¿Cómo guardar la fruta en verano?
El calor no cesa y estos días de temperaturas elevadas pueden afectar a los alimentos de la cocina no solo en su apariencia si no también en sus propiedades. Por ello, resulta fundamental aprender la manera en que se deben conservar para asegurar que estas duren por más tiempo en la temporada de verano. En el caso de las frutas debemos tener en cuenta de su tipo y el lugar qué les corresponde.
En los días de calor, puede que la fruta que dejamos en el frutero aguante menos tiempo, perdiendo su apariencia y sabor aceptable. Las altas temperaturas pueden hacer que muchas de las propiedades de la fruta se vean alteradas, pues aceleran el proceso de maduración. Pero si las almacenamos de la mejor forma, estaremos contribuyendo a que el verano no termine por estropearla y pueda aguantar en condiciones óptimas durante algo más de tiempo.
La nutricionista Beatriz González, portavoz del Colegio profesional de Dietista-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid, explicó en sus redes sociales que, para conservar durante más tiempo en mejor condición las frutas es necesario no mezclar las frutas climatéricas y las no climatéricas. "Es necesario separarlas para evitar que maduren demasiado rápido". Y, además de este consejo, argumenta que necesitamos saber qué frutas deben ir en la heladera y cuáles en el frutero si queremos que no pierdan propiedades.
¿Qué es la fruta climáterica?
La especialista indica que durante el verano debemos tener en cuenta el concepto de fruta climatérica. "Las frutas climatéricas son aquellas que pueden seguir madurando una vez que se recolectan", explica en su página web la Organización de Consumidores y Usuarios. "Si se compran verdes, se puede esperar a que alcancen su punto de maduración ideal", advierten "Esto significa que podemos comprar una manzana o un aguacate verdes y dejarlo madurar en casa", explican desde el portal argentino Frutícola.
De acuerdo con estos expertos, en este grupo encontramos, entre otras, al aguacate, el albaricoque, la chirimoya, el kiwi, la ciruela, la manzana, el melocotón, el melón, la pera, el plátano, la sandía y el tomate (sí, el tomate es una fruta).
"Esto ocurre porque al no estar en la planta aumentan su tasa de respiración y producción endógena de etileno, es decir, por la misma planta", continúa el portal Frutícola.
Por su parte, las frutas no climatéricas son las que se deben recolectar en su punto óptimo de maduración porque, una vez arrancadas, no continúan madurando en casa. «No presentan variaciones importantes en su tasa de respiración durante la etapa de maduración, ni tampoco de síntesis de etileno», argumenta el mismo portal antes de referenciados. Ejemplos de estas frutas son, entre otras, las naranjas, los limones, la uva, la piña, la cereza, la frambuesa o el pomelo.
Dónde colocar los distintos tipos de fruta
La razón principal por la que debemos distinguir entre estos dos tipos de fruta es porque lo mejor es no mezclarlas entre sí. Esto se debe a que las no climatéricas, al ser más sensibles a los cambios de temperatura y tener una menor vida útil, es mejor conservarlas en la heladera, indican desde el medio Mujer Hoy. Y porque, de acuerdo a Beatriz González, "Es necesario hacerlo para evitar que maduren demasiado rápido".
El etileno que desprenden las frutas climatéricas puede afectar a todas las frutas por igual y acelerar su maduración. Desde el medio Mujer Hoy explican que, si no podemos separarlas por temas de espacio en la heladera, se recomienda meter la fruta en bolsas reutilizables haciendo algún agujero para que la concentración de etileno sea menor.








