Residuos electrónicos: una materia pendiente en la provincia

Residuos electrónicos: una materia pendiente en la provincia

La tecnología con sus avances cambia al mundo de forma constante pero no siempre se trabaja en los efectos negativos que puede producir en el medioambiente y en la salud de las personas. Qué pasa en Tucumán

PROYECTOS. La legislatura trataría proyectos para ayudar a reducir el impacto de los residuos en Tucumán. PROYECTOS. La legislatura trataría proyectos para ayudar a reducir el impacto de los residuos en Tucumán.
02 Febrero 2024

El verde de sus parques, los majestuosos paisajes de sus montañas, los lapachos que colorean y perfuman sus primaveras, junto a la rica vegetación de su tierra. Tucumán tiene numerosos motivos para ser considerado el “Jardín de la República” y sin embargo también tiene cuentas pendientes con el medioambiente que desde varios sectores alertan que deben ser saldadas más pronto que luego.

El creciente consumo de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) y sus consecuentes residuos (RAES), ha generado un foco de alarma en el mundo del que nuestra provincia no está exenta aunque tampoco tiene reglas claras al respecto, sumado a la poca difusión de esta problemática que avanza a pasos agigantados en todo el globo.

El motivo es que los residuos electrónicos contienen metales pesados muy contaminantes como el mercurio, cromo y plomo, entre otros, y su llegada a la atmósfera o a las vías fluviales causan importantes daños ambientales pero también a la salud de los seres humanos.

De acuerdo con la ONU, los desechos electrónicos son, “cualquier cosa con un enchufe, un cable eléctrico o una batería”, lo que incluye desde tostadoras hasta cepillos de dientes electrónicos, teléfonos inteligentes y televisores.

En materia de leyes la provincia está desnuda y en escenarios de ausencia de gestión, los RAEE muchas veces, acaban llegando a rellenos sanitarios, basurales a cielo abierto o servicios de incineración y generan situaciones de alto riesgo ambiental.

El tratamiento adecuado de estos residuos aún no se reguló en nuestra tierra y según un relevamiento de LA GACETA, solo existen dos lugares en los que se ocupan de ellos de forma correcta: la compañía Electrogreem y la organización Nave Tierra.

La primera de ellas es una empresa con más de 5 años en el asesoramiento, tratamiento, transporte y recolección de los RAEES, que se instaló en Tucumán a raíz del desarrollo sostenido en el área industrial que generó en consecuencia, una mayor acumulación de estos residuos, según indican en su página web.

Mientras que incluso antes, Nave Tierra inició un trabajo que hoy ya lleva casi 10 años y está al alcance de todos los ciudadanos en calle Santa Fe al 1974. Esta organización civil recicla residuos electrónicos y los vuelve arte, para darles un nuevo uso.

Residuos electrónicos: una materia pendiente en la provincia

“El flujo de chatarra electrónica que evitamos que termine en un vertedero es aproximadamente unos 2 mil kilos por semana”, indicaron desde la organización en diálogo con LA GACETA.

Y explicaron: “la gente nos puede traer un televisor que no funciona y nosotros lo desarmamos separando su vidrio, cobre, madera, metal, las placas. Cada cosa va para un destino diferente y nada va hacia un vertedero sino que todo se reutiliza”.

En este sentido, indicaron que los insumos con los que ellos trabajan y que más daño causan al planeta son los tubos de los monitores, las pilas y las baterías de litio, solo para dar algunos ejemplos.

“Si se tira una plaqueta en un pozo de agua también contamina, por eso está bueno traer las cosas al centro de reciclado y que nosotros nos encarguemos de aislar y separar muchas de las cosas para su posterior reutilización”, añadieron.

Mientras que también adicionaron una información que al pensar en cuidar al medioambiente, puede ser útil: “Nosotros nos dedicamos exclusivamente al reciclado de materiales electrónicos pero también para ahorrarles la tarea y motivarlos un poco recibimos eco-ladrillos”.

“Ya tenemos un montón pero la gente tiene que aprender a además de armarlos, también utilizarlos porque hay quienes tienen la idea de que hacer una construcción con este material es de pobre y esa imagen hay que cambiarla”, sentenciaron.

Cifras que preocupan

Tomando en cuenta el consumo de distintos aparatos eléctricos y electrónicos y considerando la vida útil estimada, se calcula que en la Argentina se generan 465.000 toneladas de RAEE por año.

Si se repartiera de manera equitativa por el número de habitantes, equivaldría a decir que cada persona que vive en el país descarta anualmente alrededor de 10,3 kilos de residuos electrónicos. Esto es casi 25 % más que lo que se generaba hace dos años y un kilo por encima del promedio de América de Sur.

Estos datos los brindó la licenciada en gestión ambiental, Ana Paula Martinez, integrante también de la organización Jóvenes por el Clima en Tucumán, quien agregó que en el país, la gestión formal de RAEE apenas llega a 3 % de lo que se ha generado.

“Esto es producto de una cadena de valor desarticulada y heterogénea compuesta por un número reducido de pequeñas y medianas empresas, junto a algunas iniciativas de la economía social y solidaria”, aseveró

Martínez, por otra parte contó que “a pesar de no estar permitido, los RAEE llegan permanentemente a los rellenos sanitarios, una práctica muy común en la provincia”.

La necesidad de actuar

“No aprovechar el valor de los materiales que se encuentran en estos residuos, implica un desperdicio de materias primas y de energía ya que tienen muchos materiales valiosos que se pueden extraer como metales ferrosos y no ferrosos, metales preciosos, plásticos y vidrios, que pueden reinsertarse en otros procesos productivos, evitando los costos ambientales, sociales y económicos que hubiera ocasionado su extracción”, comentó.

“Necesitamos un marco normativo que nos otorgue un piso a la sociedad civíl para que podamos tener una forma de operar, desde los productores hasta los consumidores y recolectores. Además de que eso nos daría pautas para el manejo seguro y una disposición adecuada del mismo, reduciendo lo que es el impacto ambiental”, observó la profesional.

La licenciada, también consideró que legislar el manejo de este residuo es una forma de darle la oportunidad a un recurso que ya no se usa parar reciclar y fomentar su recuperación.

“Esto también puede formar una economía circular, nos ayuda con la búsqueda de la sostenibilidad y evitamos extraer otro recurso para formar uno nuevo”, precisó y explicó que en la Argentina todo el proceso de reciclaje es manual, por lo que ocupa mucha mano de obra, que debe ser entrenada en el buen manejo y la selección de los materiales, la clasificación, y el acondicionamiento para la venta, como también para la optimización de movimientos a los fines de hacer más eficiente la tarea.

“De esta forma también se puede generar empleo local y un desarrollo a la economía local”, remarcó.

Proyecto en carpeta

Desde Nave Tierra relataron en su charla que durante todo el tiempo que llevan reciclando residuos electrónicos en nuestra provincia, no se han hecho eco de alguna intervención estatal que promueva, apoye o incentive esta actividad por lo que es una materia pendiente para el Estado.

Sin embargo, en 2017 en su primer paso por la legislatura, Claudio Viña presentó un proyecto para el tratamiento diferencial de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs) que fue aprobada por la legislatura pero vetado por el Ejecutivo provincial a cargo en ese momento. Y en este 2024 se insistirá en una regulación que haga de la provincia un lugar más amable con el medioambiente.

“En octubre de 2017 la ley se sancionó pero finalmente al vetarse no existió nunca”, comentó el legislador en diálogo con LA GACETA y reconoció que no abandonó la idea de perseguir este objetivo por lo que en esta nueva gestión buscará poner en acción no tan solo esta norma sino otras relacionadas y de iguales importancia.

“Estoy representando algunos proyectos por el avance que ha tenido todo el problema ambiental en Tucumán y el mundo”, añadió y contó: “Para empezar presenté uno que apunta a una disposición final diferenciada de pilas y baterías. Esto quiere decir que estos objetos no vayan junto con el resto de la basura común y orgánica cotidiana”

El proyecto al que accedió LA GACETA establece que en todos los edificios de la Administración Pública Provincial con atención al público habrá contenedores o cestos para depositar pilas y baterías una vez finalizada su vida útil. Los mismos deberán ser instalados en lugares visibles, debidamente señalizados y de fácil acceso.

Una vez recolectadas serán retiradas por la empresa recolectora que se contratará a estos efectos debiendo asegurarse que la disposición final de las mismas deberá realizarse con el sistema de relleno de seguridad.

”El de residuos electrónicos también volverá a ser presentado pronto con algunas adecuaciones, dado que han pasado seis años”, agregó Viña para luego revelar que siente esperanzas de poder sacar adelante estas normas.

“Hoy formo parte de la Comisión de Medio Ambiente y percibo que no tan sólo el resto de los integrantes, sino también el presidente de la misma (Javier Noguera) tienen mucha predisposición a trabajar para mejorar las condiciones ambientales de la provincia.

Al respecto, comentó que ya se hizo una agenda de trabajo y se invitó a referentes tanto del gobierno de la provincia y municipios, como ONG.

“Hay mucha vocación de trabajar en el tema porque a pesar que suelen tener más relevancia otras comisiones como las de hacienda, en esta gestión pareciera que va a ser importante el trabajo, así que yo creo que van a tener tratamiento, y bueno, si es posible, van a van a ir al recinto en breve”, cerró.

(Producción periodística: Ariane Armas)

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