report. Sin embargo, la distancia no parece tan abismal si se consideran otros factores: innovación científica, calidad docente, conexión con Asia y acceso a recursos tecnológicos. En un mundo globalizado, más estudiantes valoran la posibilidad de formarse en centros con visión internacional.

La propuesta de Hong Kong no es solo un gesto simbólico. También es un movimiento estratégico. Desde hace años, sus universidades intentan posicionarse como referentes en educación superior, ciencia y tecnología. Y ahora, con las restricciones impuestas por el gobierno estadounidense, encuentran una oportunidad para captar talento joven que no quiere poner en pausa su formación.

El veto que propuso Trump no se limita a Harvard. Según trascendió en medios estadounidenses como The New York Times y CNN, la intención de fondo sería limitar el ingreso de jóvenes internacionales en otras universidades consideradas "críticamente influenciadas" por intereses extranjeros. La polémica se encendió aún más al incluir acusaciones de antisemitismo, que diversos sectores académicos rechazaron públicamente.

El caso de Hong Kong muestra cómo una ciudad puede leer el momento político global y adaptarse rápido. Lo hace sin discursos grandilocuentes, pero con acciones concretas: ampliar matrículas, flexibilizar trámites y ofrecer un entorno académico competitivo.

Aunque aún no se sabe cómo avanzará la causa judicial contra Harvard en los Estados Unidos, lo cierto es que el daño ya está hecho para muchos estudiantes. La duda sobre si podrán o no continuar sus carreras dejó una marca de incertidumbre. Y ante esa grieta, otras regiones han encontrado una oportunidad para ofrecer una nueva ruta educativa.