Fútbol de salón en Argentina: un gigante que crece sin techo, a pesar de los obstáculos

Eduardo Pellegrini, presidente de la Confederación Argentina de Fútbol de Salón visitó Tucumán, en ocasión del torneo Nacional, y se refirió a la actualidad del deporte

Fútbol de salón en Argentina: un gigante que crece sin techo, a pesar de los obstáculos
08 Mayo 2025

El fútbol de salón argentino vive un momento de expansión sostenida, aunque su crecimiento aún depende, en gran medida, de la voluntad, el esfuerzo y la pasión de sus dirigentes, entrenadores, jugadores y familias. En provincias como Tucumán, donde hace apenas 15 años no se conocía el deporte, hoy se habla de más de 300 equipos federados y miles de jugadores genuinos que lo practican exclusivamente.

Facundo Nanterne, presidente de la Asociación Tucumana de Fútbol de Salón y actual secretario de la Confederación Argentina, recuerda bien los comienzos: “Empezamos de cero, a pulmón. Sin canchas, sin infraestructura. Jugábamos en playones abiertos todo el año. Nadie sabía lo que era el fútbol de salón. Hoy estamos entre los cinco deportes más practicados de la provincia”, cuenta orgulloso.

Este crecimiento no se dio en condiciones ideales. Tucumán no cuenta con un estadio acorde al desarrollo que viene sosteniendo el deporte.

“Hoy no tenemos un lugar donde jugar un torneo de primer nivel. Nos pone un techo a lo deportivo y a la posibilidad de traer eventos nacionales o internacionales”, lamenta Nanterne.

“Jugamos donde podemos: La Usina, Central Córdoba, Avellaneda, el Cruce, la Facultad. Agradecemos esos espacios, pero no alcanza. Tucumán necesita un microestadio donde se puedan desarrollar varias disciplinas. Esa es una materia pendiente que tenemos”, se lamentó el directivo.

Fútbol de salón en Argentina: un gigante que crece sin techo, a pesar de los obstáculos

Lo que ocurre en Tucumán es reflejo de un fenómeno más amplio. Eduardo Pellegrini, presidente de la Confederación Argentina de Fútbol de Salón y de la Federación de Corrientes, resume el panorama: “El deporte está creciendo en todo el país, pero no todas las provincias tienen las mismas posibilidades. En Corrientes, donde llevamos más de 60 años con este deporte, tenemos historia, pero seguimos sin infraestructura. En cambio, Tucumán ha logrado muchísimo en muy poco tiempo”, analiza el correntino.

Ambos dirigentes coinciden en que la falta de instalaciones deportivas específicas para el fútbol de salón -como le ocurre también al handball o al patín- es uno de los grandes problemas estructurales que enfrentan.

“No somos un deporte con canchas propias. Usamos lo que podemos alquilar, lo que nos prestan, y jugamos en playones. Por eso, el mérito de lo que se ha logrado en Tucumán es doble”, afirma Pellegrini.

El impacto social es notable. “Hoy hay chicos que solo juegan fútbol de salón. Ni siquiera por hobby practican otro deporte. Ya hay una identidad. Tenemos jugadores formados desde niños, técnicos capacitados, árbitros que surgieron acá, y hasta jugadores como Franco (Ferroni), que están en Europa ganando en euros por mes por jugar este deporte y que son un ejemplo para los más chicos”, destaca Nanterne.

Cultura y profesionalización

Una de las metas que se trazan desde la Confederación es avanzar hacia un modelo más profesionalizado.

“Cuando hablo de profesionalismo, no hablo solo de cobrar un sueldo. Hablo de que el jugador se dedique de forma seria al deporte, que se lo tome como algo central en su vida. En muchas provincias eso ya pasa. En otras, los chicos aún juegan tres deportes distintos”, señala Pellegrini.

Esa profesionalización, aunque sea parcial, ya empieza a reflejarse en la organización. El calendario de la Confederación incluye cada vez más competencias, y se apuesta por ampliar la visibilidad del deporte.

“Estamos trabajando con señales como DeporTV para televisar semifinales y finales de los campeonatos argentinos. En Tucumán, este torneo que termina ahora va por un canal de aire, lo cual es histórico para nosotros”, destaca el directivo correntino. (Hoy desde las 22 se jugará la final del Torneo Nacional Copa de Oro Masculino, en La Usina)

También se incorporaron nuevos campeonatos. Uno de ellos, el Campeonato del Campeón de Provincias de Clubes, se jugará en noviembre en Comodoro Rivadavia y busca devolver al jugador parte de lo que ha dado al deporte.

“El deportista no pagará alojamiento, ni transporte ni inscripción. Es una forma de retribuir su esfuerzo”, dice el dirigente, que piensa en grande y va más allá de una gestión que concluye en diciembre.

Ambos referentes señalan que el futuro del fútbol de salón argentino depende de la planificación a largo plazo y de un verdadero compromiso institucional.

“No queremos hacer política deportiva cortoplacista. Necesitamos un proyecto a ocho años. Facundo es clave en esto. Está decidido a seguir apostando por el crecimiento, y desde la Confederación estamos con él”, asegura Pellegrini.

Los próximos comicios de diciembre podrían marcar un punto de inflexión. El actual equipo de trabajo ya piensa en incorporar más personas y diseñar una estructura sólida para sostener el crecimiento.

“Hemos dejado muchas cosas personales de lado, como nuestras familias o trabajos, por este deporte. Si lo vamos a hacer, hay que hacerlo bien, con una visión a largo plazo”, subraya.

Más allá de las limitaciones, hay optimismo. El fútbol de salón ya no es un deporte “nuevo” ni “alternativo” en muchas regiones del país. Ha generado comunidades, desarrollado talento y demostrado que, aun sin recursos materiales, es posible construir desde la pasión y el compromiso. Pero el próximo salto —ese que implica llevar campeonatos internacionales a ciudades como Tucumán— solo será posible con una verdadera política de Estado.

“Imaginate si tuviéramos lo mínimo indispensable”, dice Nanterne. Esa frase resume el sentir de miles que construyen este deporte cada día y que apunta a volverse aún más convocante.

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