MÁS ALLÁ DEL ALGORITMO. La nueva juventud quiere menos likes y más encuentros reales, mejor si son en la naturaleza. / PEXELS
¿Puede una generación criada entre pantallas querer menos conexión digital y más encuentros reales? Según el nuevo informe global Life in communities, la respuesta es sí. Aunque profundamente conectada al mundo online, la Generación Z (agrupa a personas menores de 30 años) prefiere los vínculos cara a cara cuando se trata de construir confianza, generar bienestar y compartir experiencias que realmente importan.
Realizado por Ingka Centres (operador de 34 espacios comunitarios en 13 países), el estudio encuestó a 5.000 personas en Europa, los Estados Unidos y China. En medio del ruido digital, los jóvenes están diciendo algo claro: necesitan reconectar con la vida real.
Más ansiedad, pero, también, más necesidad de contacto real
Uno de los hallazgos más llamativos del informe es que el 66% de los jóvenes de la Gen Z cree que los encuentros presenciales son más valiosos que los virtuales, ya que generan confianza y mejoran la calidad de las relaciones. Sin embargo, esta misma generación también experimenta los niveles más altos de ansiedad social: el 42% reporta sentirse incómodo al tener interacciones cara a cara, comparado con apenas el 15% entre los Baby Boomers.
Esa contradicción revela una realidad compleja: los jóvenes quieren conectar, pero necesitan que el entorno los ayude a hacerlo sin presión, y en espacios pensados para la empatía, el juego y la comodidad emocional.
Jugar no es sólo para chicos
El informe muestra también que el juego es un deseo transversal entre las nuevas generaciones. El 80% de los encuestados considera que la diversión compartida es un motor para reunirse y la Gen Z no es la excepción. Incluso jóvenes sin hijos valoran los espacios lúdicos tanto como los padres, buscando propuestas que los saquen de la rutina, los hagan reír y los ayuden a relajarse.
Esto se refleja en la preferencia por espacios públicos que sean más que zonas de paso: lugares para jugar, charlar, aprender cosas nuevas, ver arte, comer bien y simplemente estar.
¿Qué quieren los jóvenes de un espacio público?
Cuando se les preguntó cómo debería ser su lugar de encuentro ideal, los jóvenes priorizaron que sea seguro, acogedor, con buena comida y acceso a naturaleza o zonas verdes. Además, hay una creciente necesidad de que estos lugares permitan tanto el contacto social como la desconexión del estrés diario.
Para Cindy Andersen, directora de Ingka Centres, el mensaje de la juventud es fuerte y claro. En un comunicado de prensa, Andersen indicó: “ellos no buscan sólo conectividad, buscan conexión. Lugares donde puedan ser ellos mismos, reír, probar cosas nuevas y sentirse seguros”.







