El juego de San Martín de Tucumán no aparece y el arco rival le queda muy lejos

El juego de San Martín de Tucumán no aparece y el arco rival le queda muy lejos

En lo que va del torneo, el “santo” mostró pocas luces de tres cuartos de cancha en adelante: los números son contundentes.

ÁSPERO. El partido de San Martín de Tucumán contra Quilmes fue muy peleado y con muy poca efectividad en los últimos metros. Foto de Diego Aráoz/LA GACETA. ÁSPERO. El partido de San Martín de Tucumán contra Quilmes fue muy peleado y con muy poca efectividad en los últimos metros. Foto de Diego Aráoz/LA GACETA.

Es una falencia que se va acrecentando con el pasar de los partidos. A diferencia de las dos primeras presentaciones, en este último tramo San Martín de Tucumán demostró tener muchas complicaciones a la hora de atacar y concretar las situaciones de gol. Los dirigidos por Diego Flores aún no lograron ser regulares en la mitad de la cancha y eso quedó reflejado en los pobres números que llevan sus delanteros.

El dato es tan contundente que las acciones de mayor peligro durante las primeras cinco fechas fueron generadas por Nahuel Banegas. El lateral izquierdo, que ofició como mediocampista contra Quilmes, tuvo las más claras para abrir el marcador el lunes en La Ciudadela. Banegas, además, actualmente lleva un tanto y dos asistencias en la temporada.

Ahora bien, la pregunta que se hacen todos en Bolívar y Pellegrini es la siguiente, ¿por qué le cuesta tanto al equipo tener volumen de juego?

En el debut contra Gimnasia de Jujuy el “santo” tuvo siete situaciones de gol para ponerse en ventaja. No estuvo fino en el mano a mano, pero sí en la pelota parada. A 17’ para el final del juego, Banegas aprovechó el córner ejecutado por Iván Molinas y celebró el primer tanto de San Martín en la temporada.

Por la segunda fecha, los dirigidos por Flores tenían su primer escollo lejos de casa. El rival fue Deportivo Maipú y también gestó la misma cantidad de ocasiones (7). En este caso, una más clara que la otra.

En apenas 15’, Banegas agolpó rivales y avanzó varios metros y el parante devolvió su potente remate. Luego de un intento de centro del lateral, llegó el 1-0 para el “santo”, tras una muy buena jugada colectiva. Molinas se acercó en velocidad al área de Gonzalo Rehak y cambió la arremetida por gol.

Sin embargo, en el complemento del duelo contra el “botellero”, llegarían más jugadas claves para los de La Ciudadela.

Arias se soltó con el ingreso de Lautaro Fedele y remató en dos ocasiones a las manos del ex arquero de Independiente.

Si bien convertir en esa oportunidad habría significado tranquilidad para los de Flores, finalmente Fedele liquidó la historia, tras un pase en cortada de Leonardo Monje.

El simple hecho de haber podido sumar de a tres unidades en las dos primeras fechas daba a entender que el equipo se podía soltar más en los últimos metros y  cambiar aquellos errores que no le habían permitido estirar el marcador a un resultado más abultado. Sin embargo, eso no sucedió ni mucho menos.

El ataque del “santo” perdió la chispa de explosión y hasta se volvió bastante predecible. Tal es así, que Flores cambió las cartas con tal de reinventar a su equipo.

Por la tercera fecha contra Ferro, ocurrió lo impensado. El equipo, que tuvo solamente dos situaciones claras en ofensiva, sufrió la presión alta y el juego directo del “verde” que no se tomó mucho tiempo para igualar el marcador.

Tras un cabezazo de Banegas a las manos de Rodrigo Saracho, cinco minutos después llegaría el 1 a 0. El lateral izquierdo mandó el centro y Arias conectó de cabeza para terminar con su racha de minutos sin convertir.

Mientras el plantel continuaba con la algarabía de ir ganando tres al hilo, llegó el empate de Ferro, por un grosero error de Darío Sand. Allí, el equipo entró en una meseta.

En el complemento no tuvo un sólo disparo al arco, aunque el conjunto de Caballito le colaboró un poco con la pifia de Martín Rodríguez en los tres palos. ¿El desenlace de no haber generado situaciones? La desesperación, que se resumió en la expulsión de Juan Orellana y en el tanto agónico de Gerónimo Tomasetti.

Justamente ese flojo rendimiento fue el que se repitió en Los Polvorines. Contra San Miguel, el “santo” volvió a carecer de efectividad para abrir el marcador y se tuvo que conformar con dos situaciones en el primer tiempo. En el complemento mejoró un poco, pero no hubo caso.

Los remates de Banegas y Juan Cuevas no fueron suficientes para evitar la caída por 1 a 0.

Esa bronca acumulada quedó evidenciada contra Quilmes tanto en los futbolistas como en los hinchas. Banegas tuvo tres situaciones para abrir el marcador, pero la poca eficacia y los tres palos se lo impidieron. El remate desviado de Gonzalo Rodríguez y el cabezazo de Arias quedaron sólo para la anécdota.

“Hay que seguir. Este es el camino”, dijo Flores en la conferencia pos partido. Lo cierto es que el equipo necesita mejorar de manera urgente en la creación. Sin chispa, ni juego, ni rebeldía, dar el salto de calidad será muy difícil.

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