Sexualmente hablando: adorables criaturas

Sexualmente hablando: adorables criaturas

Sexualmente hablando: adorables criaturas

“Pobres criaturas”, película dirigida por Yorgos Lanthimos y basada en la novela homónima de Alasdair Gray, publicada en 1992, es una de las favoritas en esta entrega de los Oscar (tiene once nominaciones). La historia transcurre en un Londres victoriano retrofuturista. Su personaje principal, Bella -encarnado por Emma Stone-, es una joven que actúa como una niña pequeña: sabe poco del mundo exterior y recién está aprendiendo a hablar, a comer, a caminar y a comportarse según las normas sociales. Situación que forma parte del poco ortodoxo experimento al que, sin saberlo, está siendo sometida por parte de Godwin Baxter, un excéntrico cirujano y casi un padre para ella (interpretado por Willem Dafoe).

Como es de esperar, un momento clave en la evolución de Bella es el descubrimiento del placer sexual: una mañana advierte, por casualidad, que es capaz de “darse felicidad” a ella misma. Revelación que comparte con quien la escuche.

Para su gran sorpresa, pronto se dará cuenta de que no todas las mujeres recurren a la fuente de alegría que tienen entre sus piernas. Pero eso es sólo el comienzo de una aventura de autodescubrimiento, empoderamiento y liberación sexual.

¿Una arveja?

En los años ’70 y ’80, mucho antes -o después- de que Bella Baxter descubriera su clítoris, los grupos feministas de Boston, nucleados en la Federation of Feminist Women’s Health, desarrollaron la definición moderna y anatómicamente correcta de dicho órgano. Estas mujeres, que no tenían ninguna formación académica, se filmaron y sacaron fotos de sus cuerpos masturbándose y llegaron a identificar 18 estructuras en el clítoris, muchas de las cuales son internas, aunque se hacen perceptibles durante la respuesta sexual:

1) La unión del clítoris: punto donde los labios externos se encuentran, en la base del monte de Venus, señalando el límite superior del clítoris visible.

2) El glande.

3) Los labios internos o “labios menores”.

4) El prepucio del clítoris.

5) El frenillo: punto donde los bordes exteriores de los labios internos se encuentran, por debajo del glande.

6) La fúrcula: membrana que se extiende por encima del punto donde los bordes inferiores de los labios internos se encuentran, por debajo de la abertura vaginal, señalando el límite inferior del clítoris visible.

7) El himen, o sus restos, visibles en la entrada de la abertura vaginal.

8) El cuerpo del clítoris, que une el glande con sus ramas o piernas.

9) Las piernas o ramas del clítoris: dos cuerpos alargados de tejido eréctil, en forma de horquilla.

10) Los bulbos: dos grandes cuerpos de tejido eréctil (cuerpos cavernosos), similares a los del pene.

11) La esponja uretral: un cuerpo de tejido eréctil (cuerpo esponjoso), que rodea la uretra.

12) Las glándulas parauretrales, que son las glándulas prostáticas femeninas.

13) Las glándulas vulvovaginales o de Bartolino, que producen una pequeña cantidad de lubricación en el exterior de la vagina.

14) La esponja o cuerpo perineal: densa red de vasos sanguíneos que se encuentra sobre el perineo.

15) Los músculos del suelo pélvico.

16) El ligamento suspensorio o ligamento redondo.

17) Nervios: nervio pudendo y nervio hipogástrico, que transmite los mensajes hacia y desde el útero.

18) Los vasos sanguíneos, que proveen una mayor cantidad de sangre a la pelvis durante la respuesta sexual.

En una palabra, las feministas de Boston se encontraron con un órgano que distaba mucho de ser la “pequeña arveja” a la que se referían los viejos manuales de anatomía.

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