Israel-Hamas: el conflicto eterno que recrudeció con una implacable ferocidad

Israel-Hamas: el conflicto eterno que recrudeció con una implacable ferocidad

Gaza lleva más de dos meses bajo fuego y el fin de año está signado por la angustia. ¿Cómo seguirá?

BOMBARDEOS INCESANTES. Las imágenes de la destrucción en la Franja de Gaza resultan elocuentes. Israel está decidido a terminar con el terrorismo de Hamas. REUTERS BOMBARDEOS INCESANTES. Las imágenes de la destrucción en la Franja de Gaza resultan elocuentes. Israel está decidido a terminar con el terrorismo de Hamas. REUTERS

Otra vez, guerra. Otra vez entre israelíes y un grupo islamista que opera en territorio palestino. Otra vez en Gaza.

La cantidad de palestinos muertos, entre militantes y civiles, a manos de fuerzas israelíes es uno de los más altos en décadas. De manera similar, el número de israelíes y de extranjeros muertos en ataques perpetrados por Hamas también alcanzó cifras record en la región.

Fueron meses de caos y furia, luego de que los combatientes de Hamas lanzaran el 7 de octubre un brutal ataque terrorista por aire, en la forma de miles de cohetes, y por tierra, ejecutado por grupos armados que asolaron el sur de Israel, matando a sangre fría a 1.400 personas y secuestrando a 242 civiles israelíes y extranjeros, entre ellos 15 argentinos. Según lo expresó el propio Gobierno israelí, se trató del peor ataque desde la fundación del Estado en 1948, y que desencadenó la venganza más sangrienta llevada a cabo por su Ejército contra los palestinos.

Israel-Hamas: el conflicto eterno que recrudeció con una implacable ferocidad

Termina el año y la Franja de Gaza es un polvorín. Los ataques aéreos del Ejército israelí acabaron con la vida de cerca de 6.000 palestinos, la mayoría civiles, incluidos más de 3.000 niños. En Israel las víctimas son 1.400 -entre ellas, un millar de civiles- y los heridos, más de 5.000, según datos oficiales de la ONU.

Con una nueva cumbre internacional fallida en Egipto y la entrada de los primeros convoyes de ayuda humanitaria en Gaza, la guerra se enquista mientras se dispara el sufrimiento: el los gazatíes, que siguen muriendo bajo las bombas, y el de las familias de los secuestrados, que no atisban un horizonte claro para su liberación. Una desesperanza que prende la mecha del odio y recrudece la sed de venganza, especialmente en Israel, donde ya comenzó una caza de brujas contra los ciudadanos disidentes que piden un alto el fuego y dicen “basta” a la violencia.

Para comprender las raíces del estallido, expertos en política, analistas y académicos subrayan la importancia de sumergirse en la historia del conflicto que lleva varias décadas. Este enfoque se presenta como crucial para contrarrestar las narrativas polarizadas en la era de la posverdad, donde la rápida propagación de desinformación complica la comprensión de una realidad ya de por sí compleja.

Israel-Hamas: el conflicto eterno que recrudeció con una implacable ferocidad

En un país como Argentina, que alberga a una de las comunidades judías más grandes del mundo, el conflicto entre Israel y Hamás es seguido de cerca y con especial interés. De octubre a hoy, hubo manifestaciones en respaldo de Israel, también en apoyo a los palestinos. Alberto Fernández, entonces en funciones, respaldó a su par Benjamin Netanyahu y puso en marcha operativos para repatriar a ciudadanos argentinos. Luego Javier Milei condenó al grupo terrorista Hamas y prometió viajar a Israel.  

¿Cómo contar una historia tan intrincada como la que se desarrolla en Israel en la actualidad? En un conflicto de larga data como el palestino-israelí, donde ambas partes acusan continuamente a la otra de haber iniciado las hostilidades, es aún más urgente dilucidar lo que realmente ocurrió. Esta guerra, sin precedentes en la historia de Israel, se caracteriza por el hecho de que el país nunca antes había emprendido simultáneamente una operación militar tan significativa contra un enemigo externo (la organización terrorista Hamas en Gaza) y enfrentado disturbios que involucran tanto a judíos como a árabes dentro de Israel. Además, se enfrenta a manifestaciones palestinas en Cisjordania y a protestas árabes pacíficas en Jerusalén. Al redactar estas líneas, aún no se sabe si estos cuatro frentes generarán nuevas tensiones o si, por el contrario, la situación se calmará con las festividades de fin de año. En el volátil Medio Oriente, los acontecimientos cambian en cuestión de minutos.

En tanto, se mantiene la pregunta: ¿hacia dónde va el conflicto? Determinar quién ganará la guerra no depende simplemente de las cifras de víctimas o de la magnitud de la destrucción, sino en comprender los objetivos políticos de cada bando. Es esencial ir más allá de la tragedia humana y desentrañar la complejidad subyacente.

Hamas inició la escalada con el claro objetivo de obstaculizar la paz, centrándose en un potencial acuerdo entre Israel y Arabia Saudita. Este acuerdo representaba un hito histórico en la región, pero también incluía concesiones importantes a los palestinos. Es crucial destacar la perspectiva fundamentalista de Hamas, ya que considera que los palestinos asesinados son mártires que gozan de la dicha eterna en el cielo, percibiendo la cantidad de muertes como métrica de éxito. La responsabilidad también recae en Israel, que busca desarmar a cualquier costo a Hamas como paso crucial para la paz. Por esto nada está claro, nada puede anticiparse. Es una historia sangrienta que no deja de escribirse cada día.

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