10 Mayo 2025
“El erotismo puede ser potente, sugerente, provocador, pero nunca debe invadir ni incomodar sin sentido. No se trata de mostrar más o menos, sino de cómo y para qué”.
Así presenta Elsa Canseco “Más es más, La Botana on fire”, el nuevo espectáculo de esa compañía en la cual 22 cuerpos sugerentes prometen una experiencia inmersiva que desafía los límites en un universo de baile, música y sensualidad.
El estreno será a las 21 en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550), con la participación en el escenario de Gastón Gutiérrez, Giulliano Bettuzzi, Patricio Bravo, Eugenia Insaurralde, Belén Amaya, David Jatib, Alfredo Toledo, Alfredo Salomón, Lourdes Farías, Antonella Chaparro, Valentina Branciforti, Ana Paula Ortega, Paula Vaquera, Eyleen Wheeler, Milagro Brandán, Ana Paula Salazar, Lucía Ahualli, Milagros Esquinazi, Lara Rosales, Nicol de Chazal, Laila Alí y Kikín Díaz (como artista invitado).
La directora anticipa que el show es “una sinergia perfecta de movimiento, melodía y canto, y cada actuación es un derroche de pasión y energía, donde los cuerpos y los sentidos se entrelazan, cautivando al público y transportándolo a un mundo donde la emoción no tiene límites”. La creación celebra los 25 años de La Botana como grupo.
- ¿Qué buscan con este espectáculo?
- Buscamos explorar el erotismo desde una mirada artística, lúdica y poética, reivindicando el cuerpo como un vehículo de expresión y libertad. Invitamos al público a disfrutar de un show que recorre diversos estilos musicales -desde lo urbano hasta el tango-, y que lo invite a dejarse llevar por el placer de ver el baile hecho arte.
- ¿Hay una historia de base?
- Sí, aunque no seguimos una narrativa lineal tradicional; se construye alrededor del concepto de “Más es más”, una celebración de la muchosidad en todas sus formas: de cuerpos, de ritmos, de deseos, de identidades. No buscamos condensar todo en un solo relato, sino abrir múltiples ventanas sensoriales que dialogan entre sí a través de cuadros escénicos, números musicales y escenas coreográficas. Así se va desplegando un universo que abraza el exceso como forma de expresión, donde lo diverso no solo convive, sino que se potencia.
- ¿Cómo es el trabajo en los ensayos?
- Es profundamente colaborativo y respetuoso. Trabajamos mucho desde el cuerpo, pero siempre en un marco de consentimiento claro. Cada escena se construye dialogando con los intérpretes, escuchando sus propuestas y cuidando que se sientan seguros y cómodos.
- ¿El respeto al otro es un aspecto central para tu propuesta?
- Absolutamente. No se puede hablar de erotismo en escena sin poner al centro el respeto y la confianza. El contacto físico, la mirada o la vulnerabilidad emocional requieren acuerdos previos, límites claros y un ambiente de trabajo sano. Es un valor fundamental, no solo artístico sino ético.
¿Cuál es la frontera del erotismo en escena?
La frontera es el consentimiento. Cuando hay respeto, intención artística y un marco cuidado, el erotismo se vuelve una herramienta escénica legítima y poderosa.
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