Qué es verdad y qué es ficción en "Cónclave", la película que se volvió viral tras la muerte del Papa Francisco

La película Conclave volvió a ganar popularidad tras la muerte del Papa Francisco. ¿Qué refleja con precisión sobre el Vaticano y qué pertenece al terreno de la ficción?

Ralph Fiennes protagoniza Cónclave Ralph Fiennes protagoniza Cónclave
23 Abril 2025

La muerte del papa Francisco volvió a poner en el centro de la escena la película "Cónclave", una producción de suspenso que retrata los misteriosos procesos que se desarrollan tras la muerte de un pontífice.

La película, que mezcla intriga política con rituales religiosos, despertó curiosidad en redes sociales por su enfoque oscuro y dramático sobre uno de los eventos más herméticos del Vaticano: la elección del nuevo Papa.

Pero, ¿cuánto de lo que se muestra en Conclave está basado en hechos reales y cuánto responde a licencias narrativas? ¿Qué aspectos de la película están inspirados en la tradición y el protocolo del Vaticano, y cuáles se alejan de la realidad para construir una historia cinematográfica?

Lo que la película acierta sobre el Cónclave

Conclave acierta al mostrar el secretismo que rodea la elección de un nuevo Papa. Es cierto que los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina, sin acceso a teléfonos ni contacto con el exterior, hasta llegar a una decisión.

También es real que se utiliza el humo blanco y negro para comunicar al mundo si hubo o no una elección. La película capta con precisión el aislamiento, la solemnidad de la ceremonia y el simbolismo del momento.

Además, retrata correctamente ciertos elementos de vestimenta y jerarquía dentro del Colegio Cardenalicio. Las tensiones políticas y diferencias de pensamiento también existen dentro del Vaticano, aunque en la vida real se manejan de forma mucho más discreta que en el film.

Qué elementos son ficción o exageración dramática

Si bien la atmósfera de misterio es efectiva para una narrativa cinematográfica, varios aspectos están claramente dramatizados. La existencia de complots, chantajes o incluso crímenes durante el cónclave, como insinúa la película, no tiene ningún sustento real conocido.

El proceso de votación está altamente regulado y supervisado, con estrictas normas que buscan evitar cualquier tipo de manipulación.

También es ficticia la idea de un cardenal desconocido con un pasado secreto que pone en jaque la elección. Aunque existen historias personales complejas dentro del clero, la Iglesia tiene mecanismos estrictos para investigar y validar a los candidatos papables.

En definitiva, Conclave ofrece una mirada atrapante, pero muy alejada de la realidad vaticana en varios puntos.

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