Perfil
Antonio Requeni - La buenaventuranza de la Literatura
Axel Díaz Maimone - (Vinciguerra - Buenos Aires)
El primer acierto del presente libro, escrito por Axel Díaz Maimone, es su título: “Antonio Requeni. La bienaventuranza de la literatura”. Pero no es el único. Santiago Kovadloff afirma: “Cuánta gratitud despierta en mi tu poesía, Antonio. Cuánta emoción provoca, y esta admiración por tu voz viva, que no envejece, se renueva cada vez que la leo”. Rafael Felipe Oteriño declara: “Puede ser leído como un clásico de la literatura”. Y Santiago Sylvester: “Antonio Requeni siempre me ha parecido un poeta desobediente y releyéndolo veo que mi percepción se parece a la realidad. En una época como la nuestra, marcada a fuego por la ruptura formal, él eligió no sentirse obligado por ese mandato de época y ser un maestro del verso clásico”.
Bienaventurado
Tengo la suerte (y perdón por la autorreferencia) de conocer a Antonio desde siempre, porque con él todo es desde siempre. Y para siempre. Admiro su ternura, su modestia, su joven curiosidad y esa manera de ser “bueno en el buen sentido de la palabra bueno”, que dijera Machado.
Antonio significa, en efecto, no sólo la bienaventuranza de la poesía: él mismo es un bienaventurado. Bienaventurada su generosidad para con los poetas que acuden a recibir su consejo. Bienaventurada la precisión y el rigor de su escritura, de sus crónicas y reportajes. Bienaventurada la poesía que, como él dice, lo “visita” con tanta frecuencia y maravilla. Bienaventurado su matrimonio con Virginia que es su par y su musa. Bienaventurados nosotros, sus amigos, que recibimos tanto de él.
El libro contiene un animado, rico y estupendo diálogo con el joven Axel Díaz Maimone, generado a partir de las visitas que le hizo a Antonio en su casa de Caballito y en el Parque Rivadavia. Diálogo donde el poeta narra experiencias de su vida literaria absolutamente notables y acerca de casi todos los escritores y escritoras, poetas y narradores del país y del mundo. Se trata de una verdadera enciclopedia dialogada, en la que destellan momentos inolvidables: Cuando Díaz Maimone le pregunta sobre si conserva todavía las grabaciones de sus charlas del libro Travesías, Antonio responde: “Alguna debo tener, la mayoría las doné a la Academia. Hay una anécdota que no figura en travesías porque Olga (Orozco) no la contó. La dijo en la Feria del Libro cuando se presentó. Olga nació en La Pampa pero pasó su adolescencia en Bahía Blanca. Allí la pretendía un muchacho, hijo de ingleses, aviador, que un día le dijo: ‘Mañana, a las 5 de la tarde, asomate al balcón y mirá hacia el cielo’. Así lo hizo Olga y contempló un avión que escribía con humo: ‘Olga, te amo’. No creo que ninguna otra mujer haya recibido semejante declaración de amor”.
El libro contiene fotografías muy lindas que van desde la infancia de Requeni hasta en el escenario del suplemento cultural de La Prensa, donde trabajó tantos años, rodeado de compañeros. Y de sus viajes a Valencia, la tierra de sus ancestros y otros lugares del mundo. Antonio fue y es muy viajero. Y, por supuesto, sus poemas antológicos, inolvidables.
© LA GACETA
FERNANDO SÁNCHEZ SORONDO
Ese hombre que escribe
Por Antonio Requeni
¿Escribir o vivir? Acaso viva
mucho más ese hombre que ahora escribe
solo en su cuarto, con furor, insomne,
unos cuantos renglones azarosos.
La hoja en blanco lo invita a la aventura,
le hacen señas de fuego las palabras
que ordena y copia, corrigiendo un bosque,
tachando una ciudad, adjetivando
con un nuevo fulgor lo que antes era
torpe y vulgar, oscuro, indiferente.
Del otro lado, por la vida –dicen-,
transcurre el tiempo, el ruido, la rutina.
Allí, entre las paredes de su cuarto;
allí, entre las paredes de su cuerpo,
él elige escribir, asume el riesgo
de perecer o descubrir la cifra
de su destino oculto en las palabras.
Porque solo por ellas ese hombre
que escribe está viviendo y tal vez viva
más allá de su muerte.