La jubilación o retiro por invalidez, es el derecho que tiene todo trabajador cuando ocurre un accidente o aparece alguna enfermedad que produce la incapacidad total y de manera permanente para desarrollar cualquier tipo de actividad laboral. Lamentablemente no nos preparamos, como trabajadores, para afrontar esta etapa de la vida; aunque la misma efectivamente puede acontecer.
Lo que hace falta
En nuestro sistema previsional, se trata de una prestación previsional a la que podrían acceder aquellos que han contribuido al sistema de seguridad social y cumplen no solo con la condición de aportante al sistema, sino además con una condición de salud determinada por Comisión médica equivalente a un grado de incapacidad total y permanente.
Los distintos regímenes dentro del mismo sistema, no exigen contar con una edad determinada, sino estar en actividad, cumplir con una cierta condición de aportante y obtener un grado de incapacidad equivalente o mayor al 66%, otorgado por Comisión médica del sistema.
Requisitos que deben cumplirse de que el titular o trabajador pueda ser beneficiario de un retiro por invalidez. Si partimos de la base de que se retira de la vida activa porque no puede continuar trabajando y no porque no quiera hacerlo, también estamos reconociendo indirectamente que la persona ya no podrá desempeñar otras actividades que le sirvan de complemento del haber previsional o le ayuden a sustentar los gastos del hogar y las propias erogaciones que significa la atención y cuidado de su propia salud.
Importancia del aporte
Sin aporte laboral no habrá prestación previsional y, lo curioso y fundamental de los trabajadores independientes, por ejemplo, es que tienen que tener los aportes efectuados dentro del mes calendario de vencimiento, de lo contrario no cumplen el requisito de la condición de aportante para ser beneficiarios eventualmente de un retiro por invalidez o su familia de una pensión por fallecimiento.
Liquidación del haber
Sabemos que, en nuestro sistema, no hay trabajadores que al momento de acceder a la jubilación sostengan su nivel de ingresos, y el Retiro por invalidez, no es la excepción. La determinación del haber dependerá de si se trata de un trabajador en relación de dependencia, un trabajador independiente o tal vez mixto; a su vez, si aporta al régimen previsional general o a alguno de los regímenes especiales cuyas leyes definen un porcentaje de la remuneración en concepto de haber previsional.
No obstante, y cualquiera fuese la situación y al margen de que los abogados especialistas trabajamos para lograr el mejor haber, la realidad es que una vez que el trabajador accede al haber previsional puede ver materializada la disminución de sus ingresos (cualquiera sea la prestación)
Cómo prepararnos para alguna de las contingencias, ya sea salud, fallecimiento o vejez:
Desde hace muchos años ya, y considerando que nuestro sistema es insuficiente para mantener el nivel de ingresos y estilo de vida, al tomar conciencia sobre nuestro futuro y el de la familia, cada vez más trabajadores contratan coberturas adicionales que les permitan contemplar las distintas contingencias por las que todos pasaremos (el retiro, la incapacidad, el fallecimiento) y cubrir con esas contrataciones los ingresos que faltarán en el hogar.
En definitiva, se trata de formar durante la etapa productiva, del capital que vamos a necesitar en la etapa en la que no lo podamos producir.
Puntualmente dentro de las coberturas adicionales, se podrían contratar:
- Cobertura para enfermedades graves y crónicas.
- Protección ante accidentes e incapacidades.
- Pago de renta por hospitalización, que funciona como lucro cesante.
- Seguro de Retiro.
- Seguro de Vida para cubrir a la familia.
- Renta familiar anual.
Beneficios de planificar:
Planificar la formación de un capital en el tiempo, tiene un sinfín de beneficios para el trabajador y la familia.
Conclusión:
La jubilación es un momento importante en la vida, tan importante que se trata del resto de nuestra vida luego de la etapa laboral; por ende, es cuestión de prestarle atención y tomar decisiones que impacten en nuestro futuro y hacerlo cuanto más jóvenes somos. El retiro puede ser muy extenso, es decir hoy tenemos beneficiarios que viven mucho más tiempo jubilados que el tiempo que fueron trabajadores aportantes al sistema, por ello no se trata solo de vivir más sino, de vivir bien, con los recursos necesarios para afrontar la longevidad o algunas situaciones de salud.