Fenómenos climáticos y obras hídricas

25 Mayo 2025

Tres fenómenos climáticos intensos o extremos hicieron poner la atención en la necesidad de planificar y ejecutar obras hídricas sustanciales en nuestro medio, tanto Tucumán como el país. El fenómeno más grave fue el de Bahía Blanca, en marzo, donde las tormentas causaron devastación y se cobraron 17 vidas en muy pocas horas, dejando un panorama de desolación en una sociedad que todavía no puede reponerse y que está recibiendo ayuda de todo el país. El segundo fenómeno ha sido el de hace pocos días en la zona norte de Buenos Aires, donde la copiosa lluvia también inundó barrios en Campana y Zárate y causó cuantiosos daños materiales y personales (hasta ahora se contabilizan cuatro decesos).

En tercer lugar, lo que se consideró un llamado de atención de la naturaleza en Tucumán, también en marzo, cuando llovieron 130 mm en pocas horas (la misma cantidad que suele llover en marzo. Las autoridades respiraron aliviadas y dijeron que el sistema de contención de canales y desagües había resistido y no hubo que lamentar víctimas personales, más allá de unas cuantas personas evacuadas y de daños materiales a causa de que se anegaron las zonas bajas de la capital y algunas otras áreas del Gran Tucumán.

En los tres casos ha llamado la atención, por un lado, la intensidad del fenómeno, a lo cual se ha buscado explicación con los expertos en meteorología y también con los investigadores en ciencias ambientales; y una de las respuestas ha estado dada en el cambio climático. En ese marco se señala que los eventos climáticos extremos son la nueva normalidad: incendios, inundaciones y olas de calor llegaron para quedarse, afirman. Tras haberse constatado que 2024 fue el año más caliente registrado, se advierte ahora que el calentamiento global se acerca a los 1,5°C respecto de los niveles preindustriales y eso trae consigo un clima más extremo, que impacta en el ecosistema y en la sociedad.

Por otro lado, se ha remarcado la falta de obras hídricas y de actualización o replanteo de las existentes para prevenir catástrofes. Como se trata de trabajos onerosos, que a veces exceden las posibilidades de municipios y hasta de provincias, requieren diagnóstico, planeamiento y diseño de estrategias para conseguir los fondos necesarios para su ejecución. Sobre todo en estos tiempos en que el financiamiento de la Nación para obras grandes se ha cortado o restringido de manera sustancial. De eso se habló en Tucumán después de la tormenta de marzo, cuando se advirtió de la vetustez de los canales y de cómo habían quedado incompletos y superados los programas de renovación de la infraestructura.

Se sabe que la Municipalidad capitalina ha llevado a cabo un diagnóstico de la problemática hídrica. Sería importante que la Provincia y las otras municipalidades sigan ese camino y se avance hacia cambios para un futuro mejor. Los fenómenos climáticos extremos ya están ocurriendo. Faltan las obras para prevención.

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