Diálogo para el buen uso de los contenedores

La instalación de 70 contenedores antivandálicos en distintos puntos de San Miguel de Tucumán busca generar soluciones a diversos problemas relacionados con el depósito de la basura, en especial, en zonas céntricas. Pero la medida aplicada por la Municipalidad derivó en nuevos problemas; entre ellos, la falta de uso de los recién adquiridos dispositivos.

Las nuevas estructuras cuentan con bocas de carga tipo “buzón”; son metálicas, de alta dureza, lo que asegura una mayor durabilidad y menor desgaste en el tiempo. Básicamente, permiten que la basura ingrese pero no que se la quite luego, porque posee dos topes fijos para limitar el movimiento de la boca una vez realizado el ciclo de descarga. Además, se invirtió en un camión especial, cuyo costo ascendió a unos $800 millones, a los fines de que recorra la ciudad tres veces por día para vaciar los depósitos.

Tras la puesta en marcha de este programa, la secretaria Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Capital, Julieta Migliavacca, advirtió sobre un inconveniente que se registró en distintos puntos. “Hemos encontrado lugares donde cuando van a descargar los contenedores, están vacíos y todas las bolsas afuera del contenedor”, dijo.

Explicó que hay grupos de promotores ambientales afectados a recorrer las calles para exhortar a los ciudadanos a utilizar los novedosos dispositivos de forma adecuada. A la vez, estos agentes se dedican a recordarles a los vecinos los horarios en que deben sacar los residuos domiciliarios.

Según ordenanza, las bolsas de basura deben ser puestas en la vía pública hasta una hora antes de que pase por allí el camión. Por ejemplo, el horario de recolección dentro de las cuatro avenidas es de lunes a viernes, de 20 a 21, y los sábados, de 14 a 15.  En una entrevista con LA GACETA Play, el secretario de Servicios Públicos de la Capital, Luciano Chincarini, confirmó que en ocasiones, cuando el recolector pasa a retirar los desechos, los nuevos contenedores están prácticamente sin basura en su interior; sin embargo, detalló, las bolsas se acumulan en los alrededores, generando que toda la zona se vea afectada. Por ello, el funcionario criticó la “cultura del menor esfuerzo”, ya que resulta “más fácil” dejar tirados los desechos que abrir el “buzón” del contenedor. En paralelo, Chincarini ponderó las últimas reuniones que se llevaron adelante entre la Secretaría de Ambiente y organizaciones de porteros y de administradores de edificios para tratar de corregir este problema. Las partes mostraron predisposición para trabajar con miras hacia el buen uso de los contenedores. Mientras en el municipio reconocen que algunos barrios no cuentan con un óptimo servicio de recolección por falta de infraestructura, los nuevos depósitos para residuos representan una solución al alcance de la mano de los vecinos para evitar que sus desechos se dispersen en la vía pública. La limpieza de la ciudad es una tarea conjunta, y el diálogo -no sólo las multas u otras sanciones- es una vía positiva para lograr el cambio de conductas que, por antiguas que sean, siempre están a tiempo de ser corregidas.