Cientos de vecinos de Lules exigieron más seguridad tras la muerte de Daiana

El conductor habría querido manosear a la joven. Los manifestantes dijeron que no quieren que se produzca otro accidente mortal. El secretario general de la Municipalidad aceptó que hay infracciones.

TODOS POR UN MISMA RAZON. Los vecinos recorrieron las calles que bordean la plaza principal. Llevaban pancartas y fotos de la jovencita. TODOS POR UN MISMA RAZON. Los vecinos recorrieron las calles que bordean la plaza principal. Llevaban pancartas y fotos de la jovencita.
20 Enero 2005
A dos días de la muerte de Daiana Gigena, los vecinos de Lules se movilizaron, envueltos en distintas sensaciones. La leyenda escrita por sus amigos -"Por ella y por nosotros"- sintetizó el reclamo de justicia por Daiana, y la necesidad de mayor seguridad para la juventud. Detrás de esos carteles, cientos de personas se encolumnaron en una marcha ayer. "A ella la vida se le acabó a los 15 años. Pero también otros chicos pudieron haber sufrido lo que le pasó a Daiana, en una ciudad insegura por la falta de controles y de respeto a las normas de tránsito", dijeron los manifestantes.
El 9 de enero la adolescente fue o atropellada por una moto, y luego de una semana de agonía falleció. Para muchos luleños, el accidente sigue siendo confuso: se dice que el conductor era un joven de nacionalidad boliviana que, ebrio, quiso manosearla. Debido a que es menor de edad, el conductor aún no fue detenido; y este hecho, pese a que tiene una explicación legal, genera dudas entre los conocidos de Daiana. El comisario Julio Vargas explicó que se hicieron el peritaje del vehículo y un dosaje de alcohol al joven.

Graves consecuencias
Vecinos consideran el accidente una consecuencia de problemas más radicales. "Como en todas las ciudades del interior, acá nadie respeta las normas de tránsito, ni siquiera los propios agentes de la Municipalidad", disparó Fernando Augier. Natalia Latina, otra vecina, agregó que el carnet de manejo se consigue sin pasar por un examen.
Desde el municipio indican que la realidad de Lules no es diferente de la de otras ciudades. Héctor Castro, secretario general de la Municipalidad, explicó que las infracciones suceden en las zonas donde no hay agentes. "Cuando estos no están, tanto conductores como peatones actúan irresponsablemente", dijo el funcionario. "Este accidente, más allá del dolor, es un hecho fortuito", agregó, y sostuvo que la Municipalidad sólo puede seguir con los controles periódicos que está realizando tanto en el centro como en la ruta. Susana Lezcano, directora de prensa del municipio, indicó que el intendente César Dip ya había ordenado la construcción de lomos de burro en distintas arterias y que está en estudio un anteproyecto para el reordenamiento del tránsito en la ciudad. Por su parte, el presidente del Concejo Deliberante, Roque Salazar, y los concejales -en una nota enviada a LA GACETA- manifestaron su consternación por la tragedia.

Peligro en vacaciones
Durante la marcha, los amigos de Daiana y sus padres anunciaron la conformación de un centro vecinal, con el objetivo de evitar más desgracias. Alberto Yanicelli y otros vecinos se reunirán para elaborar un petitorio a las autoridades, a quienes reclamarán el esclarecimiento de la muerte de Daiana y la implementación de medidas de seguridad para proteger a la juventud, especialmente durante el período de vacaciones. "Haremos todo lo posible para que esta muerte no haya sido en vano", explicó el hombre.

"La vamos a extrañar, pero tenemos que ser fuertes", dijeron los familiares
Cuesta hablar de ella cuando acaba de irse. Que era como cualquier chica, dicen los amigos. Muy linda, muy dulce, muy alegre, recuerdan. Esos "muy", precisamente, hacían de Daiana Gigena una chica como otras, sí, pero diferente.
Adonde Daiana fuera llegaba también Beethoven, el perrito que desde el domingo la espera inútilmente. En la casa, sus padres, Juan y María Ester, y su hermanito Ariel ya no escucharán los discos de la Bersuit que tantas veces escuchó Daiana. "La vamos a extrañar, pero tenemos que ser fuertes para que esto no suceda otra vez", dijeron entre lágrimas los Gigena, una familia muy conocida en Lules, dueños de una heladería céntrica.
Cuando terminaran las vacaciones Daiana iba a cursar al primer año del Polimodal en el colegio de las Hermanas Esclavas. Sus compañeras sostuvieron las pancartas para pedir por ella. "Todavía no entendemos cómo pudo pasarle esto a ella, que fue siempre la más alegre de todas", dijo Lucrecia Albornoz, una de las chicas que encabezaba la marcha. Así, contenta y con la sonrisa a flor de labios la recordarán los que la conocieron. Su novio, Federico Olea, salía con ella desde hacía ocho meses, pero habían sido amigos desde mucho antes. "Ahora duele; pero no queremos quedarnos con esto, sino con su alegría", dijo.
Para no olvidarla, precisamente, todos marcharán otra vez el próximo miércoles a las 21, desde la plaza de Lules.
Allí, mientras sus seres queridos hacen un nuevo pedido de justicia y de seguridad, los ojos verdes de Daiana intentarán brillar, de alguna manera, entre la gente.

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