Aprender a tomar el pulso puede servir para salvar vidas

Una sencilla técnica ayuda a detectar la Fibrilación Auricular, enfermedad que multiplica por cinco las chances de sufrir un ACV. Un estudio nacional mostró que es una patología subdiagnosticada y subtratada.

Aprender a tomar el pulso puede servir para salvar vidas
18 Mayo 2025

Sus corazones laten de forma irregular sin que ellos lo sepan. Muchos pueden estar sufriendo Fibrilación Auricular (FA) y no reciben un tratamiento. Y es un problema grave. Porque esta enfermedad  multiplica por cinco el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular (ACV).

Hasta ahora no se conocía bien cuántas personas vivían con FA en el país. Un estudio nacional, que fue dirigido por el cardiólogo tucumano Luis Aguinaga, indagó sobre esta enfermedad para entender qué está pasando y cómo se puede abordar mejor una patología que  aumenta cada vez más entre los mayores de 60 años principalmente.

El trabajo, que acaba de ser publicado en prestigiosa revista internacional Heart Rhythm, confirmó que esta arritmia es una enfermedad subtratada y subdiagnosticada. La paradoja es que se la puede detectar de una manera muy sencilla: sólo con una rutina tan sencilla como la de tomarse el pulso.

Para Aguinaga, especialista en el estudio de las arritmias (electrofisiología) y expresidente de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), el trabajo puede ser de gran ayuda para llegar a tiempo a atender pacientes que padecen la enfermedad de forma asintomática, y de esta manera salvar vidas.

- ¿De qué se trata este trabajo que realizaron en el país?

- Es un proyecto que nació en la FAC, hace tres años, cuando yo estaba en la presidencia. Decidimos hacer un relevamiento nacional porque siempre que hablamos de FA tomamos datos de Estados Unidos o de Europa. Y queríamos saber cuál era nuestra realidad con respecto a esta enfermedad, que es una verdadera epidemia cardiovascular. Hay muchísimas personas que la sufren, hasta el 5% de los mayores de 60 años la tiene. Lo peligroso es que es la principal causa de ACV en el mundo.

- ¿Cómo se llevó adelante la investigación?

- Decidimos hacer un protocolo que incluyó a toda Argentina. Convocamos a los centros de mayor atención de la enfermedad y a los grandes hospitales. Y tuvimos una respuesta muy grande; participó el país entero.

- ¿Cuáles son las conclusiones más importantes del trabajo?

- El primer gran dato es que hay muchos asintomáticos. Casi el 70% de estos registros nos muestran que las personas que llegan al médico tienen la enfermedad y no presentan síntomas. Son personas que no sienten las palpitaciones, que no sienten la falta de aire; simplemente que los hemos llamado a un control porque tenían presión alta, colesterol o diabetes. Además, el 75% de esos pacientes tenían arritmia, y no sabían, con lo cual estaban en riesgo. El segundo dato importante que se obtuvo es que muchos de estos asintomáticos son de alto riesgo por su condición de hipertenso, de diabético o de insuficiente cardíaco. Y por último, el gran mensaje del trabajo es que se puede detectar este problema con un método tan sencillo como tomar el pulso.

- ¿Y eso puede hacerlo cualquier persona?

- Simplemente hay que aprender a tomar el pulso. La detección la puede hacer el paciente mismo o el personal de la salud.  O si va, por ejemplo, a hacerse un análisis, a vacunarse o a realizarse un estudio de diagnóstico por imágenes, el técnico le puede tomar el pulso y advertir si algo no está bien. Vale aclarar que si el paciente tiene la presión alta diabetes o colesterol, lo ideal es hacer un electrocardiograma. No basta con tomar el pulso.

- ¿Y cómo nos tomamos el pulso y podemos advertir que algo no está bien?

- Se puede tomar el pulso en el cuello o en la muñeca, aplicando apenas un poquito de presión, y tenemos que sentir algo rítmico. El famoso ta, ta, ta. Ahora, si uno percibe que entre uno y otro pulso no hay un ritmo regular, ahí nos damos cuenta que algo no está bien y entonces tenemos que ir al médico para que me haga un electrocardiograma o control. Si uno hace deporte o si uno tiene una condición de diabetes, de hipertensión, debe saber tomarse el pulso. Y hacerlo, por ejemplo, una vez, dos veces a la semana. Hay que contar en 15 segundos 20 latidos, y eso está bien ya que multiplicado por cuatro nos da 80, que es un pulso normal para un minuto. Todas las personas, en especial las que tienen alguna condición de riesgo, deberían tener este control periódico.

- En general, ¿es baja la consulta al cardiólogo para control?

- Sí. Es baja. Las personas deben saber que si tienen alguna condición de riesgo es obligatorio ir al control. Por ejemplo, si es fumador, si es sedentario, si tiene sobrepeso, más aún si tiene presión alta y colesterol elevado o diabetes. Para la población general, después de los 50 años, todos deberían ir, por lo menos, una vez al año.

- ¿Algún otro detalle que les haya sorprendido de esta investigación?

-  Sí. Este trabajo también ha servido esto para mostrar que los famosos relojes sensores de pulsos de muñeca, esos que muchas personas lo usan, la mayoría están validados y sirven. O sea que no hay que desestimar cuando un reloj de estos nos da el alerta de que puede haber alteración del ritmo cardíaco. Eso nos debe llevar a una consulta. Según el registro que hicimos, el 70% de las veces que estos relojes alertaban algo, luego coincidía con lo que después los médicos veíamos cardiológicamente. O sea, que son elementos válidos. Y es muy importante porque en los próximos cinco años, se calcula que la mayor parte de las personas, vamos a tener, en el reloj o en el celular, un buen detector del ritmo cardíaco.

- ¿Es alta la prevalencia que tiene la FA en la población, en comparación de otros países?

- Entre el 5 y el 1%, lo cual es muchísimo, en los mayores de 60 años. La posibilidad de tener esta dolencia se incrementa con la edad. En comparación de otros países, tenemos dos diferencias muy pronunciadas. Una es el Chagas. En la Argentina, el 15% tiene la patología y por ejemplo en el registro que hicimos muchos tampoco estaban al tanto de que tenían la enfermedad. Es algo muy presente sobre todo en el noreste y el noroeste. La Argentina sigue siendo el segundo país en el mundo con más Chagas, después de Brasil. Así que eso es un dato importante porque puede causar graves problemas cardíacos. Y el otro dato es que el 30% de los pacientes relevados tenían afección tiroidea y no lo sabían. O sea que uno de cada tres de los pacientes que tienen arritmia tiene problema de tiroides. En otros países europeos o en Estados Unidos este porcentaje es mucho menor: no pasa el 10%. Acá es alto, y eso se debe a muchas condiciones del suelo, del yodo. El norte, por ejemplo, es zona endémica de bocio. Entonces, la conclusión es que a todo paciente que tiene esta arritmia se le debe evaluar la función tiroidea.

- ¿Está aumentando la prevalencia de esta enfermedad?

- La prevalencia se está incrementando en el mundo exponencialmente. Esto es por varias razones: es una enfermedad que aumenta con la edad y cada vez hay población más añosa en el mundo. Ha aumentado la expectativa de vida y eso genera que cada vez haya población más envejecida. Después de los 80 años, una de cada 10 personas la padece. El otro punto no menos importante es que se están incrementando los factores de riesgo que provocan fibrilación auricular. Por ejemplo, la obesidad, el sedentarismo, la hipertensión, el estrés y la enfermedad cardiovascular. A pesar de todos los progresos que hay en la terapéutica, no se ha logrado una reducción significativa de estos problemas.  

- ¿La FA es una enfermedad que en todos los casos tiene tratamiento? ¿Afecta la calidad de vida?

- Si uno la encuentra a tiempo, puede hacer un tratamiento de la arritmia específico, que puede ser con medicación, o tratamiento eléctrico, tipo ablación, o también con anticoagulante, y de esta manera se logra prevenir el ACV, una enfermedad que causa bastante mortalidad. Diagnosticada y tratada, no afecta la calidad de vida.

- ¿Qué podría recomendarnos?

- Lo mejor es tratar de prevenir la enfermedad llevando una  vida saludable: evitar el senterismo, la obesidad, el colesterol alto. Es fundamental tener una alimentación sana. Otro punto esencial es, para las personas que son hipertensas y tienen más de 60 años, hacer un control anual con electrocardiograma, y control del pulso para la detección temprana.

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