
En la previa de un partido clave frente a Godoy Cruz, Carlos Auzqui atraviesa uno de sus mejores momentos desde su llegada a Atlético Tucumán. El delantero, que comenzó con escasa participación, se ganó un lugar en el “11” titular de Lucas Pusineri y valora esta etapa con madurez y autocrítica. “Al principio me costó porque llegué en plena competencia, sin pretemporada, y siempre te lleva un tiempo adaptarte al grupo”, confiesa.
Su arribo coincidió con un cambio de rumbo inesperado. El entrenador que lo había pedido, Facundo Sava, se marchó antes de poder dirigirlo, dejándolo en una situación incierta. Sin embargo, la llegada de Pusineri le abrió una puerta. “Con Lucas empecé de menos a más. Primero me fue dando minutos en los segundos tiempos, y me fui sintiendo mejor. Hoy en día me toca estar en el equipo titular, que es para lo que vine”.
Auzqui valora no solo su presente personal, sino también el del grupo, que muestra signos de evolución. “El grupo está mucho mejor. En el último partido se notó una mejora, aunque necesitamos ganar, que es lo que todos queremos y lo que la gente nos pide”. Consciente de lo que se juega, remarca la importancia del próximo encuentro: “El lunes para nosotros es una final y la vamos a tomar como tal”.
La continuidad de Auzqui en el “11” coincidió con una leve mejoría futbolística y estadística del equipo. Aunque algunos resultados no acompañaron, el rendimiento dejó buenas sensaciones. “Hubo partidos como contra Gimnasia, Newell’s o Vélez en los que merecimos más. Incluso contra San Lorenzo hicimos un gran primer tiempo y nos volvimos con las manos vacías. Eso duele, porque en el fútbol de hoy los resultados mandan”.
El atacante destaca que el proceso de crecimiento es colectivo y no se limita a su figura. “Nosotros tratamos de devolverle a Lucas esa confianza en cada entrenamiento y en cada partido. Hemos mejorado mucho, aunque aún no alcance. Trabajamos día a día para ganar cada encuentro”, remarca.
Pese a no haber convertidoningun gol aún, Auzqui no pierde la calma. Reconoce que su rol en el equipo ha ido cambiando con el tiempo. “Me gusta llegar al área y hacer goles. Todavía no se me dio, pero ya va a llegar. Hoy me toca ayudar desde otra faceta, y lo importante es que el equipo gane, más allá de quién marque”. Esa versatilidad también es una muestra de madurez. “Hay partidos que te exigen más en defensa que en ataque, y uno se tiene que adaptar. Pero siempre tengo la intención de aportar en ofensiva”, expresa el “28”.
Su compromiso se refleja tanto en los 90 minutos como en el día a día. Auzqui resalta el valor del profesionalismo, incluso cuando no era convocado. “Siempre traté de estar preparado. Desde que llegué, me enfoqué en entrenar bien y tener la mejor predisposición. Sabía que en algún momento la oportunidad iba a llegar”, dice. Y agrega: “Hoy tenemos al ‘Pulga’ Rodríguez o al ‘Bebe’ Acosta, que no están jugando, pero son los primeros en empujar al equipo. Nosotros, como referentes, tratamos de inculcar ese espíritu. Ser ejemplo es parte del rol que tenemos”.
Adaptado a Tucumán y a su gente, Auzqui se muestra cómodo tanto en lo deportivo como en lo personal. “La provincia me sorprendió para bien. Vivo tranquilo con mi familia, algo que valoro mucho después de estar en Buenos Aires, que es un caos. Acá estamos bien”. También destaca la estructura del club: “Tenemos buenas instalaciones, desayuno, almuerzo... cosas que en otros clubes no se dan. Estoy muy feliz de estar acá”.
El cariño de la gente se ha hecho notar en poco tiempo. “Cuando voy al supermercado ya me reconocen, me piden fotos. Algunos incluso se acuerdan de aquellos goles míos en 2017 con Estudiantes, cuando le cortamos un invicto a Atlético. Me lo recordaron apenas llegué y me dicen que ojalá ahora los haga con esta camiseta. Ojalá se pueda dar en los próximos partidos que tenemos en casa”, desea el delantero que pasó por River, San Lorenzo y el “Pincha”.
Ahora, su presente lo encuentra enfocado en un calendario apretado y decisivo. Tras el viaje a Mendoza, llegarán dos encuentros consecutivos como local, que pueden definir el futuro inmediato del equipo. “Si ganamos el lunes, nos metemos en la pelea. Después tenemos dos partidos de local con nuestra gente, que van a ser clave. No es normal jugar con 48 horas de descanso, pero el ánimo cambiará si traemos los tres puntos de Mendoza”, advierte.
Más allá del torneo regular, Atlético todavía tiene objetivos pendientes. El cruce por Copa Argentina contra Boca mantendrá al plantel activo, sin importar cómo cierre el torneo Apertura. “Sabemos lo que representa Boca. Pero ahora pensamos en estos tres partidos en seis días, que van a ser durísimos. El lunes es nuestra primera final; no miramos más allá de eso”, cierra el delantero.