Pragmatismo: ¿una herramienta necesaria para gobernar en Argentina?

Pragmatismo: ¿una herramienta necesaria para gobernar en Argentina?

Politólogos analizaron los movimientos de Milei y de Jaldo dentro del escenario político.

UNA SITUACIÓN CONOCIDA. Cada uno de los presidentes debió recurrir a distintas estrategias  de gobierno. UNA SITUACIÓN CONOCIDA. Cada uno de los presidentes debió recurrir a distintas estrategias de gobierno.
11 Febrero 2024

Tanto el presidente Javier Milei como el gobernador Osvaldo Jaldo, son focos de críticas por parte de distintos sectores partidarios. Es común escuchar o ver cuestionamientos hacia el Presidente de parte de aquellos que se encuentran del centro a la izquierda del mapa político. Por su parte, algunos sindicalistas y también un sector del Partido Justicialista utilizan la palabra “traidor” para referirse al gobernador tucumano, luego de su alineamiento con el Gobierno nacional y la creación del Bloque Independencia.

Viviana Isasi, consultora en Comunicación Política, e Ignacio Grassia, politólogo y profesor tucumano, examinaron los últimos desplazamientos de Milei y Jaldo dentro de la escena política.

Según los especialistas, ambos se escudaron detrás de sus argumentos. Milei, con Guillermo Francos a la cabeza del armado político, describió como necesario el hecho de entablar el diálogo y generar consensos para materializar sus reformas y abrió las puertas de su espacio a “todos aquellos que quieran ser parte del cambio”. En tanto, Jaldo utilizó como principal argumento su “lucha por los intereses provinciales y la responsabilidad institucional”.

Dados estos movimientos, especialistas en la materia -en contacto con LA GACETA- respondieron si estamos ante la presencia de un “pragmatismo político” o si la situación amerita un análisis más profundo.

Isasi, integrante de la Red de politólogas de Latinoamérica, aseguró que el pragmatismo político no es más que “una consecuencia del sistema federal argentino”. Mientras que Grassia se mostró en desacuerdo con el significado que periodistas y actores políticos le dan al término. “Al pragmatismo debemos verlo como la capacidad de adecuarse a lo que la fortuna o la coyuntura van lanzando; el político que logre mantener la paz social adecuándose a la coyuntura política será un 'político virtuoso', en términos ‘maquiavelianos’. No veo al pragmatismo político como una 'traición a los ideales’”, explicó.

Gobernabilidad

“El Presidente maneja el 50% de los recursos, la otra mitad es manipulada por los gobernadores. El poder que tienen los gobernadores en un sistema federal no deja otra alternativa que no sea negociar sin distinción de bandera política. No hay otra herramienta que te facilite la gobernabilidad. Se necesita ser pragmático”, aseguró Isasi.

Luego, tomó como ejemplos los gobiernos de Mauricio Macri y Néstor Kirchner. “Macri terminó negociando más con provincias peronistas y Kirchner forjó una relación política con los radicalismos provinciales. Milei no traiciona sus ideales; simplemente no existen otras alternativas “, aseveró. Por su parte, Grassia evitó ser tajante a la hora de etiquetar al gobierno de Milei como pragmático o no pragmático, al considerar que todavía se trata de “un gobierno demasiado joven”. Pero fue claro al resaltar que aún no vio al libertario “faltar a su palabra”. “Lo que vimos estos meses es lo mismo de lo que fuimos testigos en campaña. Las propuestas y las formas son las mismas”, aseguró.

La ruptura

Utilizando la misma explicación, pero ahora poniéndose en la piel de los gobernadores, Isasi afirmó: “para gobernar una provincia dentro de este sistema se necesita del pragmatismo, tenés que sentarte a negociar para defender tus intereses; como pasó con Jaldo. Y a partir de los gobernadores se van alineando los legisladores, tal cual sucedió con el bloque independencia. Los gobernadores utilizan ese contrapeso de poder, porque además de los recursos también tienen poder en el recinto”. Por último, cuestionó al federalismo argentino y lo tildó de “sistema fallido”, ya que estima imposible proyectar un país donde “está blanqueada la situación de toma y daca“ entre las provincias (con intereses asimétricos) y la Nación.

“A diferencia de Milei, a Jaldo ya lo conocemos gobernando. Y el peronismo tucumano, utilizando el significado de ‘pragmatismo’ con el que no estoy de acuerdo, podemos decir que sí es pragmático”, señaló Grassia. “No diría que Jaldo es pragmático por el armado del bloque independencia; eso es algo coyuntural. Sí digo que el peronismo tucumano es pragmático en el sentido de cómo sus actores logran 'acomodarse' dentro de la estructura partidaria con el fin de alcanzar puestos de máximo poder; sin importar que se derribe a la figura que les sirvió de 'escalera mecánica'. A eso lo vimos con (Juan) Manzur y (José) Alperovich y ahora se repitió con Jaldo y Manzur”, agregó el analista.

Yendo de lleno a la decisión de Jaldo y el costo político que conlleva esa acción, el especialista dijo que no ve en Jaldo un “peronista al estilo Insfrán o Capitanich”, ni tampoco alguien con proyecciones nacionales como Manzur. “Mientras él pueda manejar la provincia, no creo que le importe mucho si lo llaman ‘traidor’”, analizó el politólogo.

Producción periodística: Enzo Ferreira.

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