
Miles de tucumanos suben a los valles para ser parte de la fiesta del rugby. La idea es disfrutar de un fin de semana diferente, en el que el deporte se convierte en una excusa para escapar de la realidad y compartir momentos con los seres queridos. El escenario para el Seven de Tafí de este año será en la estancia El Churqui. Durante estos días, los lugareños atraviesan una realidad marcada por dos polos. Mientras la mayor presencia de visitantes fomenta el comercio, muchos tafinistos consideran que los turistas deberían mejorar su comportamiento para cuidar la ciudad. ¿A qué se refieren?: no tirar basura en las calles ni andar a altas velocidades por las pequeñas vías, con el fin de reducir los riesgos viales.
Los animales sueltos y la imprudencia se combinan, lo que da como resultado colisiones de todo tipo. El ejemplo más claro ocurrió ayer por la mañana: una camioneta impactó contra una vaca en la ruta 307, a la altura de la entrada a El Mollar. La escena estaba custodiada por un agente policial, quien colocó un cono para señalizar y comentó que los conductores no sufrieron daños. Unos metros más adelante, más animales detuvieron el tránsito al cruzar por el pavimento. Tampoco se pueden obviar las decenas de cuatriciclos conducidos por menores de edad sin casco.
“El tráfico es un conflicto sin solución para todos. La gente quiere pasarte por encima con sus camionetas gigantes, o te quieren atropellar. Sienten que es una pista. Además, hay muchos animales sueltos, lo cual es un peligro para todos. Creo que esos son aspectos a mejorar, porque si ocurre un accidente, nadie es responsable”, reclama María Ortiz, de 60 años. Para la mujer, vecina de La Banda, la consigna es simple: mientras más gente, más ventas. Sin embargo, la jubilada asegura que los visitantes no tienen el mejor comportamiento en la ciudad. “Sentimos que los turistas no nos tratan con el respeto que la gente del valle necesita. Es positivo para el trabajo, porque hay más ventas de comida, las hotelerías están llenas... Es importante desde el punto de vista económico, pero hay muchos problemas que se repiten año tras año”, opina.
Ortiz lleva 30 años viviendo en Tafí, por lo que ha sido testigo de toda la evolución del certamen rugbístico en la zona. Asegura que, al principio, se trataba de un evento solo para visitantes, pero la inclusión del Tafí del Valle Rugby Club hizo que el interés creciera desde 2024. No obstante, la jubilada sostiene que el fútbol sigue siendo el deporte de mayor predomino. “Muchos chicos practican rugby y organizan eventos a los que asisten muchas personas. El deporte está creciendo, pero no tiene gran arraigo. El problema de la zona es que muchos no pueden continuar con su formación y deben irse por razones laborales o educativas”, explica.
Complicado de controlar
Mario Rafael García, de 56 años, afirma que el Seven es uno de los eventos más esperados por los lugareños. “Es imposible transitar en la ciudad porque es demasiado pequeña, pero entiendo que es beneficioso para todos los comerciantes de la zona. El verano es bueno porque aumenta el trabajo para todos”, considera.
Según cuenta, el día del evento es uno de los más convocantes de Tafí en todo el año. Las calles son intransitables y las colas de autos parecen no tener fin.
“Será complicado controlarlo”, insiste. A diferencia de Ortiz, García asegura que la mayoría de los visitantes se comporta ejemplarmente. “Se portan bien porque es algo que les gusta e intentan cuidarlo”, señala.
Cruzar las calles
Melissa Fernández, de 21 años, es vendedora de artesanías en un puesto ubicado en la plaza principal. La joven asegura que el mayor movimiento ocurre por la tarde. “Muchos preguntan los precios, pero no compran nada. Creo que esto sucede porque los que suben son jóvenes y mis productos son consumidos por otro público”, reflexiona.
Fernández destaca que el mayor problema es la velocidad con que los visitantes conducen. “Hay gente que está muy apurada y no respeta los semáforos. Cuesta cruzar las calles”, señala. La joven, por su parte, asegura que la mayoría de los tafinistos no asiste al Seven por razones laborales, aunque ella irá, aunque sea por un rato, para despejarse de la rutina.
Apoyo al equipo
Brian Chaile, de 27 años, es panadero artesanal. Ofrece churros, masitas y otros productos comestibles. La época del Seven se presenta como una gran oportunidad laboral. “Empezamos a la mañana, pero todo se activa después del mediodía”, comenta.
Chaile cuenta que jugó al rugby durante varios años en Tafí del Valle y que este es un deporte emergente en la zona. La inclusión del Tafí del Valle Rugby Club será uno de los alicientes para que las personas asistan al evento. “Nunca fui, pero tengo ganas de ir este año”, confiesa.
Más eventos así
Juana Pistán, de 50 años, es una de las empanaderas ubicadas sobre la Avenida Perón. Dice que el Seven es uno de los eventos que más ganancias le genera y que espera con ansias durante todo el año. “Deberíamos tener más eventos así a lo largo del año porque es nuestra fuente de trabajo”, afirma.
Sin embargo, asegura que todavía existe una gran diferencia con la Liga de Verano de Fútbol de Tafí del Valle, el evento más convocante de la zona. “La gente de Tafí no sigue mucho al rugby, pero se va amigando poco a poco, especialmente ahora con el equipo de chicos de la zona”, considera.
Así, Tafí del Valle afronta diversos desafíos que deberá corregir para garantizar una buena convivencia entre los tafinistos y los visitantes.