La elección del Pontífice en el cónclave

La elección del Pontífice en el cónclave

08 Mayo 2025

Félix Alberto Montilla Zavalìa

Doctor en derecho y profesor (Unsta)

La Iglesia Católica se integra con las personas que han recibido el bautismo, que son los fieles cristianos. Éstos, si no han recibido una sanción penal que los excluya de la comunión eclesial, tienen derechos y obligaciones. A los cardenales electores le cabe el derecho y la obligación de elegir al Pontifice, cuando se ha producido la sede vacante, por renuncia libre o fallecimiento del Papa, en asamblea denominada conclave.

La regulación jurídico-canónica del conclave tal cual lo conocemos en la actualidad tiene su causa en la elección de Teobaldo Visconti el 1 de septiembre de 1271. Teobaldo no era sacerdote, sino un seglar franciscano, y una vez recibido el orden sagrado y consagrado obispo asumió como Gregorio X y su reinado duró hasta su fallecimiento el 10 de enero de 1276.

Resulta que la elección de Gregorio X fue una de las más complejas en la historia de la Iglesia. A la muerte de su antecesor, Clemente IV, acontecida el 29 de noviembre de 1268, los cardenales, reunidos en el Palacio de Vitervo, comenzaron el proceso de elección del sucesor.

Entonces –como ahora- la Iglesia requería de un papa que fuese piadoso pero a la vez práctico, lo primero porque hace a la esencia de la función salvífica de la Iglesia, y lo segundo por una necesidad, pues los poderes mundanos ejercen una notable influencia en la Iglesia y, casi siempre, resulta perniciosa a su libertad, por los pontífices deben lidiar con la política mundana para asegurar la finalidad trascendental de la Iglesia.

En aquel tiempo eran los reyes franceses y las familias nobles italianas las que pugnaban por un Papa que los beneficiara e influían en la libertad de los cardenales, y a raíz de tales pugnas políticas los cardenales no lograron ponerse de acuerdo en el sucesor de Clemente IV. De ese modo las diferencias de criterios en el Colegio de Cardenales se prolongaron en el tiempo y produjeron una situación de vacancia en la Sede Apostólica que duró dos años y nueve meses.

Finalmente el conflicto fue zanjado cuando decidieron la elección de Visconti, extraño al Colegio de Cardenales y que, entonces, se encontraba en Tierra Santa predicando en la Cruzada.

Regulación

El Papa Visconti, tras aquellos sucesos, advirtió la necesidad de una regulación de la elección del pontífice más rigurosa a fin de evitar la posibilidad de un prolongado proceso y la vacancia prolongada de la Sede Apostólica, y en por esa razón dictó la bula Ubi periculum de 1274 que estableció el cónclave y que es la fuente inmediata más antigua de la actual legislación canónica: la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 1996.

La Ubi periculum estableció muchas limitaciones a la libertad ambulatoria de los cardenales y restricciones que compelían a ponerse de acuerdo en tiempos cronológicos más acotados. La denominación de la asamblea en cun clave aludía justamente a que se encontraban encerrados, con llave.

Con el surgimiento del cónclave la Iglesia de Roma creó un oficio con la función jurisdiccional de hacer cumplir las normas del encierro y el secreto de los cardenales: el mariscal del cónclave que estuvo vigente hasta el pontificado de Pablo VI cuando fue dejado sin efecto en 1975.

Que los cardenales electores se encuentren en cónclave para elegir al pontífice tiene como objeto mantenerlos aislados de las cuestiones mundanas para que, centrados en su misión, elijan al mejor candidato posible del modo más libre.

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