La hermana Berta Povalej dejó huellas en la educación y en lo social

La hermana Berta Povalej dejó huellas en la educación y en lo social

La religiosa falleció en la madrugada de ayer. Profundo pesar y multitudinario adiós.

ENTREGA. La hermana trabajó para su comunidad hasta sus últimos días. ENTREGA. La hermana trabajó para su comunidad hasta sus últimos días.
27 Mayo 2024

Nació en Eslovenia pero dejó su marca en Tucumán desde que llegó en el año 1965. La hermana Amelia Berta Povalej, de las Mercedarias del Divino Maestro, murió en la madrugada de ayer dejando una enorme tristeza en la comunidad religiosa y educativa de la provincia.

La monja que supo ser durante años la representante legal del Colegio La Merced, trascendió en nuestra tierra con su carácter fuerte pero noble, que la llevó a ponerse al lado de distintas luchas sociales a lo largo de las últimas décadas.

La hermana Amelia reclamó por los derechos de los más necesitados, y alcanzó reconocimiento mediático nacional debido a su compromiso y al acompañamiento que le brindó a la familia de María Soledad Morales.

Años más tarde, también apoyó a Susana Trimarco, en sus reclamos por la desaparición de Marita Verón, que durante su educación primaria fue alumna del colegio que ella representaba.

“Siento como una madre, me pongo al lado de la mamá, la lucha sigue. Nos arrancaron una hija de las calles de Tucumán, no importa cómo se llame, era una niña a la que le robaron todo”, declaró a la prensa en el año 2002.

Más adelante, en 2015, su rostro también recorrió portales y noticieros de todo el país, cuando marchó por la plaza Independencia con una bandera argentina en señal de protesta, durante el escándalo de las elecciones locales.

“Agradecemos a Dios la vida entregada con generosidad y su incansable servicio de tantos años en nuestra arquidiócesis”, expresaron en un comunicado las autoridades del Arzobispado al confirmar su fallecimiento.

Su despedida

Fueron muchos quienes se sintieron tocados por la vida y las acciones de Povalej, por lo que desde que trascendió la noticia de su muerte muchos quisieron darle el último adiós.

A las 12 en punto del frío domingo lluvioso que tuvo la capital tucumana, centenares de personas llegaron a despedirse de la religiosa a la capilla del colegio de La Merced, donde se realizó el velatorio de sus restos mortales.

A las 19, en tanto, el arzobispo Carlos Sánchez, encabezó una misa de cuerpo presente de la que también participó una multitud.

Hoy, desde las 7 de la mañana continuará el velorio que culminará a las 15.30 con una misa exequial.

Recordatorios de amor

En redes sociales se replicaron miles de veces palabras de despedidas de ex alumnas, allegados e incluso políticos tucumanos que lamentaron el fallecimiento de la hermana Amelia.

“Tus palabras de cada día: ‘hacer el bien a todos y nunca el mal a nadie’; tu mirada cariñosa y el amor que nos diste cada día, serán la fuerza que nos impulse a seguir adelante”, expresó en un posteo parte de la comunidad de La Merced Tucumán.

“Que la Reina de los Ángeles y Madre de amor, nuestra Madre del Cielo, la reciba en esta hora en su corazón”, añadieron.

Y destacaron: “que goce de la presencia del Señor, y unida a los coros angélicos cante ya sin fin su gozo eterno”.

El lema del colegio al que le dedicó gran parte de su vida y todos sus esfuerzos es: “sin Cruz no hay triunfo”. Y esa era una de las frases con la que más se identificó y pregonó la religiosa.

En esa institución educativa también se dedicó a divulgar la solidaridad y la entrega a los otros, por lo que instaba a que sus alumnas colaboren con distintas instituciones de Tucumán, tales como Cáritas, y con las chicas solía recorrer las calles de la capital durante las colectas anuales.

Sus colaboraciones también alcanzaron al Cottolengo Don Orione y a los hogares San Roque, Sala Cuna y San José, entre muchos otros, que seguramente extrañarán el carisma y la lucha de la hermana Amelia.

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