Aviso clasificado: se buscan candidatos leales

Aviso clasificado: se buscan candidatos leales

“En la Argentina, se naturalizaron las malas noticias; por eso, cuando hoy se dice que el dólar baja, que la inflación se desacelera o se simplifica el Estado, a nadie le hace ruido. ¿Será porque son buenas noticias para la economía cotidiana? ¿Será que nos acostumbramos tanto a las malas noticias que, cada mañana nos preguntábamos a cuánto sube el dólar o si la nafta subirá mañana?”

(Reflexiones de un libertario)

La gestión será la clave del año electoral. Las acciones y las medidas que adopte el Gobierno no sólo tienen que ser efectistas, sino también efectivas. No habrá términos medios. Ni el oficialismo ni la oposición ha definido aún la nómina de sus potenciales postulantes para competir en las elecciones parlamentarias de medio turno, las que renuevan parte de las bancas en el Congreso nacional pero que, además, implican un test a las administraciones nacional, provincial y hasta municipal. Nadie quiere mostrar las cartas a menos de cuatro meses para presentar la boleta con la que pugnarán en los comicios. A nivel nacional, el presidente Javier Milei sabe que si las Fases de su programa económico se cumplen, habrá más posibilidades de fortalecer La Libertad Avanza en todo el territorio argentino. ¿Podrá romper la hegemonía peronista en algunos distritos convertidos en bastiones justicialistas con caudillos que desde hace años los gobiernan? Osvaldo Jaldo tiene que pasar esa prueba de fuego. Como el gobernador tucumano le dijo, hace unos días, a LA GACETA, no sacará los pies del plato peronista, ese partido que viene renovándole la confianza para ocupar cargos públicos desde el retorno de la democracia, en 1983. Por más dialoguista que se presente ante la Casa Rosada, el tranqueño tiene que renovar los votos puertas adentro de su partido. Nadie más que él sabe lo que implica ser testimonial. Por esa razón, cavila acerca de cómo conformar la nómina de postulantes a la renovación en la Cámara de Diputados de la Nación. Hay un requisito ineludible el que debe cumplir aquel o aquella que resulte bendecida por el titular del Poder Ejecutivo: la lealtad. Al menos, esta virtud es valiosa en tanto y en cuanto el líder conserve la cuota de poder suficiente para imponerse sobre el resto. El Partido Justicialista se caracteriza por cambiar a cada tanto de conductor. Las lealtades no son eternas; el espíritu de supervivencia prevalece en medio de la jungla política. Cristina Fernández de Kirchner sobrevive en esta batalla de tiburones. Conserva la centralidad del discurso opositor, pero no seduce al electorado como hace dos décadas, cuando su difunto esposo Néstor Kirchner consolidó un liderazgo que sedujo a un vasto sector del peronismo. Hoy en esa fuerza la convivencia resulta difícil por la carencia de una figura que no admita discusión. Los gobernadores ya no responden ciegamente al partido. La necesidad tiene cara de hereje. Son momentos de cambios de era, aunque esos mismos gobernadores surfean las tempestades económicas y a los ciclos electorales.

En Tucumán, La Libertad Avanza con su “casting” de hombres y de mujeres sin pasado imperfecto en la política. El proceso de reclutamiento está en marcha con el fin de completar una nómina que, hasta ahora, tiene a Lisandro Catalán, como nave insignia. El vicejefe de Gabinete del Interior de la Nación asoma como la opción en la provincia, pero su confirmación depende de varios factores. Quienes lo frecuentan afirman que el número dos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha sido objeto de una dura interna que intenta eyectarlo del cargo. La foto con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, fue un instrumento para despejar las dudas sobre el apoyo de la hermana del jefe de Estado y mandamás en las fuerzas libertarias.

Los radicales, mientras tanto, viven su propia interna en pos de ubicarse en lo más alto de la consideración electoral. Como dice uno de ellos, es la vieja estrategia de mirar la manzana, antes que el cajón o, en otras palabras, de cuidar la quinta propia en vez de defender los colores de un partido que hace tiempo superó el centenario de existencia. “No serían radicales si no tuvieran internas. Y, si no las hay, las inventan porque es su forma de hacer política”, comenta un analista político nacional cuando se le consulta sobre la UCR. Fuerza Republicana, entre tanto, no tiene la hegemonía que alguna vez ostentó Ricardo Bussi cuando se unió a las filas mileistas. Así las cosas, no hay candidaturas indiscutibles a la vista, como tampoco lealtades que contribuyan a consolidar el proyecto político del economista libertario. Todo este escenario de dispersión opositora no hace más que allanarle el camino a Jaldo.

Hacia fines de este año, Agustín Fernández y Elia Fernández de Mansilla tendrán que dejar sus bancas y eso implica bajas en el bloque Independencia, aquellos que se escindieron de las filas de Unión por la Patria para responder a Jaldo y encolumnarse en la franja dialoguista. La dirigente de CREO, Paula Omodeo, también terminará su mandato, así como el radical Roberto Sánchez. En la Casa de Gobierno hablan de un resultado lógico que pasa por conservar en el Congreso los dos espacios. Nadie le da garantías al gobernador de que aquellos que lleguen sean tan fieles a la causa jaldista como los que se irán. Claro que el peronismo intentará arrebatarle más espacios a la oposición, por aquello de las escisiones. La cuestión central pasa por el rol que cumplirán en esta elección de medio turno los caciques territoriales. ¿Se jugarán tanto como en una elección general? ¿Hay un respaldo absoluto al gobernador? ¿Están dispuestos a seguir la estrategia dialoguista de Jaldo o, por el contrario, marcarán diferencias? Son interrogantes que se abren, puertas adentro del Partido Justicialista, pero que no se ventilan públicamente por temor a las reacciones del comisario. El gobernador ha dejado en claro que admite internas, si es que hay dirigentes que no comulguen con sus ideas y quieran enfrentarlo. “Todos tienen el derecho a hacerlo, sea a través de las PASO o de internas si es que aquel sistema se suspende”, indicó, hace unos días, el mismo gobernador. Todos interpretaron que esa definición tenía un destinatario: el legislador y ex intendente de Tafí Viejo, Javier Noguera. Fue justo cuando el Poder Ejecutivo se anticipó a comunicar que ese municipio había decidido salir del Acuerdo Fiscal Municipal. La presunción es que Noguera se presente como postulante a diputados a través del ala dura del kirchnerismo. Nadie lo confirma; nadie lo niega.

Los intentos para imponer los mandos naturales dentro del distrito Tucumán del PJ han naufragado. Se dijo que, desde fines del año pasado, las nuevas autoridades nacionales partidarias, con Cristina a la cabeza, pedirían a los referentes locales que se identifiquen plenamente con las ideas fuerza peronistas, contraria a los libertarios. Nada de eso ocurrió. Con Juan Manzur en el medio, los rumores de intervención al partido fueron disipándose. No hay consenso para llevarlo a la práctica. Aquellos que piensan fríamente sostienen que una decisión de tal característica no haría más que victimizar a un gobernador que mantiene una imagen positiva dentro de la sociedad.

Jaldo necesita de la gestión para sostenerse en el poder. Milei requiere de una federalización de su fuerza política para consolidarse más allá de 2027. Ninguno escapa a la carencia de referentes con el carisma suficiente para convencer a los ciudadanos en las urnas. Por eso sigue la búsqueda de postulantes. El requisito es claro: la lealtad. ¿Será mucho pedir?

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