Uno de los refuerzos de San Martín de Tucumán reveló su vínculo con Martos: "Es muy especial"

Jesús Soraire vuelve a San Martín en el tramo final de su carrera. Con él regresa una cuota de experiencia, liderazgo y el sentido de pertenencia que el club tanto necesita. El mediocampista tucumano, de 36 años, llega desde Banfield, donde en 2024 disputó 1.766 minutos en 30 partidos y anotó un gol. No es su primera vez en La Ciudadela: en 2015 ya vistió los colores del “Santo”, jugando 20 encuentros y dejando su marca antes de continuar su trayectoria en Almirante Brown.

En esta nueva etapa, Soraire asume un desafío distinto. El luleño se incorpora a un plantel que busca reconstruirse tras la salida de jugadores clave, como Matías “Caco” García, quien cumplía un rol crucial en el mediocampo. “Somos presos de la historia que demanda San Martín cada año. Toca hacernos cargo del momento que atraviesa el club. Por eso acepté este desafío: quiero aportar al crecimiento de esta institución”, afirma con determinación.

Con Ariel Martos como entrenador, Soraire encuentra un proyecto claro y un vínculo personal. “Ariel fue mi primer técnico cuando tenía ocho años. Compartir esta etapa con él, en la recta final de mi carrera, es muy especial. Me siento cómodo, como si estuviera en casa. Acá todos ayudan a que los que llegamos nos integremos rápido”, cuenta.

Jesús regresa con la ilusión de los hinchas y su propio entusiasmo. “Estoy feliz de estar de vuelta. Lo hablaba con mi familia y amigos: en ningún otro club estaría tan feliz como acá. Nada me emociona más que jugar para San Martín. Es un lugar único”, reflexiona el mediocampista, quien en el amistoso contra Gimnasia y Esgrima de Jujuy, jugó por primera vez desde su reincorporación al club.

Desde que volvió a Tucumán, Soraire se propuso contribuir dentro y fuera de la cancha. “Con la experiencia, uno puede motivar a los más chicos y guiarlos. Sea jugando o desde el banco, lo importante es dejar claro que San Martín está por encima de todo. Jugadores, dirigentes, hinchas... Todos cumplimos un ciclo, pero el escudo siempre prevalece”, manifiesta.

Martos, por su parte, ya le transmitió los lineamientos de lo que espera del equipo: orden en las líneas, buen trato del balón y compromiso en cada jugada. “Esas son las bases para pelear en la Primera Nacional. Si somos conscientes de eso y hacemos bien nuestro trabajo, podemos dar batalla”, asegura el volante.

El regreso de Soraire también tiene un fuerte componente emocional. Hincha confeso del club, no dudó en aceptar cuando surgió la oportunidad de volver. “San Martín ha pasado por momentos muy duros, y creo que mi aporte puede ayudar a levantar al equipo. A veces las palabras no alcanzan para convencer al hincha, pero lo importante es dar la cara y dejar todo en la cancha. Quiero que sientan que estamos dispuestos a dar pelea”, explica.

Aunque los resultados en los amistosos todavía no han sido favorables, Soraire ve señales positivas. “Se han visto cosas buenas, y eso me entusiasma. Estamos todos subidos en el mismo barco, tirando para el mismo lado. La unión del grupo va a ser clave para lo que viene”, concluye.

Con su regreso, Jesús Soraire se reencuentra con su amor por los colores de San Martín. A pesar de los desafíos y de los momentos difíciles que atraviesa el club, tiene claro que su presencia puede ser fundamental en este proceso de reconstrucción. En su primer paso por La Ciudadela dejó huella, y ahora, más que nunca, está dispuesto a hacerlo de nuevo. Su misión es clara: devolverle al club el lugar que merece.