“Ponerse la patria al hombro”

27 Mayo 2025

Tres instancias importantes han dejado amplio espacio para la reflexión durante la celebración de la Revolución de Mayo. Por un lado, las homilías de los obispos que han puesto el acento en los padeceres de los sectores más postergados de la sociedad y de la falta de diálogo en una sociedad que vive en inequidad y tensión constante; por otra parte, el llamado al diálogo y a la unidad por parte de referentes de la dirigencia política, y finalmente las sentidas palabras de un alumno de 10 años, abanderado de la escuela Normal, que se centró con precisión en el significado de la celebración, resumido en nuestra edición de ayer bajo el título “la patria es lo que nos representa y nos une”.

El arzobispo de Buenos Aires fue amplio y contundente. Habló de “la exclusión que viven tantos hermanos”, del abandono de los jubilados, de la gente marginada y de las víctimas de la droga; también, del “terrorismo en las redes” y del “barro de las descalificaciones del odio y la violencia”; de la desinformación, la i diferencia y la insensibilidad y de la abstención electoral a causa de “años de promesas incumplidas”. Fue un mensaje duro a la dirigencia política pero también una invitación a la reflexión sobre lo que sucede porque “si se mueren los valores se muere un poco el futuro, se mueren las esperanzas de forjar una Argentina unida”. El arzobispo dijo que “Argentina sangra en la inequidad entre los que se laburan todo y los que han vivido de privilegios”.

El obispo auxiliar de Tucumán, por su parte, se  refirió a los jóvenes que se han ido a otras tierras e instó a que cada uno desde su responsabilidad analice qué no se les supo dar aquí; puso énfasis en los abandonados -recordó el caso del muchacho adicto que durmió en un contenedor de basura- y convocó a escuchar y recoger las voces de los débiles que no tienen  voz y mencionó que “hay caminos que se están transitando en Tucumán, de encuentro de políticos y fuerzas que van dando pasos en ese sentido”.

De los próceres también habló el alumno, que enfatizó que “fueron personas reales con miedos y con dudas, pero con un fuerte deseo de libertad. Estos líderes pensaron en nosotros, en un país donde los niños podamos estudiar, jugar y ser libres…Como estudiante, siento que el 25 de mayo nos recuerda que con esfuerzo, respeto y trabajo en equipo se pueden lograr grandes cosas”.

La dirigencia política precisamente puso el eje en la necesidad de dejar de lado las diferencias, en luchar contra la pobreza y centrarse en la educación; en la necesidad de escuchar a la gente, de un Estado presente frente a la crisis social y de instar a la participación. Se trata de buenas ideas que hay que llevar a la práctica en una sociedad sacudida por tensiones, inequidad y grietas. Por ello el momento ha sido importante para reflexionar. Al final de la ceremonia el arzobispo de Tucumán citó al papa Francisco para que todos podamos ponernos la patria al hombro, a “ser herederos de los próceres, que fueron determinantes para la independencia del país en 1810 y 1816”.


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