GRAN IMAGEN. Alexis posa con el cuadro dedicado a Francesco Bagnaia. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas/LA GACETA.
Entre el bullicio del paddock del MotoGP, entre banderas y cascos relucientes, una obra de arte llamaba la atención: un cuadro pintado a mano con la imagen de Francesco "Pecco" Bagnaia, el campeón del mundo. Lo sostenía Alexis Andrijasevich, un chaqueño apasionado por las motos, que viajó hasta el circuito con la ilusión de que su ídolo pudiera verlo.
“La idea surgió el año pasado, por si Pecco volvía a ser campeón. Al final, quedó la misma imagen para este año, pero con el número 1”, contó Alexis.
El viaje hasta el circuito fue una experiencia planificada con tiempo. “No hemos podido venir todos los años. En 2022 no se hizo la carrera, así que la última vez que estuvimos fue en 2017. En aquella ocasión traje un cuadro, pero de Valentino Rossi. Ahora, le tocó a Pecco”, relató.
Cómo surgió el amor por las motos
Su pasión por el motociclismo tiene raíces profundas. “Yo corrí en moto, competí en un zonal en Chaco y corrí algunas fechas en el certamen argentino”, recordó. Sin embargo, tuvo que dejar las pistas. “Me quebré varias veces y, además, el presupuesto se hizo difícil de sostener”, explicó.
A pesar de no correr más, su amor por el motociclismo sigue intacto, reflejado en cada trazo del cuadro que llevó al Gran Premio.
