Cartas de lectores

Lelik y semibonapartismo

Derrumbe electoral del kirchnerismo y del peronismo. Razones: un gobierno, en los dos últimos años, sin presidente y vicepresidente. Un ministro de economía como Poder Ejecutivo. Una inflación anualizada, en ascenso, del 150%. Trabajadores y jubilados, como nunca, empobrecidos. El voto a Milei es reflejo de un derrumbe y no de un programa. A pesar de la masividad del voto, representa un gobierno débil. Rodeado por varias camarillas: macrismo y menemismo. Dos temas pendientes: la deuda del Banco Central con los bancos -sus depositantes, mayoritariamente, son empresas y fondos de inversión que tienen muchos pesos encima que no pueden girar al exterior por el cepo- a través de las llamadas Lelik. Paga, por ellas, enormes tasas de interés. Y qué hacer con la deuda en pesos que posee el tesoro nacional y que se ajustan por inflación o por dólares. Equivalen, entre las dos, a 170.000 millones de dólares. El futuro gobierno habló de reestructurar la deuda (no se puede pagar) cambiando plazos. Los bancos en desacuerdo pretenden que toda la deuda se convierta en deuda del tesoro nacional. Bonos del tesoro en lugar de Lelik. ¿Pagados por contribuyentes o por una poda en las jubilaciones? ¿Razones? El tesoro no puede financiar semejante déficit. Anunciaron, en este cuadro, la estanflación. ¿Qué es? Estancamiento de salario y jubilaciones junto al aumento de precios y tarifas dolarizadas. Milei, en la provincia, derrotó al gobernador Jaldo. Razones profundas. Solo para especialistas: “todos unidos triunfaremos”. El ganador, volviendo al plano nacional, tiene un límite contradictorio con su base social. El “mandato” es terminar con la inflación. Representa un problema político en sí mismo. Depende políticamente del cheque a plazo fijo dado por el electorado. Enfrenta la contradicción entre la masividad del voto popular, de un lado, y el ajuste que debe llevar a cabo. Jerga política: semibonapartismo de derecha. Obligado a un arbitraje, con su base social, ha decidido recostarse en Estados Unidos, Israel y el FMI (socorro financiero y nuevo crédito).

Pedro Pablo Verasaluse

Rendición de gestión

Después de cuatro años culmina un Gobierno democrático bueno, mediocre o incompetente según de quién sea la mirada, y empieza uno nuevo. En este pasaje de uno a otro, opino que hay un gran vacío que debería reverse para que el pueblo tenga una gran dimensión de lo que dejan los que se van. Hablan mucho siempre aduciendo que es la política, pero la política no les da derecho a dejar dañado el país, porque el soberano pueblo con el voto los invistió de los atributos máximos de presidente y vicepresidente para que hagan lo mejor por la gente. Ahora bien, que nos dejan los que se van, porque durante mucho tiempo se escuchó, “Ah, pero…” ¿Y quién de nuestros representantes en las cámaras le pidió que comparezca en un juicio político por el daño económico del país? “Ah, pero…” por el abultado préstamo del FMI concedido. Por lo tanto, ante las cantidades de miradas cómplices, al costado. Ah cierto… por la política o mandato del partido de nuestros representantes, ante las infinitas acciones que erosionan la vida del pueblo, creo que las dos máximas cabezas del gobierno saliente y a posterior todos los que vengan a futuro, deberían dos semanas antes de dejar el poder rendir cuentas públicas con datos y valores como dejan el país, así el nuevo presidente cada mes de marzo ante la asamblea legislativa debería solo exponer el plan integral trazando los hilos conductores de lo que será su gestión para ese año, con metas cumplibles y no un verso político. Por lo tanto, al rendir cuenta los salientes de la gestión por un lado dan la cara y exponen el daño o los logros de sus cuatro años, entonces el gobierno entrante no podrá hablar de herencia a media lengua como la mayoría hizo, porque tendrá datos formales de lo que recibe y de ahí construir las mejores acciones que el país necesita. Hasta hoy en estos 40 años de democracia todos huyeron haciéndose los desentendidos de sus años de gestión; indistinta la cantidad de años que estuvieron en el poder demostrando la mayoría ser incompetentes, y dejando que se haga cargo el que viene y que según su ideología da lugar al círculo vicioso que todos los padecimos en estos años. El presidente saliente intentó dar un informe de su gestión, pero justo tuvo amnesia en datos de la deuda que dejan con el FMI y otros como China. Espero que este gobierno que inicia un nuevo mandato tenga el valor de revertir todos los desatinos de los anteriores y organizar un país serio y previsible a largo plazo.

Manuel Antonio Sepúlveda

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