El caótico y trágico tránsito tucumano

Los debates del Foro Tucumán Responsable son una oportunidad para encarar un profundo cambio cultural.

18 Mayo 2025

La tragedia de un pequeño ciclista de 12 años atropellado por un camión en Banda del Rio Salí ocurrió este martes, mientras Tucumán debatía las diferentes aristas del tránsito en esta provincia, que acumula una gran cantidad de problemas a los que no les encuentra adecuada solución. Entre otras cosas, 335 víctimas mortales por año, saturación del sistema hospitalario con gastos de hasta $ 1,5 millones diarios por paciente, caos urbano producido principalmente por las motocicletas; insuficiencia o carencia de infraestructura urbana para los diferentes vehículos en circulación; falta de atención al uso de las calles por parte de los ciclistas y falta de discusión sobre el rol de los peatones; además, crisis de los sistemas de seguros. De todo esto se habló en el Segundo Foro Tucumán Responsable, donde debatieron referentes de los sectores público y privado.

Durante el evento en las mesas paneles se insistió en que transformar la cultura vial es una realidad posible, aunque implique un proceso largo, lleno de acuerdos, resistencias y conflictos de intereses. El antropólogo Pablo Wright consideró que la solución no puede quedar encapsulada solo en lo punitivo y  propuso un cambio estructural donde la prevención deje de ser vista como un gasto inútil. “Lo que proponemos, es hacer una transformación de la cultura y del ámbito social”, señaló. Un cambio que no se imponga desde arriba, sino que nazca desde la corresponsabilidad: entre el Estado, la ciudadanía y las instituciones.

Se describió que cuando una norma se viola sistemáticamente, se instala una nueva lógica de comportamiento. “Acá se cruza igual”, “los colectivos van rápido”, “los autos grandes no frenan”: estos saberes callejeros son parte de un “cuerpo vial” argentino, una forma social de moverse que contradice las normas escritas pero que se impone en la práctica. Lo que falta, dicen, es un marco conceptual integral, que permita analizar los factores que generan estos patrones. Quienes integraron la mesa “El impacto de los siniestros viales” coincidieron en que el tránsito no es sólo una cuestión de normas incumplidas, sino de una cultura social profundamente arraigada que naturaliza el riesgo, minimiza el daño y posterga la prevención. La jueza que intervino en la mesa reveló que las personas involucradas en siniestros rara vez toman verdadera dimensión de lo que ocurrió.

La experiencia del Foro Tucumán Responsable ha dejado material para romper la indiferencia con respecto al tránsito; repensar el sistema de circulación, con controles eficaces y educación temprana y hacer una transformación de la cultura y del ámbito social. Al final se hizo un “hackatón” con los distintos referentes para elaborar, con propuestas de todos y con ayuda de la inteligencia artificial, soluciones posibles, específicas y amplias. “Necesitamos unirnos como sociedad y estos eventos son una representación importante para lograr algo juntos que nos supere, que trascienda a nosotros; hay que generar un shock en la sociedad; sacar a la gente de un estado de todos los días quebrantar las normas y no saberlas respetar”, dijo el responsable de esa experiencia.

La seguridad vial, concluyeron, se construye con una política de Estado sostenida. “Mientras no haya una respuesta integral que una esfuerzos y responsabilidades, el tránsito seguirá siendo una ruleta rusa cotidiana”. Francisco José de Rosa, de Meta Tucumán, concluyó con la necesidad de que “entre todos pidamos al Gobierno provincial la conformación de una mesa de diálogo intersectorial (…), con asesoramiento de antropólogos, sociólogos, comunicadores, especialistas en infraestructura, para diseñar un plan a 20 años”.

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