Francisco Cerúndolo, actualmente entre los veinte mejores tenistas del mundo y preclasificado número 18 en Roland Garros, tuvo un debut para el olvido en París. En un escenario modesto como el court 13, el argentino fue sorprendido por el canadiense Gabriel Diallo, quien lo venció en sets corridos por 7-5, 6-3 y 6-4, dejándolo sin chances en la primera ronda del segundo Grand Slam del año.
La desazón era evidente en su rostro. Aunque mantuvo la compostura, Cerúndolo fue claro al hablar con los medios. "Perdón si no tengo muchas ganas de hablar", expresó con sinceridad. Y agregó: "No quiero prender el teléfono ni ver nada que tenga que ver con el tenis o Roland Garros". Su frustración se sumó a la de una jornada complicada para el tenis argentino, con derrotas también de Sebastián Báez, Tomás Etcheverry, Julia Riera y Camilo Ugo Carabelli.
El partido nunca lo tuvo cómodo. En una cancha reducida y lenta, el argentino no logró encontrar el ritmo. Apenas generó una chance de quiebre en todo el encuentro y cometió errores poco habituales, especialmente con su derecha y su saque, que le fue quebrado en cuatro ocasiones.
“El rival jugó muy bien, pero yo tampoco estuve a la altura. La cancha era incómoda, me costaba moverme, devolver, probar variantes. Me sentí atado”, reconoció el porteño, todavía sacudido por el desenlace. “Fue un partido flojo, no horrible, pero no el que esperaba. Y Diallo sacó increíble todo el partido”, analizó con cierta resignación.
Diallo, que ya le había ganado a Cerúndolo en su anterior enfrentamiento en el ATP de Almaty, fue implacable con su servicio: metió el 63% de primeros saques y ganó el 78% de esos puntos, cifras que muestran su dominio.
Lo de Cerúndolo duele también por el momento en el que llegaba. Era el jugador con más victorias sobre polvo de ladrillo en el año (19) y venía con un sólido recorrido en los torneos grandes: cuartos en Indian Wells y Miami, semifinales en Madrid —donde venció a Zverev— y octavos en Roma, con un ajustado tie break ante Sinner.
¿Mala estrategia de Cerúndolo antes de arribar a Roland Garros?
En Roland Garros ya había alcanzado los octavos de final dos años consecutivos, por lo que había razones para ilusionarse. Pero su preparación generó dudas: jugó la semana previa en Hamburgo, a contramano de lo que suelen hacer los tenistas top. Consultado por ese tema, Cerúndolo prefirió no dar detalles: “Eh… no, más o menos. Cuando llegue a Buenos Aires veré qué onda y después les contaré”, lanzó.
La expectativa era alta. Su nombre aparecía como uno de los posibles animadores del certamen, con un cuadro que incluso lo podía cruzar con figuras como Dimitrov, Zverev o Djokovic. “Sabía que había expectativa, pero no era una presión. Si ganaba hoy y seguía, iba a mirar hacia adelante. No se dio”, lamentó.
El sueño terminó antes de arrancar y la sensación es de oportunidad desperdiciada. Cerúndolo volverá a Buenos Aires con más preguntas que respuestas.