Por Graciela Di Vico
08 Mayo 2025
PRUEBAS APRENDER. Revelan una profunda crisis de alfabetización en Argentina con fuertes desigualdades.
Los últimos resultados de las pruebas Aprender Alfabetización 2024 encendieron una fuerte alarma en la educación argentina: menos de la mitad de los alumnos de tercer grado alcanza el nivel de lectura esperado y uno de cada diez no sabe leer. Para entender las causas de esta crisis educativa, los desafíos y las posibles soluciones, LA GACETA PLAY dialogó con Massimiliano Pisani, analista de Relaciones Gubernamentales y miembro de “Argentinos por la Educación”, una organización federal que trabaja para contribuir y transformar la educación a través de datos, acuerdos y campañas.
–¿Cómo analizan los resultados de las Pruebas Aprender?
La verdad es que son alarmantes. Ya lo veíamos en pruebas previas, como las de Unesco, donde uno de cada dos chicos tenía problemas de comprensión lectora. Es importante que ahora tengamos pruebas en tercer grado, no solo en sexto, porque nos permiten detectar a tiempo el problema.
–¿Cuáles son los factores que explican estos bajos niveles de comprensión?
Hay muchas variables. No podemos enseñar igual que hace 40 años; cambió el mundo y cambiaron los chicos. Pero además se necesita un plan claro, formación docente, entrega de libros, que los chicos estén en el aula. También influye el contexto familiar y socioeconómico, pero la política educativa tiene mucho para hacer.
–¿Cómo influye el nivel socioeconómico en estos resultados?
Es un punto clave. En Argentina, la matrícula puramente privada es muy baja, pero tenemos muchas escuelas privadas subvencionadas, un esquema mixto. Lo que suele marcar la diferencia es el nivel socioeconómico: en general, los chicos de mayores ingresos son los que asisten a escuelas privadas, y eso se refleja en las pruebas. Los datos muestran que los estudiantes de sectores altos tienen el doble de buenos resultados que los de menores recursos.
Pero cuando miramos otros países de la región con condiciones similares, como Brasil, vemos que sus chicos de menores recursos obtienen mejores resultados que los de mayores recursos en Argentina.
Esto demuestra que, si bien la política económica es importante, desde la política educativa se puede hacer muchísimo para mejorar los aprendizajes.
–¿Por qué no se pueden comparar estos resultados con los de 2016?
Porque se hicieron cambios metodológicos que hoy nos permiten tener una foto más precisa, con mejores datos sobre niveles socioeconómicos y participación. Es una pena no poder comparar, pero ganamos en calidad de información.
–¿Cómo se explica la diferencia entre provincias, con Tucumán entre las de peor desempeño y Córdoba o Buenos Aires algo mejor?
Ahí influyen múltiples variables. Algunas provincias llevan años trabajando planes de alfabetización, otras recién comenzaron el año pasado. También está el condicionamiento socioeconómico y la formación docente. Por eso es clave compartir experiencias entre provincias y usar metodologías basadas en evidencia.
–¿Cuál es el impacto de tener libros y acceso a la lectura en casa?
Es enorme. Tener una biblioteca en casa, acceso a libros, que los padres les lean a los chicos antes de dormir mejora mucho los aprendizajes. Pero, claro, eso solo no alcanza: hace falta acompañamiento desde la escuela.
–¿Qué medidas deberían tomarse para revertir esta crisis?
–Garantizar condiciones igualitarias dentro del aula, formar a los docentes, entregar libros, asegurar que los chicos estén en la escuela. También fortalecer la convivencia escolar, porque el contexto social dentro del aula impacta en los aprendizajes.
–¿Hay lugar para el optimismo a futuro en nuestro país?
Sin dudas. Estos números no son destino inevitable. Con buenas políticas, compromiso de gobiernos, docentes, familias y de toda la sociedad, podemos mejorar. En “Argentinos por la Educación” no vamos a parar hasta que todos los chicos en Argentina comprendan lo que leen.
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