El legado de Francisco, en palabras del obispo emérito de Concepción: "Transformó la imagen de la Iglesia"

El legado de Francisco, en palabras del obispo emérito de Concepción: "Transformó la imagen de la Iglesia"

"Su capacidad de liderazgo hizo que muchas personas comenzaran a mirarla de manera más positiva", señaló Armando José María Rossi.

Misa presidida por Bergoglio en Concepción. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL (ARCHIVO)

La muerte del papa Francisco ha resonado profundamente en todo el mundo, pero también en lugares donde su huella fue más cercana. El obispo emérito Armando José María Rossi recordó con afecto y admiración la relación que mantuvo durante años con Jorge Mario Bergoglio, antes de su elección como Sumo Pontífice, en una charla con LA GACETA realizada hace un mes atrás.

“Francisco transformó la imagen de la Iglesia. Su capacidad de liderazgo hizo que muchas personas comenzaran a mirarla de manera más positiva, incluso quienes no eran católicos. Su lenguaje ha sido sencillo y claro; la gente lo entendió y lo sintió cercano”, expresó Rossi desde el convento de Santo Domingo, donde está desde su retiro en 2020.

Rossi, quien estuvo al frente de la diócesis de Concepción entre 2000 y 2020, conoció a Bergoglio en 2001, cuando este era arzobispo de Buenos Aires. “Nos encontrábamos cada año en las asambleas del episcopado argentino. Desde ese momento lo vi siempre como un hombre sencillo, de perfil bajo y con mucha sabiduría práctica”, recordó.

Durante su tiempo como obispo, Rossi recibió varios gestos de cercanía y apoyo por parte de Bergoglio. “Un día me llamó y me dijo: ‘Sé que tienen proyectos interesantes, tengo unos pesos para ustedes, contame de qué se tratan y yo te los mando’”, relató. También accedió a predicar un retiro espiritual para los sacerdotes de la diócesis sin dudarlo, algo que dejó una fuerte impresión en la comunidad local.

La relación se profundizó con los años, y en 2019, ya con Francisco como papa, Rossi tuvo la oportunidad de reencontrarse con él en Roma. “Muchos le hacían preguntas teológicas, y él las respondía con una sencillez admirable, sin recurrir a grandes tratados. Su manera de hablar estaba llena de profundidad, pero sin complicaciones”, señaló.

Desde que se supo sobre el agravamiento de la salud del Papa, a comienzos de marzo, en el convento de Santo Domingo se intensificaron las oraciones. “Nos sentamos a rezar varias veces al día pidiendo por la salud del Papa”, contó Rossi, visiblemente conmovido.

La elección de Bergoglio como Papa, aquel 13 de marzo de 2013, sorprendió a muchos. “Su gran sonrisa, su alegría. Yo lo veía más reservado, pero en ese momento se reveló algo profundo de su personalidad”, dijo el obispo emérito.

Hoy, con el fallecimiento del primer papa latinoamericano, Rossi lo despide con gratitud: “Nos enseñó a vivir el Evangelio con sencillez y compromiso, sin vueltas. Ese será, sin duda, su mayor legado”.

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