La increíble historia de un piloto de Fórmula 1 que cayó al mar en el GP de Mónaco

Alberto Ascari, el primer corredor que terminó en las aguas del puerto durante un Gran Premio. Cuatro días después, el destino volvió a cruzarse en su camino.

La increíble historia de un piloto de Fórmula 1 que cayó al mar en el GP de Mónaco
21 Mayo 2025

Las cámaras enfocan y los flashes iluminan los yates amarrados en el puerto de Montecarlo. Las estrellas del cine, la música y la realeza alzan copas mientras los motores rugen entre las calles estrechas y glamurosas del Principado. Pero en una esquina del trazado urbano más famoso del mundo, el mar observa, paciente. Porque alguna vez, no tan lejos en el tiempo, un piloto cayó en sus aguas.

La escena ocurrió el 22 de mayo de 1955, durante el regreso del Gran Premio de Mónaco al calendario oficial de la Fórmula 1, tras cuatro años de ausencia por obras de reasfaltado. La carrera era la segunda del campeonato, luego del GP de Argentina, y reunía en pista a leyendas como Juan Manuel Fangio, Stirling Moss, Nino Farina, Eugenio Castellotti y Alberto Ascari. Este último, doble campeón del mundo en 1952 y 1953, lideraba la competencia con su Lancia D50, un auto célebre por sus defectos, creado por Vittorio Jano, lejos de la escudería Ferrari. 

Tras superar la famosa curva Loews, Ascari llegó al sector donde se encuentra la actual chicana del puerto. Allí, una mancha de aceite dejada por el auto averiado de Moss se convirtió en una trampa mortal. El coche número 26 resbaló, atravesó las endebles balas de paja y se precipitó al mar. El vehículo cayó al agua como una piedra y desapareció de la vista de todos. En ese momento, el GP más glamoroso del mundo se transformó en un grito de auxilio: ¡Hombre al agua!

La increíble historia de un piloto de Fórmula 1 que cayó al mar en el GP de Mónaco

La escena fue impactante. Pero el piloto italiano sobrevivió. Fue rescatado rápidamente por buzos de la organización, con heridas menores y una fractura en la nariz. Su Lancia fue izado horas después, convertido en un amasijo de hierros chorreando agua salada. La carrera, finalmente, fue ganada por el francés Maurice Trintignant, que se llevó su primera victoria en la F1.

Pero la historia de Ascari no terminó ahí. Apenas cuatro días después, el piloto protagonizó un nuevo y trágico episodio. Mientras se recuperaba en su casa, supo que su amigo Eugenio Castellotti probaría una Ferrari en el autódromo de Monza. Ascari fue a almorzar con él y sus mecánicos. Sin casco, vestido con camisa y pantalón, le pidió a Castellotti manejar unas vueltas. 

Lo que empezó como una vuelta informal se volvió serio. En la curva Grande, los presentes escucharon un ruido seco y el chirrido de una frenada desesperada. Salieron corriendo. El auto estaba volcado. El cuerpo de Ascari yacía inmóvil a un costado de la pista. Algunos testigos no vieron nada, porque los árboles del curvón de Lesmo les tapaban la visión.

La increíble historia de un piloto de Fórmula 1 que cayó al mar en el GP de Mónaco

Alberto Ascari, con solo 36 años, murió ese día, el 26 de mayo de 1955.

Era uno de los más grandes. Su estilo, su técnica, su concentración absoluta en carrera lo convirtieron en leyenda. Su padre, Antonio Ascari, también piloto, había muerto en un circuito a los 36. 

Con el paso de los años, Mónaco se blindó: las balas de paja fueron reemplazadas por barreras metálicas, los sistemas de seguridad mejoraron, y el mar dejó de ser una amenaza real. Aunque en 1965, Paul Hawkins, con un Lotus, también terminó en el agua, sin consecuencias graves, el episodio de Ascari quedó en la historia como la advertencia que nadie quiso vivir. 

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