Hugo Garzón: “Hay cosas que solo puedo decir a través de una canción”

Hugo Garzón: “Hay cosas que solo puedo decir a través de una canción”

El cantautor y conductor tartagalense ganó el Concurso a la Canción Inédita a Cafayate (que presentó en la Serenata a Cafayate 2024). Su prolífica carrera en el folklore regional, junto a la conducción de radio y televisión, suma un nuevo reconocimiento a nivel provincial.

Hugo Garzón: “Hay cosas que solo puedo decir a través de una canción”
21 Abril 2024

Por Mario Flores

 

Hugo Garzón, cantante y compositor oriundo de Tartagal que actualmente reside en Campamento Vespucio, resultó ganador del Concurso de Canción Inédita a Cafayate por el 50° Aniversario de la Serenata a dicha localidad. El jurado, compuesto por Mirtha Diaz, Hugo Guantay, Rigal Rios y Oscar Sarapura eligieron, de forma unánime, entre otras 45 producciones, que el premio sería para “Por Cafayate”, una zamba que presentó en vivo el día 23 de enero en el festival folklórico. Además de haber editado “Nosotros”, un disco del año 2006 que está conformado por doce temas musicales, es conductor del programa “Todo Folklore” desde los primeros años del 2000, en la cual entrevista a diversos artistas locales y regionales de la escena folklórica contemporánea, tanto reconocidos como emergentes.

¿Cómo se crea el espacio necesario para poder componer? ¿Hay una inspiración inicial que se articula con mucho ensayo, ideas que vienen de tiempo atrás o surgió esta canción especialmente para el certamen?

En mi caso personal, es generar un espacio donde pueda estar solo, para poder bajar de mi cabeza o mis sentimientos algo que me está dando vueltas por ahí sobre algún tema en particular. Hay algo que me moviliza, un detonante que me dice: “Esto hay que convertirlo en una canción”. Yo hago en un único ejercicio letra y música, en mi caso en particular sale todo junto: va brotando la idea con música incluida. Siempre tiene que haber un motivador: un paisaje, algo que me ha sucedido, o una observación del andar diario, un momento donde imagino una historia. ¿Por qué en ese momento y no en otro? No sabría explicarlo, porque es la base esencial es la inspiración, que se relaciona con el paisaje y la cotidianeidad: es algo que solamente lo puedo decir a través de una canción.

Hugo Garzón: “Hay cosas que solo puedo decir a través de una canción”

¿Cómo se dio la decisión de participar en el concurso de canción inédita?

Un dato que me parece interesante remarcar es que yo no soy un poeta: no escribo poemas que luego se musicalizan. Hago canciones: no es lo mismo, porque a veces no tengo ciertos cuidados estéticos como en la poesía. Y no escribo canciones para agradar o conquistar o para concursar. Las escribo porque hay una necesidad, algo desde mi interior que me dicta cosas. Y una vez que se hace canción me siento aliviado: lo he dicho. Y en el caso particular de esta zamba, la escribí aproximadamente en el año 1999. En ese entonces la inscribí en SADAIC (yo registro todas mis canciones), y la tenía ahí, lista y preparada. La debo haber cantado en algún momento pero se mantuvo inédita, no estaba grabada en un material profesional, y además el repertorio de uno va cambiando con el tiempo: se agregan o quitan cosas. Cuando apareció el concurso de la Serenata a Cafayate (me enteré a través de internet), no sé por qué la inscribí: no suelo participar en concursos, no espero el reconocimiento que no sea el reconocimiento de alguien que te escucha y te dice “Che, qué lindo, me gustó”, eso es más que suficiente. Y como reunía todas las bases y condiciones, la mandé, pero mi intención precisa era la siguiente: que los que organizan esto, que son de Cafayate, sepan que hay alguien que le escribió a Cafayate. No era la intención ganar, ni mucho menos en el contexto de los 50 años del evento donde se iban a presentar, ciertamente, muchas canciones. Salta tiene una cantidad impresionante de cantores, poetas y compositores. Es un atrevimiento pensar que uno va a escribir una canción sólo para ganar. Y me olvidé del tema hasta que, después de casi un mes, recibí un llamado telefónico donde me comunicaron que había ganado por unanimidad: el jurado se habían emocionado mucho con mi canción. Me produjo una emoción difícil de describir porque es una “cancioncita” mía.

¿Cuál fue el proceso creativo para concretar "Por Cafayate"? ¿Usaste un DAW para realizar un demo o hubo colaboraciones en el armado del tema musical?

Yo fui a Cafayate muchas veces, me encanta: a disfrutar de la estadía en un hotel, a disfrutar la compañía de los campings, con amigos, en distintas etapas o distintos sectores en los cuales uno va vivenciando cosas diferentes. Me hace muy feliz ir a Cafayate. He ido en época plena del festival, donde siempre soñé estar: la vida me dio la oportunidad de actuar allí tres o cuatro veces en distintas etapas de mi vida. Todo ese cúmulo de cosas me generó vivencias que volqué en una canción dedicada a ese lugar, a ese entorno que te genera la serenata, los viñedos, los amigos. En el proceso de creación de la canción no interviene nadie, lo hago solo (letra y música), y normalmente es un proceso rápido (en una hora, tal vez, la canción está lista). Me ha tocado, a veces, con otras canciones, que queden a la mitad: eso es un sufrimiento porque estás todo tu tiempo pensando, mitad en la canción y mitad en lo que la vida te dicta: trabajar y hacer cosas.

En el contexto socioeconómico actual ¿qué tienen las canciones para decirnos? ¿Cómo se puede seguir transmitiendo a través de la música a pesar de la actualidad que a veces resulta tan hostil con la cultura?

En nuestro país, este contexto es una constante inestabilidad: estás recontra bien, estás mal, estás peor o a punto de morir, económicamente hablando. La canción debe tener algo que decir, pero no porque sí (porque detrás de la canción está la persona). Yo creo que en la creación de las canciones está el hombre y el paisaje: hay hombres que ven la necesidad de su gente, de sus amigos, y les escriben a eso. Como Horacio Guaraní, que decía y reclamaba cosas en nombre de los obreros. Pero también nos dejó el ejemplo de escribirle a cosas magníficas como el amor, a los amigos, al paisaje, al vino… Yo escribí hace muchos años (ya no recuerdo cuándo), una canción que se llama “Sueño”: ese soñar que no se vean tristes los ojos de los niños en la pobreza. Si yo la repaso hoy en día a esa canción, parece de hoy: es vigente, y lamentablemente en unos años seguramente seguirá teniendo vigencia. Yo no observo, en la composición actual de la provincia de Salta, una intención de decir a través de las canciones: una amplia mayoría busca el aplauso inmediato, que no está mal porque es una forma de vivir la canción. Pero me parece muy volátil, desaparece mañana o pasado mañana y no le deja ningún beneficio al cancionero popular: cuando alguien escribe o canta desde la conciencia, le deja algo al cancionero y, a través del tiempo, lo recogen los otros, los artistas nuevos que vendrán. La cultura como tal, para los gobiernos, nunca es floreciente: siempre se le presta atención a quienes son serviles al poder, es para unos pocos elegidos, y esos elegidos son siempre gente que ya tiene un cartel y que no necesitan un apoyo como los artistas emergentes. Los organismos dan poca bola en ese sentido: cuanto más famoso sos, ahí te buscan, porque sos servil. Uno se da cuenta de que no hay movimientos o lugares importantes donde un artista local no accede. Y artistas locales los hay en cada rincón del país, con un talento increíble: hay músicos callejeros que, con una gran ejecución y destreza instrumental, te hacen decir: “Acá está la música, verdaderamente, y el arte popular”, y a esas cosas nunca se les presta atención.

En tu carrera como músico, pasando por diversos escenarios y formatos (del casete al cd y del cd a lo digital) ¿cómo crees que se encuentra la música de Tartagal presente en diferentes espacios y lugares de la provincia y el país?

La música en Tartagal está en un impasse: no se observan creaciones importantes. Creo que la música de raíz folklórica, que tiene una proyección hacia el Chaco salteño (o un origen arraigado a ello), se repite mucho: de cinco artistas distintos que ves en Tartagal, cuatro repiten lo que han hecho los otros. Es una crítica constructiva: tiene que ver con algo que deja algo para los que tocan, para el aplauso, para ser contratados de nuevo por los locales, etc. No está mal, pero si hacemos un análisis a conciencia, no estamos dejando nada al cancionero popular, ni tampoco te van a reconocer como un estilo definido. Peteco Carabajal decía, cuando le preguntaban cómo podía saber si sus canciones eran folklóricas o no, que él no lo podía saber: para que una canción sea folklórica tiene que trascender en el tiempo, y nosotros ya no vamos a estar. Para que eso suceda, hay que tener una intención musical propia, un respeto por el cancionero y sumarle cosas (más allá de necesitar que la gente nos escuche y nos aplauda). En Tartagal estamos en un stand by en ese sentido, no escucho cosas nuevas salvo alguna que otra intencionalidad, pero no sé qué va a pasar a futuro porque tampoco se ha generado un espacio donde se pueda desandar la música. Por ejemplo, lo que necesitaríamos en Tartagal es una peña folklórica estable, como hay muchas en Salta: son reductos donde uno va a desgranar canciones, a mostrar material nuevo y enriquecerse de música.

¿Cuáles serán las próximas presentaciones o lanzamientos de tu trabajo musical?

Mi futuro musical ha sido siempre el mismo: cantar. Cuando tenés ganas, cantas, o cuando alguien te convoca, cantás. Yo he dejado de participar en muchos eventos: a veces te llaman de todas partes y no porque realmente les gusta lo que hacés sino porque cantás gratis. A esta altura del partido me cansé de eso: elijo dónde ir a cantar. Un concepto que llevo desde hace muchos años, yo les digo a mis músicos: “Nos llamaron para cantar, no nos pagan, el sonido te lo ponen como quieren, están los nervios porque ciertas cosas no salen, bueno: entonces disfrutémoslo. Subamos a cantar y a disfrutar de lo que nos gusta. No nos podemos quedar en casa: tenemos que salir a cantar”. Yo hago eso, cantar como los pájaros: no saben quién los está escuchando, cantan porque tienen la necesidad de hacerlo. Libres. No les importa si alguien lo está disfrutando o no, si alguien los va a aplaudir o no, si los van a reconocer o no. Es hacerlo porque uno tiene la necesidad interior de hacerlo. Y lo que va a pasar con mi canción, no tengo idea: las canciones son como los hijos. Tengo que grabarla, “Por Cafayate” no está en una grabación profesional, que no lo estoy pudiendo hacer, justamente, por cuestiones económicas. No puedo grabar una canción, imagínate si fuera un disco nuevo. Pero no es una queja: estoy acostumbrado a que mi música la tengo que empujar yo y lo seguiré haciendo. La canción seguirá su curso: una vez que una canción toma estado público ya no son mías, son del cancionero. Y pasa, no solamente en la zona sino en otros lugares del país, que tres o cuatro canciones mías andan por ahí, las cantan otros intérpretes: que eso suceda, me encanta. Con esta canción, “Por Cafayate”, va a suceder lo mismo: porque recuerdo la emoción que me produjo la gente de Cafayate al escucharla, les gustó la canción que hice para ellos, para ese paisaje, que te digan “Gracias por habernos escrito”, es tremendo. Una locura hermosa que pasen cosas así, me llena el alma.

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