El rompecabezas de Federico van Mameren: lo simple que siempre sale mal
Federico van Mameren terminó de ver “Buen Día”, en LGPLAY, con una preocupación concreta. No es nueva, pero vuelve cada tanto, como esas cosas que uno sabe que no están bien y que siguen sin resolverse. Esta vez, se trata de la entrega de tarjetas para el transporte público: desorden, maltrato y falta de organización, una escena que se repite sin que nadie se haga cargo.
El conductor de Panorama Tucumano resaltó que el rompecabezas de la provincia tiene piezas que no encajan. ¿Por qué no puede organizarse con normalidad algo tan básico como la entrega de tarjetas? ¿Por qué el caos parece inevitable, inevitablemente nuestro? Van Mameren se pregunta, no sin ironía, si en los operativos de reparto de bolsones alimentarios hay una prolijidad envidiable, si hasta los remiseros saben a qué votante deben llevar el día de las elecciones… ¿por qué entonces no se puede coordinar un simple reparto de tarjetas?
Detrás de esas filas que se repiten —largas, desordenadas, resignadas— hay una falta de respeto estructural. No hacia el sistema, ni siquiera hacia las autoridades. Hacia el ciudadano.
La historia se repite. Y duele.
En esa repetición está también la parálisis institucional: fiscales sin designar, cargos clave del Poder Judicial que esperan, funciones esenciales frenadas por una política que avanza a paso lento. Como si la justicia tuviera que esperar el permiso de la política para moverse.
También se repiten los discursos. Algunos cansan. Otros envejecen mal. Como esos que se quejaban que “El Papa no viene a la Argentina”. Eso repetían los detractores, como si la ausencia de Francisco fuera una traición personal.
En Tucumán, mientras tanto, la política se enreda en palabras vacías, las ideas no aparecen. Los proyectos, tampoco. Hay un discurso que flota como un fantasma: el de los que no están. ¿Dónde está Juan Manzur? ¿Qué piensa? ¿Qué propone? El silencio del exgobernador contrasta con el juego en equipo que propone Osvaldo Jaldo, como Scaloni. El actual gobernador avanza con una idea clara: ganar con trabajo en bloque.
En ese juego, los que más tienen que demostrar son los que están más expuestos: Jaldo, Rossana Chahla, y Miguel Acevedo, la línea de fuego del oficialismo de cara a octubre. Mientras tanto, La Libertad Avanza crece sin prisa pero sin pausa. Construye su propia estructura, pero, en el camino, va desarmando las de otros sectores de la oposición, lo cual deja en gran ventaja al gobernador.







