¿Por qué los gatos odian el agua? La ciencia detrás del mito

Su relación con el agua viene de sus ancestros del desierto, su pelaje y su instinto de supervivencia.

¿Por qué los gatos odian el agua? La ciencia detrás del mito
22 Abril 2025

Los gatos son animales enigmáticos, llenos de misterio y sigilo en sus acciones. Esto lleva a que, la mayoría de las veces, los humanos no entiendan las razones atrás de sus acciones. Aunque comúnmente se cree que los gatos domésticos evitan el agua, muchos muestran curiosidad por los grifos abiertos o incluso por el pescado. La relación entre los gatos y el agua parece ser más compleja de lo que se pensaba.

Scientific American señala que estas conductas tienen bases tanto evolutivas como conductuales. No todos los gatos reaccionan igual ante el agua, lo que sugiere diferencias individuales y de crianza. Esto podría explicar por qué algunos felinos disfrutan del agua mientras otros la evitan por completo.

¿Por qué los gatos rechazan el agua?

Carlo Siracusa, experto en comportamiento animal de la Universidad de Pensilvania, quien destaca que hay canes que tampoco disfrutan del agua. Una de las razones por las que los gatos suelen evitar el agua podría estar relacionada con su estilo de vida. Explica Scientific American, que los gatos suelen permanecer en interiores, mientras que los perros tienen más oportunidades de interactuar con el agua al ser llevados a paseos o aventuras al aire libre.

El medio Petmd detalla que la aversión de los gatos al agua puede tener raíces evolutivas. Los gatos domésticos descienden del Felis silvestris lybica, un gato salvaje originario de los desiertos del norte de África y el Medio Oriente. En estos entornos áridos, el agua era escasa, y los felinos no desarrollaron una relación cercana con este elemento. Esta herencia podría explicar por qué los gatos modernos prefieren mantenerse secos.

Pelaje y movilidad afectados por el agua

El agua puede resultar incómoda para los gatos debido a su efecto en el pelaje. Según Reader’s Digest, el pelo mojado se vuelve pesado, frío y tarda en secarse, lo que puede hacer que los gatos se sientan vulnerables.

Esto también afecta su movilidad, ya que el agua puede dificultar sus movimientos ágiles y rápidos, esenciales para escapar de posibles depredadores. Por otro lado, los gatos tienen pelos sensoriales similares a los bigotes en todo el cuerpo, que les ayudan a percibir su entorno y el agua podría alterar esa percepción.

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